Antonio Altarriba presentará la nueva 'Neuróptica' en Jaca
- “Con la revista original de los ochenta quisimos combinar el rigor con la creatividad”, asegura
- Altarriba también participará en la charla El cómic como denuncia social
En 1983, en pleno auge de lo que se denominó la edad de oro del cómic adulto en España, apareció una revista teórica que fue mítica: Neuróptica. Estudios sobre el cómic. Dirigida por Antonio Altarriba (El arte de volar, Yo asesino), se convirtió en una referencia para los estudios teóricos sobre el cómic e incluyó artículos de numerosos estudiosos de las viñetas españoles e internacionales.
35 años después se presentará reaparición de esta mítica revista, en un acto que se celebrará este domingo en el II Salón del Cómic Hispano Francés de Jaca; y en el que también se hablará de la Segunda Edición del Congreso Internacional de Estudios Interdisciplinares sobre Cómic. Con la presencia de Julio Andrés Gracia, Ana Asión, Laura Ruiz y el propio Antonio Altarriba, que nos ha manifestado su felicidad porque se recupere esta cabecera.
“Rescatar Neuróptica ha sido una iniciativa del investigador Julio Andrés Gracia -confiesa Altarriba-. Actualmente trabaja en la Universidad de Zaragoza preparando una tesis sobre el cómic español de los años 80 y 90. Me propuso recuperar la cabecera de la revista porque piensa que sigue siendo un formato válido en estos días”.
“Yo les cedí enseguida la cabecera, encantado -confiesa Altarriba-. Pero no quiero implicarme demasiado, sino ir de honorífico, porque estoy jubilado de la universidad y lo que más me apetece es dedicarme a mis guiones de cómic. A me quieren poner como director honorífico. Yo estaré de fantasmón y nada más. Tendrán su propio comité de redacción internacional, con estudiosos franceses, americanos… y la idea que tienen es contar con colaboraciones de todo el mundo. Y en principio va a ser online, aunque no descartan sacarla también en papel”.
Una publicación histórica
Publicada entre 1983 y 1987, los cinco números de Neuróptica son historia del cómic español. “Lo que queríamos en esa época -asegura Altarriba- era hacer una revista de crítica de cómic que tuviera un espacio de reflexión mayor que el de la mera reseña, que era lo que predominaba en aquella época. Además, al ser una publicación universitaria eran artículos más académicos, de mayor profundidad y extensión”.
“Siempre intentábamos -añade Altarriba- que el rigor y la seriedad no estuviera reñida con la creatividad. De hecho, en esos números de la revista colaboraban dibujantes y guionistas dando su visión e incluso haciendo historietas. Por eso conseguimos firmas como Felipe Hernández Cava, José Mº Beroy, Federico del Barrio… e incluso autores internacionales como el canadiense Jacques Samson”.
“El otro día, repasando los números, descubrí una cosa muy curiosa –afirma Altarriba- en el número del 86 hay una historieta realizada con ordenador, que hicieron en un Taller de Bellas Artes de la Facultad de Barcelona, que fueron pioneros en estas cosas. Ahora lo ves y parece un poco ridículo, porque está hecha con píxeles como cuadrados enormes, pero en aquella época nos parecía casi mágico. Quedaba muy torpe comparado con el dibujo manual pero yo creo que es una cosa curiosísima”.
“Además -añade Altarriba- no solo sacábamos la revista, sino que esos años también organizábamos en Zaragoza unas Jornadas Culturales del Cómic, donde se hacían conferencias, mesas redondas, exposiciones…. Neuróptica era un complemento a todo eso. Todo lo financiaba el ayuntamiento y la Diputación Provincial de Zaragoza, porque coincidieron con el Boom del cómic de aquellos años. Pero luego con la crisis, el interés de estas instituciones se fue desinflando y se dejaron de hacer las jornadas y se cerró Neuróptica”.
“Me encantaría -afirma Altarriba- que esta nueva Neuróptica incluyese un artículo sobre el cómic de los ochenta, sobre la crítica de esa época o incluso sobre la Neuróptica original. Sería divertido”.
Un homenaje a la revista original
Altarriba está bien encaminado porque el monográfico de este primer número se ha planteado como un homenaje a la Neuróptica original y lleva por título El cómic español en la encrucijada: del Tardofranquismo al desencanto. Y busca “reflexionar sobre un periodo complicado y determinante dentro de la historia de esta manifestación artística en el contexto español: desde los primeros atisbos de cambio social a finales de los años sesenta hasta las muestras del conocido como “desencanto” a finales de la década de los ochenta, con una democracia cada vez más consolidada”.
La nueva revista Neuróptica aceptará artículos sobre este tema y otros que tomen al cómic como objeto central de estudio. Deben ser originales e inéditos y los recibirán hasta el próximo 1 de enero de 2019. Pueden estar escritos en español, francés, inglés, italiano o portugués.
La información y la crítica sobre el cómic
Preguntamos a Altarriba cómo cree que ha cambiado la información y la crítica sobre el cómic de los ochenta a la actualidad. “Yo creo que actualmente hay un mayor reconocimiento de las instituciones académicas, de la importancia que tienen estos estudios sobre cómic. Yo leí mi tesis sobre cómic en el 81. Y tuve serios problemas para que me aceptaran ese tema para la tesis, no encontraba director, los profesores me aconsejaban que lo abandonara porque no tenía ningún porvenir académico, les parecía que no era digno de estudio dentro de la Universidad”.
"Actualmente -continúa- Julio Andrés Gracia está haciendo su tesis en la que presenta un cuadro sobre la evolución de las tesis que se han leído en los últimos años sobre el cómic. Y el aumento es tremendo. Hay muchísimas tesis y, además, en estos momentos hay más tesis sobre cómic hechas por mujeres que por hombres. Por eso pienso que a nivel académico hemos pasado de estar proscritos a estar de moda. Hay muy buenos trabajos teóricos”.
“En cuanto a la crítica y la divulgación sobre cómic -continúa-, creo que la crítica actual es más complaciente. Es difícil encontrar críticas que destrocen cómics. En los 70 y 80 te daban unos palos tremendos. En la crítica había enfrentamientos entre línea clara, cómic norteamericano, que si Tintín contra Terry y los piratas. Eso llevaba a posturas muy extremas. Con esas posturas más radicales, a veces se llevaban lo que se les ponía por delante. Actualmente, si a un periodista no le gusta un cómic lo que suele hacer es no reseñarlo. No suelen verse reseñas negativas”.
El cómic como denuncia social
Altarriba también participará, este sábado, en la charla El cómic como denuncia social, junto a Keko (dibujante de Yo, asesino), Cristina Durán y Miguel Ángel Giner (El día 3), Sento Llobell (Un médico novato) y su esposa, la pintora Elena Uriel. Modera Javier Marquina.
“Keko y yo hablaremos un poco del nuevo libro de nuestra trilogía, Yo, loco, en que denunciamos los abusos de la industria farmacéutica, cómo presionan los lobbys, cómo manipulan los medicamentos para vender más pastillas… El libro saldrá en Francia el 25 de octubre y más o menos por las mismas fechas en España, editado por Norma. El último, el de Yo, mentiroso, se me está complicando porque como la mentira está tan de moda… Y además me centraré entre las complicidades entre los políticos y los medios. Pero, como digo, hay tanto material que es complicado”.
“Y hablando de cómic de denuncia social -añade- destacaría también el trabajo de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner y recomendaría su último cómic, El día 3 (Astiberri), sobre la lucha de los familiares de las víctimas del accidente del metro de Valencia. Sirvió para apoyar a ls víctimas y que su historia no se olvidase”.
“En esa mesa yo voy a decir que el cómic y la crítica social siempre han ido de la mano -nos avanza Altarriba-. El origen de la historieta, para mí, fue la prensa satírica del Siglo XIX, que caricaturizaba a los políticos de la época y la situación que se vivía. La fuerza de la imagen y la capacidad de distorsión del cómic, de la caricatura, le da una gran fuerza a este lenguaje”.
“Recuerdo un caso muy curioso de censura, en la Francia de los años 30 del Siglo XIX, cuando caricaturizaron al Rey Luis Felipe con forma de pera. Eso dió lugar al cierre del periódico y a un debate nacional sobre las peras, la caricatura y la forma de la cara del rey que es muy interesante. Esa capacidad del cómic y la caricatura de retratar el mundo exagerando sus rasgos más denunciables, le da una fuerza tremenda”.
“A mí siempre me ha gustado que el cómic tenga una capa de intriga, una historia emocionante; pero que también posea un trasfondo social, político y de denuncia” –concluye Altarriba”.