Los nuevos test de emisiones para vehículos matriculados en la UE entran en vigor
- Esta nueva norma hace que los coches reflejen que contaminan más, lo que provocará que paguen más impuestos
- El Gobierno aprueba que ese aumento del impuesto de matriculación no se aplique de forma íntegra hasta 2021
El nuevo protocolo de medición de consumo y emisiones de gases en todos los vehículos nuevos matriculados en la Unión Europea (UE) ha entrado en vigor este sábado. Los test consisten en unas pruebas más estrictas que aseguran unos niveles de emisión de dióxido de carbono (CO2) más fiables.
Esta nueva norma hará que, desde este 1 de septiembre, las pruebas reflejen que los coches contaminan más, lo que provocará que un mismo coche publique mayores emisiones con el nuevo protocolo respecto al anterior protocolo.
Así, muchos coches que antes no tenían que pagar el impuesto de matriculación -por emitir menos gases- ahora sí lo tendrán que hacer. Además, otros que ya lo pagaban deberán que afrontar un tramo fiscal mayor.
Para mitigar el aumento de precio de los coches -que repercutiría en las ventas y la producción, como ha advertido la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), el Gobierno ha aprobado un régimen transitorio, una especie de moratoria, de forma que el impacto no se aplicará de forma íntegra hasta 2021.
Los nuevos test, obligatorios en toda la UE
El nuevo test de medición de consumo y emisiones de CO2 de los vehículos, denominado WLTP (por sus siglas en inglés), incluye una prueba de laboratorio que reflejará mejor la realidad. Por otra parte habrá un procedimiento llevado a cabo en condiciones reales de conducción (RDE, también por sus siglas en inglés).
Este cambio viene propiciado por el escándalo del Dieselgate que estalló hace tres años, la manipulación de emisiones de Volkswagen. El objetivo ahora es impedir los fraudes, proteger la salud de los ciudadanos y del medioambiente y estimular la competitividad mundial de la industria europea, según ha afirmado la comisaria europea de Mercado Único e Industria, Elzbieta Bienkowska, en un comunicado.
El WLTC es un test de homologación de las emisiones de CO2 y de consumo de combustible de vehículos, que entró en vigor el año pasado y que a partir de este sábado es obligatorio en todos los nuevos vehículos con matriculación europea.
Las RDE (pruebas de emisiones en conducción real), también obligatorias, no solo medirán las pequeñas partículas sino que a partir de septiembre de 2019 permitirá medir la emisión de nitrógeno (NOx).
Estas medidas -según la Comisión Europea- buscan proteger mejor a los ciudadanos europeos de los gases de la combustión y para restablecer la confianza de los consumidores europeos en el rendimiento de los vehículos.
El Gobierno legisla para mitigar el impacto en las ventas
En España, como en muchos países de la UE, se ha aprobado un régimen transitorio hasta el 31 de diciembre de 2020, de forma que se usarán unos valores correlados para reducir el impacto de las nuevas mediciones sobre el precio del vehículo y, por tanto, sobre el sector del automóvil.
Según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, "con esta medida no se exime a ningún vehículo de cumplir con las emisiones establecidas en la nueva homologación, aunque con la aplicación del índice correlado se gradúa el impacto fiscal del cambio de procedimiento y se promueve la renovación del parque móvil".
Con esta acción, se permite reducir a un 5% de media el impacto de precio en España que podrían alcanzar los automóviles con esta nueva norma europea en comparación con la subida del hasta 20% que se registraría sin estos valores adaptados.
Los tramos de dicho impuesto en España son de 0% para vehículos con emisiones menores o iguales a 120 gr/km de CO2; 4,75% para vehículos con emisiones mayores a 120 y menores a 160 gr/km de CO2; 9,75% para vehículos con emisiones mayores o iguales de 160 y menores de 200 gr/km CO2, y 14,75% para vehículos con emisiones mayores o iguales a 200 gr/km CO2.
De no haberse autorizado este "régimen transitorio", las marcas tenían solo hasta el próximo 31 de diciembre para seguir vendiendo el denominado "fin de serie" de algunos modelos que no estén homologados con WLTP, hasta un 10% del volumen de ventas contabilizado por cada marca durante 2017.
Los vendedores de vehículos creen que la medida es un "parche"
El Gobierno considera que es "fundamental" esta medida para contribuir a un marco de estabilidad y certidumbre que, unido al compromiso del sector de la automoción, avance en la reducción de las emisiones contaminantes, favorezca la creación de empleo en la industria de la automoción, y consolide a España como segundo fabricante de vehículos de la UE y octavo a nivel mundial.
Por su parte, la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam) ha considerado que la decisión del Ejecutivo es una "muestra del respaldo del Gobierno hacia un sector estratégico como es la automoción", al tiempo que ha advertido de que es un "parche".
"Hay voluntad política de seguir haciéndolo porque aunque estamos ante una decisión bienvenida y valorada hay que seguir trabajando pues lo deseable sería que en lugar de parchear las medidas de Bruselas, se pusiera en marcha una reforma fiscal que trasvase la presión impositiva de la compra al uso", ha apuntado el presidente de Ganvam, Lorenzo Vidal de la Peña.