Macri anuncia un plan de recortes para atajar la crisis, con un nuevo impuesto sobre las exportaciones
- El presidente argentino admite que el nuevo tributo es "malo, malísimo", aunque necesario para equilibrar las cuentas
- Las medidas de ajuste anunciadas, que incluyen una drástica reducción del Gobierno, supondrán el 0,7 % del PIB
Acuciado por el hundimiento del peso, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, ha presentado este lunes un plan de austeridad con el que pretende convencer a los mercados de su voluntad de atajar la crisis fiscal, que, entre otras medidas, incluye la introducción de un impuesto sobre las exportaciones y la reducción de su Gobierno, que pasa de tener 22 miembros a "menos de la mitad".
El paquete de medidas, que el mandatario ha anunciado en un discurso televisado, será el que Argentina, con el fin de obtener un adelanto en los fondos ya comprometidos por el organismo internacional que sirvan para detener la caída del peso frente al dólar.
"Tenemos que hacer frente a un problema de base: no gastar lo que no tenemos, hacer el esfuerzo para equilibrar las cuentas del Estado", ha justificado Macri, quien ha señalado que, "para cubrir lo que falta durante esta transición que se ha transformado en emergencia", su Gobierno va a pedir que "quienes tienen más capacidades para contribuir".
En este esfuerzo es en el que el mandatario argentino enmarca la creación de un impuesto para gravar las exportaciones, que ha calificado de "malo, malísimo", aunque necesario para reducir el déficit público. "Todos tenemos que ceder en algo si queremos cambiar", ha subrayado.
Convencer a los mercados
En su alocución, Macri ha admitido haber pecado de optimismo en sus previsiones: "La euforia que generamos", ha señalado en referencia a su victoria electoral en 2015, "nos llevó a convencer a quien nos prestaba la plata a dejarnos tiempo". Sin embargo, después de dos años y medio de Gobierno, la "situación cambió", ha explicado, tanto por por factores externos, entre los que ha citado la subida de tipos en Estados Unidos, la crisis de la lira turca o la coyuntura en Brasil, como internos.
"No fuimos capaces de mostrar unidad en nuestro compromiso de avanzar en las reformas estructurales", ha señalado, algo que hizo que, quienes prestaban el dinero, "comenzara a dudar", ha recalcado Macri. En este sentido, ha reiterado que las medidas adoptadas intentan dar a los mercados una señal clara de control del gasto para detener el déficit y la inflación, acelerada en los últimos días por la depreciación del peso, además de desterrar para siempre la corrupción, por lo que confía en que el ajuste del acuerdo con el FMI esté "listo en días".
El mandatario ha recalcado que el cambio de política es "de raíz, profundo y de verdad", y ha vuelto a lamentar que siendo Argentina uno de los países más prósperos del mundo tenga a un tercio de su población en la pobreza. "Afrontaremos las dificultades de la mejor manera. Vamos a superar la crisis cuidando de los más necesitados", ha prometido, pese a todo, el presidente argentino, que ha aludido a un "refuerzo de los subsidios, de los programas alimentarios y del precio máximo de determinados productos básicos".
“"Esta crisis no va a ser una más, sino que tiene que ser la última“
"Esta crisis no va a ser una más, sino que tiene que ser la última", se ha conjurado el mandatario argentino, que ha confesado que los últimos cinco meses han sido los peores de su vida después del secuestro que sufrió hace 27 años.
Alcanzar el déficit cero en un año
Poco después de su discurso, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, ha abundado en algunos detalles del plan de austeridad, que pretende alcanzar el déficit cero en 2019 con una serie de mayores ajustes del gasto público, el "único camino real al desarrollo", además del nuevo impuesto a las exportaciones.
"Vamos a ahorrar 6.000 millones de dólares más que no necesitamos financiar en los mercados, en el 2020 vamos a tener superávit fiscal primario de un punto del producto interior bruto, algo que nos va a permitir ahorrar otros 5.200 millones de dólares", ha asegurado Dujovne.
El titular de Economía ha precisado que el nuevo impuesto sobre las exportaciones, que será "transitorio" para los años 2019 y 2020, gravará "cuatro pesos por cada dólar exportado en actividades primarias y servicios y tres pesos por dólar para el resto de las exportaciones". El objetivo es recaudar 68.000 millones de dólares más en 2018 (unos 58.500 millones de euros) y 280.000 millones (240.000 millones de euros) en 2019, aunque el PIB se reducirá un 1,1 %.
Dujovne, que será quien negocie los adelantos del préstamo de 50.000 millones de dólares con el FMI, ha asegurado que "bajando el déficit, bajamos nuestra necesidad de emitir deuda y de esa manera dependemos menos de lo que pasa en el resto del mundo".
El peso vuelve a caer
"Queremos despejar las dudas que haya sobre Argentina en 2019. Con la combinación de un menor déficit y un mayor financiamiento, estaremos totalmente protegidos ante un cambio en las condiciones internacionales", ha insistido.
El ministro ha detallado que el plan de recortes supondrá un ahorro total del 0,7 % del PIB, sumando entre el 0,5 % en subsidios y el 0,2 % en gastos operativos, al tiempo que se transferirán los gastos por subsidios de transporte a las provincias argentinas (0,5 %).
El objetivo de déficit primario que el Gobierno argentino se había marcado para 2019 era del -1,3 %, mientras que a partir de ahora se impondrá como tope el déficit cero, algo que inicialmente estaba previsto para 2020; en ese año, si se cumple la nueva senda fiscal trazada estos días, habrá un superávit fiscal primario del 1 %.
Las medidas de austeridad no han acabado de convencer a los mercados financieros, donde el peso ha vuelto a caer: al cierre de la jornada bursátil, la moneda argentina ha perdido otro 1,6 % respecto al dólar -aunque ha llegado a bajar hasta un 4 % en su cotización- y ya acumula una devalución superior al 50 % ante el billete verde en lo que va de año.