Uno de los periodistas del Watergate retrata una Casa Blanca al borde del "ataque de nervios" con Trump
- Bob Woodward publica "Miedo: Trump en la Casa Blanca"
- El libro se basa en declaraciones anónimas de asesores y empleados de Trump
- El presidente insulta a sus asesores y es dado a tomar decisiones impulsivas sobre temas graves
- Trump ordenó matar a Asad, según Woodward
Un presidente colérico, dado a tomar decisiones radicales y adoptar soluciones extremas ante graves crisis internacionales, al que sus propios subordinados desobedecen o tachan de incapaz. Este es el cuadro de la Casa Blanca con el presidente Donald Trump que pinta Bob Woodward, el periodista que junto a Carl Bernstein destapó el Watergate, en su libro "Miedo: Trump en la Casa Blanca". El diario The Washington Post ha publicado varios extractos del libro, que sale a la venta el próximo 11 de septiembre.
Woodward ha recogido cientos de horas de testimonios anónimos de asesores, funcionarios y empleados de la Casa Blanca. Los asesores y secretarios de Trump a los que se cita por su nombre han negado las declaraciones o acciones que se les atribuyen, y el mismo presidente ha descalificado tanto el libro como al periodista.
Ataques de ira, insultos y descalificaciones
Woodward retrata a Trump como un hombre predispuesto al enfado y la ira, a maldecir y tomar decisiones impulsivas sobre temas de la máxima importancia. Su administración es un caos y la situación puede calificarse de "golpe de estado administrativo" o "ataque de nervios" del Ejecutivo, asegura el periodista.
Por ejemplo, Woodward relata que Trump escribió una carta en la que retiraba a Estados Unidos de un acuerdo comercial con Corea del Sur. Gary Cohn, que hasta marzo fue el principal asesor económico de la Casa Blanca, lo impidió por el expeditivo método de robar la carta del escritorio del presidente. Trump ni se enteró y se olvidó de su intención inicial de romper el pacto.
En otro momento, el exabogado del presidente, John Dowd, trataba de convencerle de que podría incurrir en perjurio si testificaba ante el fiscal Robert Mueller, que investiga la presunta interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales.
Para demostrar su argumento, Dowd bombardeó a Trump con preguntas y provocó que incurriera en contradicciones, mentiras y dudas. Trump montó en cólera. "Esto es un maldito montaje. No quiero testificar", zanjó.
El presidente insulta habitualmente a los máximos cargos de su administracióno, según los testigos citados por Woodward. Al fiscal general, Jeff Sessions, con quien Trump ha tenido algún choque a cuenta de la trama rusa, llegó a calificarle de "retrasado mental".
Los propios miembros del Gobierno tampoco se quedan atrás al descalificar al presidente. Según una de las fuentes del periodista el jefe de gabinete, John Kelly, llamó a Trump "idiota" en una ocasión. "Estamos en la ciudad de los locos... es el peor trabajo que he tenido nunca", dijo Kelly, según la versión de Woodward.
Trump: "No es más que otro mal libro"
Todos los altos cargos de la Casa Blanca citados en el libro han negado los comentarios o acciones que les atribuye Woodward.
“No es más que otro mal libro. [Woodward] ha tenido muchos problemas de credibilidad“
Por su parte, Trump ha desacreditado al periodista. "No es más que otro mal libro. [Woodward] ha tenido muchos problemas de credibilidad", ha declarado este martes en una entrevista con el diario conservador The Daily Caller.
“Solo es material desagradable. Nunca he hablado con él. Puede que no me pasaran sus mensajes cuando llamó. Probablemente habría hablado con él si me hubiera llmado, si hubiera llegado hasta mí. Por alguna razón, no me llegaron sus mensajes", ha añadido.
Según el Washington Post, Woodward contactó con varios miembros del equipo del presidente para obtener una entrevista con él y recabar su versión, pero nunca obtuvo respuesta.
Finalmente, en agosto, con el manuscrito ya terminado y cuando se sabía que el libro iba a ver la luz, Trump llamó por teléfono al periodista. El diario incluso publica en exclusiva el audio de la conversación telefónica entre ambos. Trump se quejó de que sería "un mal libro", "otro libro negativo, a lo que ya estoy acostumbrado", a lo que Woodward respondió que sería "duro" pero fiel a los hechos.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ha asegurado que el libro solo recoge "historias inventadas, muchas por empleados descontentos, contadas para hacer quedar mal al presidente".
Trump ordenó matar a Asad, según Woodward
Trump ordenó matar al presidente sirio, Bachar al Asad, pero su secretario de Defensa, James Mattis, ignoró la orden. Esta es una de las supuestas revelaciones del libro de Woodward.
"¡Matémoslo de una puta vez! Hagámoslo. Metámonos ahí y matemos a toda esa puta gente", exhortó Trump en una conversación telefónica con Mattis. El jefe del Pentágono ignoró el deseo del presidente y en su lugar planeó el bombardeo contra una base aérea siria, que Trump ordenó finalmente.
En otro pasaje del libro se afirma que, poco después de llegar al poder, Trump pidió al Pentágono un plan para un ataque militar "preventivo" contra Corea del Norte. Mattis salió "exasperado y alarmado" de esa reunión y comentó a su círculo cercano que el mandatario había "actuado como un niño de 10 u 11 años".
Mattis ha negado todos estos extremos en un comunicado, y ha atribuido la información a la "rica imaginación de alguien". Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, que asegura que estuvo presente en las conversaciones sobre Siria, ha negado también que Trump ordenara asesinar a Asad.
El propio presidente estadounidense, horas después, ha asegurado que nunca mencionó el asunto: "Eso no se ha discutido nunca. No ha sido ni siquiera considerado", ha asegurado Trump a los periodistas al reunirse en la Casa Blanca con el emir de Kuwait, el jeque Sabah al Ahmed al Sabah.