Los "niños rotos" de Nauru
- Varios menores han intentado suicidarse en los últimos meses en el centro para inmigrantes de Nauru
- El Consejo de Refugiados de Australia denuncia un repunte en los niveles de trauma, abuso y desesperación entre los refugiados en la isla
Durante esta semana en la pequeña isla de Nauru, en Micronesia, los 14 dirigentes de las islas del Pacífico Sur debaten sobre economía, política y seguridad. Sin embargo, en esta cumbre no se habla de lo que más preocupa a la ONU y a las ONG sobre Nauru: el centro de internamiento de inmigrantes que Australia tiene en la isla y en el que se encuentran 900 personas, 109 menores.
El último SOS lo ha lanzado el Consejo de Refugiados de Australia esta semana. En un informe la entidad denuncia la desesperación de los niños que llevan años en el centro y que, en algunos casos, ha llevado a los pequeños a intentar sucidarse.
"Lo único que piensan muchos niños es en cómo morir. Lo buscan en Internet", ha explicado Fiona Owens, jefa del equipo de salud mental infantil del centro hasta el pasado julio, en la televisión pública australiana.
“Lo único que piensan muchos niños es en cómo morir. Lo buscan en Internet“
La semana pasada una niña de 12 años tuvo que ser trasladada al hospital tras intentar quemarse a lo bonzo delante de más menores. Y unos días antes un niño iraní de 12 años conseguió salir de una huelga de hambre en la que llevaba 20 días.
"No comía, no quería salir de la habitación, estaba muy preocupada por él", ha relatado la madre del pequeño que huyó de Irán después de que encarcelaran a su marido y asesinaran a su hermano. En 2013, huyó con su hijo de siete años e intentó en barca la arriesgada travesía de 500 kilómetros que separan Indonesia de la isla australiana de Navidad pero su barca fue interceptada y fueron trasladados a Nauru.
“No comía, no quería salir de la habitación, estaba muy preocupada por él“
El gobierno australiano rechaza el informe del Consejo de Refugiados de Australia. "Sobre el terreno hay equipos para el cuidado, el bienestar y para ayudar a los niños y los jóvenes", han explicado desde el Departamento de Asuntos Internos autraliano.
Denuncias constantes de abusos
El documento indica que han aumentado los niveles de trauma, abuso y desesperación entre los refugiados, a los que califica como "personas rotas".
El centro de detención de inmigrantes de Nauru tuvo que cerrar en 2009 tras las denuncias reiteradas de la ONU de abusos sexuales y agresiones físicas por parte de los trabajadores del centro. Este se reabrió en 2012 por orden del primer ministro australiano Malcolm Turnbull pero los abusos continuaron.
En 2016, el diaro británico The Guardian filtró más de 2.000 informes que recogían las violaciones de Derechos Humanos cometidas por el personal de seguridad del centro. Entre 2013 y 2015 se registraron 223 incidentes de asalto a menores y 335 casos de autolesiones, algunos de ellos protagonizados por menores.
Nauru, esencial para la política migratoria de Australia
El centro para inmigrantes indocumentados de Nauru es parte fundamental de la Solución del Pacífico, la política migratoria que el gobierno australiano implementó en 2001 y por la cual no deja que ninguna persona sin papeles llegue a sus costas a través del mar.
Australia intercepta las barcas y las trasladas a sus centros de internamiento en Nauru y la isla de Manus, que pertenece a Papúa Nueva Guinea, para que sean terceros países los que decidan sobre sus solicitudes de asilo político.
En Australia, un país de algo más de 24 millones de habitantes, hay 42.000 refugiados, representan un 0,17% de la población, según los datos del Banco Mundial de 2016, el último año del que se tiene constancia.
Familias divididas
Esta política migratoria de reclusión en ultramar ha recibido un aluvión de críticas por parte las organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional, que acaban de lanzar una iniciativa, #KidsoffNauru, para reclamar a las autoridades australianas que reubiquen a todos los menores en Australia o un tercer país que los acoja sin ser separados de sus familias. Ahora mismo, se estima que hay 35 familias divididas entre Nauru, Manus y Australia.
"Esta claro que la detención indefinida causa diariamente daños reales y graves a estos niños. Muchos de ellos han vivido durante años en tiendas de campaña, han sido separados de familiares cercanos y no tienen un lugar seguro para jugar o tener acceso a atención médica aceptable", ha resaltado en un comunicado Claire Rogers, directora ejecutiva de World Vision, una de las ONG de la campaña.
“Esta claro que la detención indefinida causa diariamente daños reales y graves a estos niños“
La ONU también se ha manifestado en contra. En 2016, señaló que esta forma de proceder suponía "una mancha" en la reputación del país. "La aproximación punitiva que ha adoptado Australia hacia los inmigrantes solo ha servido para erosionar sus derechos humanos", sentenció el entonces Relator Especial de la ONU para los Derechos de los Inmigrantes, François Crépeau.
En Europa se plantean el modelo australiano
Aún así, la semana pasada el Ministros de Asuntos Exteriores italiano, el ultraderechista Matteo Salvini, aplaudió el modelo migratorio australiano y aseguró que su objetivo es implementar "el llamado programa 'No Way' aplicado por Australia" y defendió la creación de centros en la frontera sur de Libia para clasificar a los migrantes.
Externalizar estos centros, lo que llaman "plataformas de desembraco regional", fue una idea que sonó antes del Consejo Europeo que tuvo lugar a finales de junio y contó con el apoyo, entre otros, del presidente, Donald Tusk. La medida preocupa a algunos eurodiputados y, sobre todo, a las organizaciones pro derechos humanos que ven en ella el reguero de abusos que ha dejado la política migratoria autraliana en las dos últimas décadas.