'La monja', un pasaje del terror cinematográfico
- Corin Hardy dirige este fallido Spin-off de la saga Expediente Warren
- Taissa Farmiga y Demián Bichir protagonizan la película, que se estrena este viernes 7 de septiembre
Confieso que soy muy fan de la saga Expediente Warren (James Wan, 2013 y 2016) y que la Monja (Valak) me impresionó en la segunda parte: El caso Enfield. Pero todo el misterio y la fuerza que el personaje tenía en esa película lo pierde en su Spin-Off en solitario: La Monja, que llega este viernes a los cines. Una sucesión de sustos sin ninguna lógica que nos recuerda más a una vista al pasaje del terror que a una película, y en la que lo más interesantes es intentar averiguar por qué lado de la pantalla nos va a asustar la demoniaca religiosa.
Un nuevo intento fallido de explotar la franquicia, como ya sucediera con las dos películas de Anabelle (2014 y 2017) que tampoco estaban a la altura de la saga original. Aunque eran más sólidas que esta.
Y es una pena, porque el personaje tiene mucha fuerza e incluso la historia que se montan a su alrededor está muy bien, pero todo se malogra en ese festival de sustos que solo busca disparar nuestra adrenalina, sin preocuparse por desarrollar la trama. Aunque hay que reconocer que la excelente producción y ambientación consiguen un ambiente muy desasosegante.
Una película para disfrutar comiendo palomitas e intentar asustar al de al lado a la primera ocasión en que la música retumbe (sobre todo si es alguien que conozcáis). Y es que, ahora mismo, no recuerdo una película con más sobresaltos que esta. Convenientemente resaltados, eso sí, por la banda sonora.
Los orígenes de la Monja
La película nos cuenta los orígenes del espectro de la monja que atormentaba a Ed y Lorraine Warren en la excelente Expediente Warren: El caso Enfield. La trama comienza, en los años 50 del siglo pasado, cuando una monja se suicida en una abadía de clausura en Rumanía, en extrañas circunstancias. Para investigar el suceso el Vaticano enviará a un sacerdote con experiencia en casos demoníacos (Demian Bichir) y a una novicia (Taissa Farmiga) que está a punto de tomar sus votos.
La pareja viajara hasta el convento (con algún que otro homenaje al Drácula de Bram Stocker por el camino), y juntos investigarán el misterio que los llevará a descubrir el demoníaco pasado que atormenta a la abadía, convertida en un campo de batalla entre el cielo y el infierno, entre el bien y el mal. Ambos son lo único que puede salvar al mundo de la Monja y sus huestes demoníacas.
Destacar el trabajo de los actores, que dotan de credibilidad a unos personajes que siempre están al límite. Y todos los aspectos técnicos de la película, atmósfera, fotografía, efectos especiales... que contribuyen a un brillante espectáculo. El problema es, una vez más, la falta de guion que convierte a la cinta en una insustancial sucesión de sustos, aunque algunos sean originales.
Se echa de menos a James Wan
Otro problema es que echamos en falta una dirección con garra, fuerza y mala leche como la que James Wan demostró en las dos entregas de Expediente Warren, y en otros clásicos modernos del terror como las primeras entregas de las sagas de Saw y de Insidious. Aquí se ha limitado a las labores de producción y a sugerir la historia, cuyo guion final ha escrito el experto en el género Gary Dauberman (It, Annabelle, Annabelle: Creation). Como decimos la historia tiene buenas ideas que se pierden entre el aluvión de sustos.
En lo que sí ha acertado Corin ha sido en su homenaje a los clásicos del terror con una atmósfera gótica y una acción que transcurre entre túneles y cementerios, siempre de noche. Así que acostumbraos a las velas y candiles. Esa siniestra abadía y sus túneles subterráneos son un personaje más de la cinta.
Aun así confiamos en el director para futuros proyectos por su dominio técnico y porque su primera película, The Hallow, era una interesante variación del mito de los duendes que cambian a los bebés humanos por sus propios hijos, con momentos brillantes.
Una de las curiosidades de la película es que Taissa Farmiga (la hermana Irene) es la hermana pequeña de Vera Farmiga (Lorraine Warren), aunque sus dos personajes no tienen ninguna conexión.
La monja llega a los cines este viernes, 7 de septiembre.