El Gobierno presenta una queja formal ante la OEA por los insultos de su secretario general hacia Zapatero
- Luis Almagro llamó "imbécil" al ex presidente del Gobierno, Jóse Luis Rodríguez Zapatero
- El Gobierno cree que esta ofensa afecta negativamente a la imagen de España
El Gobierno, a través del embajador de España ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Cristóbal Valdés, ha puesto este lunes una queja formal ante la OEA y los organismos interamericanos de cooperación, por los insultos de su secretario general, Luis Almagro, contra el expresidente del Ejecutivo José Luis Rodríguez Zapatero.
A través de la nota verbal, el Gobierno de Pedro Sánchez ha expresado su "enérgico rechazo" a las declaraciones realizadas por Almagro el pasado viernes en la televisión colombiana NTN: "Mi consejo, es un consejo nada más: que no sea imbécil", dijo entonces el secretario general de la OEA.
Además, Almagro aseguró en la emisora que el expresidente tenía "un problema muy grado de comprensión". "Definitivamente el señor Zapatero está en el grado más alto de imbecilidad. Ha necesitado siete explicaciones para entender", añadió también el responsable de la OEA.
"Afecta gravemente a la imagen de España"
Para el Ejecutivo español, "estas declaraciones constituyen una ofensa personal al expresidente y, además, afectan gravemente a la imagen de España". "Como todos los que le han precedido al frente del Gobierno del Estado por voluntad expresa de los españoles, merece el debido respeto a su persona", han asegurado desde Moncloa.
Fuentes del Ejecutivo han expresado su malestar por las declaraciones de Almagro y han señalado que, si bien se puede discrepar sobre el fondo de un asunto, "no se debe perder el respeto y entrar en el terreno de los insultos personales", y menos aún cuando se trata de un expresidente del Gobierno de España.
Zapatero ha ejercido de mediador en la crisis venezolana, pero su papel ha sido siempre blanco de las críticas de la oposición. Antes del insulto de Almagro, el expresidente español le había criticado por defender una posible intervención militar en Venezuela contra Maduro, recalcando que las intervenciones militares unilaterales corresponden a una doctrina "insostenible" y "arcaica".