Ryan Gosling y el misterio del hombre de la Luna
- El actor interpreta a Neil Armstrong en First Man. El primer hombre y acapara la atención en San Sebastián
- RTVE.es entrevista al intérprete canadiense y a la actriz británica Claire Foy
Neil Armstrong culminó una gesta histórica el 20 de julio de 1969, pero fue un tipo reservado, introvertido y celoso de su privacidad. No fue un lunático, pero sí un misterio. No es casual que jamás haya sido un personaje de película hasta First man El primer hombre: lacinta de Damien Chazelle (La La Land) en la que Ryan Gosling interpreta al astronauta y que, antes de su estreno mundial, ya tiene a Donald Trump como hater.
Algo de Armstrong hay en el aire circunspecto de Ryan Gosling mientras habla de su película en el Hotel María Cristina de San Sebastián. Aunque al terminar cada frase asome, casi contra su voluntad de contención, algo parecido a una sonrisa. Junto a su compañera de reparto Claire Foy, y Timothée Chalamet (presente con otra cinta: Beautiful boy), han disparado la expectación en el festival.
“Fuera de su familia y amigos, Armstrong era percibido como alguien difícil de conocer. Tenía una increíble capacidad profesional, se centraba al 100% y eso le hacía parecer distante”, explica Gosling. “Pero experimentó muchas cosas y la película trata de descubrir esas capas y enseñar un poco más de quien fue realmente”.
El viaje de El primer hombre es sobre todo el del duelo de un hombre que perdió a su hija de dos años por un cáncer cerebral. A eso se agarra Damien Chazelle para trazar el arco de alguien que necesita viajar a la Luna para aterrizar mentalmente en la Tierra.
“Es un dolor inimaginable lo que debieron experimentar Neil y Jane”, adivina Gosling. “En cierto modo no puedo llegar entenderlo, pero admiro la unión que tuvieron. Fue una gran responsabilidad interpretarle”.
¿Pilotos o cobayas?
La carrera espacial fue en esencia una competencia de la Guerra Fría. El primer hombre contextualiza también el movimiento que criticaba en la época el presupuesto de la NASA. ¿Qué simboliza la llegada a la Luna? ¿Una estéril ambición humana? ¿O un hito en su capacidad de superación?
“Es otra cuestión con muchas capas, complicada, y depende de a quien preguntes. La idea era poner al espectador en el asiento de Neil. Literalmente. Eres tú quien va a la Luna y se sienta en la cabina. Y tratamos de dar un cierto sentido del paisaje emocional de Neil en ese tiempo”, explica.
El primer hombre recrea con asombroso talento visual cómo subían a los sucesivos Apolos los mejores pilotos de una generación, convertidos casi en cobayas dentro de cápsulas que se tambaleaban como una tartana metálica. Pero la narración sufre con la epopeya de un hombre al que, pese a sus cualidades, fue guiado por la casualidad y alguna catástrofe a dar ese primer gran paso para la humanidad.
Claire Foy (protagonista de The Crown) es Janet Armstrong, la otra mitad de la aparente encarnación del perfecto matrimonio americano de los 50.
“Es alguien que se preparó para seguir con su vida si su marido moría. Se preocupaba de la gente y era una amiga leal. Su vida era algo más que su matrimonio con Neil. Sabía que viajar a la Luna era alucinante, pero, para ella, su familia, hijos y amigos eran más importante que lo que ocurría en una roca a cientos de miles de kilómetros”, explica la actriz británica.
Gosling no replica a Trump
Gosling anda con pies de plomo para no levantar más polvareda lunar: no quiere avivar la polémica tras el estreno en Venecia, donde afirmó que el logro de llegar a la Luna “trascendía fronteras y países” al ser preguntado por la decisión de no mostrar en la película cómo se plantaba la bandera estadounidense.
Un comentario banal que disparó las alarmas patrióticas tan de estos tiempos: Nada menos que Donald Trump reaccionó afirmando que no vería una película que “se avergonzaba del Estados Unidos”.
“Entiendo el disgusto que hay alrededor, pero es una conversación entre los que han visto la película. Espero que tras el estreno queden claras nuestras intenciones. La bandera está representada en toda la película y está en la luna”, recuerda.
Claire Foy coincide: “No hubo esa decisión, la bandera es relevante. Pero es interesante que todos los que han ido a la Luna dicen que cuando miran atrás y ven la Tierra tan hermosa, solo dan ganas de relativizar, dar más abrazos y ser más amables, en lugar de discutir entre nosotros”. Y no se puede negar que desde 384.400 km de distancia, las fronteras no existen. Aunque eso ya, es otra película.