Enlaces accesibilidad

Pepa Salazar, moda al cuadrado

  • La diseñadora presenta su nueva colección fuera de calendario
  • Su trabajo habla de cómo el entorno influye en nuestras vidas
  • Los carnavales de Lantz son una de sus fuentes de inspiración

Por
Pepa Salazar habla en su colección de la influencia del entorno en nuestras vidas.
Pepa Salazar habla en su colección de la influencia del entorno en nuestras vidas.

Hoy resulta muy difícil aislarse, obviar o ignorar todo lo que sucede a nuestro alrededor. Hay un mundo que se mueve deprisa y nos empuja al futuro pero hay otro mundo que nos conecta con el pasado. En su nueva colección Pepa Salazar habla de cómo nuestro entorno puede llegar a influirnos y para expresar su idea toma como referencia los carnavales de Lantz, en Navarra. “La gente se viste con sacos de paja, cosas que usan en su día a día, para crear esos personajes mitológicos”.

Pepa Salazar utiliza una paleta de colores suaves y neutros en los que se cuelan lilas y lima.

Uno de ellos es el Ziripot, que va vestido con enormes sacos rellenos de hierba. Un personaje que inspira a Salazar. “He trabajado formas rudas, traduciendo un saco usado en una pieza más comercial, más moda”, dice. Sobre la pasarela vemos conjuntos de dos piezas que combinan la aspereza del tejido con la sensualidad del patrón asimétrico.

Salazar, de espíritu inquieto, extiende su inmersión antropológica a otros lugares, algunos tan remotos como Asia u Oceanía. “Me ha sorprendido encontrar puntos en común en diferentes culturas. En muchos lugares se visten con lo que la naturaleza les ofrece, utilizar el entorno para combatir el calor o el frío. Pero además he visto que casi todas esas culturas utilizan el cuadrado como base, como los japoneses para hacer su kimono”.

Las asimetrías y los tijeretazos marcan el trabajo de Salazar. Biel Sol

Y es lo que hace ella en esta colección: partir de esta forma geométrica, perfecta, para lograr distintas siluetas. “He tratado de conceptualizar el patronaje, estudiar las posibilidades del cuadrado para obtener un trapecio y hacer un top o una falda”. Salazar se vale de retorcidos y nudos para dar vida al tejido plano y convertirlo en prendas tridimensionales que recorren de forma irregular el cuerpo, tapando y destapando, con asimetrías rebeldes y tijeretazos osados que acaparan la atención en tejidos como la seda satén y sobre todo en colores no-color. Blancos, nude, crema y el omnipresente negro dejan paso a algunas pinceladas de lila y lima. “Esta vez no he usado el rojo, es la primera vez, pero es que no encajaba porque es otro discurso”, añade.

La sastrería contrasta con los códigos deportivos de Pepa Salazar. Biel Sol

El patrón deconstruido de algunas piezas contrasta con la tradicional factura de otras, como las chaquetas y abrigos oversize de aire masculino. Pero sobre todo destaca la potente feminidad que late en esta colección y que resta protagonismo a los detalles deportivos, tan presentes en el trabajo de Salazar, ganadora dos veces del premio Mercedes-Benz Fashion Talent. No hablamos de una joven promesa, hablamos de una creadora con un estilo personal y un universo propio que exprime en cada colección.

Los retorcidos y nudos transforman el patrón cuadrado en prendas especiales. Biel Sol

Todo encaja en la colección con coherencia ya que la diseñadora utiliza los complementos como hilo conductor. Las prendas de estilo lencero y las más ‘rústicas’ se combinan, en contraste, con zapatillas deportivas blancas que llegan espigas, un trabajo que ha hecho en colaboración con la casa Nike. Piezas únicas, como la joyería que ha realizado con la firma española Tous.

La diseñadora Pepa Salazar saluda tras el desfile. Biel Sol

Algo que ha sorprendido porque parecían ser dos mundos distintos. “Ha sido muy divertido y he hecho piezas muy exageradas, maximalistas, para que se vieran bien en el desfile. Y además me dieron la oportunidad de elegir una pieza y trabajar con ella y escogí el oso, quería darle caña al oso y que tuviera un estilo anime, ‘cure’, casi parece un pokemon”, cuenta y revela que le gustaría que esta línea se comercializara.

Su anterior desfile fue en el Mercado de Antón Martín y sus modelos caminaban entre los puestos de carne, pescado y fruta. Ahora ha escogido el Jardín Botánico. Por varios motivos. “Me encajaba bien con este look rural de algunas prendas pero también con la colaboración que he hecho con el florista Daniel del Valle que ha customizado calzado y prendas con plantas, paja y espigas”.

Asegura que el hecho de salirse de la pasarela convencional y elegir escenarios tan originales tiene un punto de inconsciencia, pero nada ocurre al azar. “Las cosas salen como salen, me gusta hacer cosas distintas pero no descarto volver al calendario”.