El pulso a Ryanair de los sindicatos deja 25.000 cancelaciones en el último año
- El conflicto con la plantilla ha afectado a 1,5 millones de viajeros y ha ocasionado una pérdida de confianza
- Los sindicatos reclaman que los contratos se adapten a la legislación de cada país
La aerolínea low cost que revolucionó el mundo de los vuelos en Europa acusa sus primeros síntomas de debilitamiento, asediado por las huelgas y los conflictos con su plantilla. El pulso de Ryanair con los sindicatos ha forzado a la aerolínea a cancelar cerca de 26.000 vuelos en poco más de un año, a los que se suman los 250 previstos en la huelga de este viernes.
Cuantitativamente esto se ha traducido en más de 1,5 millones de personas afectadas y en un descenso de hasta el 27% en sus cotizaciones bursátiles. Sin embargo, también ha derivado en una pérdida de confianza asociada a la insatisfacción de los clientes y en una llamada de atención por parte de sus inversores, quienes señalaban la pasada semana que "no estaban conformes" con el impacto que las huelgas están teniendo en los resultados de la compañía.
"Económicamente, Ryanair se puede permitir varias huelgas", afirma a RTVE.es el responsable de vuelo del sindicato USO, Ernesto Iglesias, "pero nuestro objetivo no es ese, es poner en la agenda mediatica el problema que conlleva la contratación, el modelo de empresa que tiene Ryanair. En ese sentido sí les ha costado bastante".
Los conflictos con su personal también han repercutido en los beneficios de la low cost irlandesa, que en su primer trimestre fiscal -de abril a junio de 2018- han registrado un descenso del 20% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, pasando de 397 a 319 millones anuales.
La compañía que preside Michael O'Leary -con la que RTVE.es ha intentado ponerse en contacto para recabar su opinión, sin éxito- atribuye estas cifras a un abaratamiento del 4% en el precio de su tarifa aérea media, que se situó en 38,68 euros, así como a un aumento en la factura del combustible y en los costes de plantilla, los cuales subieron un 34% después de aplicar un aumento del 20% a los salarios de los pilotos y del 3% al resto de trabajadores.
No es suficiente
Pese a esto, los sindicatos denuncian que la subida salarial no es suficiente. Su reivindicación tiene como objetivo que se adapten los contratos a la legislación de cada país y no mantenga a sus trabajadores con contratos irlandeses, que son "mucho más favorables para las empresas", explican desde USO.
El conflicto se remonta a septiembre de 2017. Tras una oleada de cancelaciones en Francia por la huelga de controladores aéreos, Ryanair suspendió un total de 2.100 vuelos -514 en España- para, según aseguró, hacer frente a la mala planificación de las vacaciones de sus pilotos. La compañía negó en todo momento la falta de personal en sus filas.
Sin embargo, a lo largo de ese mismo año, la aerolínea Norwegian contrató a 140 pilotos que antes trabajaban para la low cost irlandesa, forzando a Ryanair a cancelar otros 18.000 vuelos entre noviembre y marzo de 2018.
El personal de tripulación de cabina comenzó entonces a reclamar mejoras laborales. Meses más tarde se sumaron los pilotos y, juntos, dieron paso a las movilizaciones a nivel europeo contra su modelo laboral. Desde entonces, los problemas para la compañía que dirige Michael O'Leary se han ido agravando hasta, según el cálculo de RTVE.es, rozar las 26.000 cancelaciones en apenas un año debido a una docena de huelgas en toda Europa.
"Su modelo de negocio se ha acabado. Su modelo de explotación laboral se ha acabado. Cuanto antes se dé cuenta, antes podrá reubicarse en el mercado de las aerolíneas", asegura Iglesias.
Transformación de su modelo de negocio
A pesar de que en su primer trimestre fiscal de 2018 Ryanair aumentó un 7% su tráfico de pasajeros respecto al mismo periodo del año anterior -hasta los 37,6 millones-, a largo plazo los conflictos con los sindicatos, la reducción de beneficios y la pérdida de confianza de los inversores podrían llevar a la compañía irlandesa a realizar una profunda transformación, más impuesta que escogida, de su modelo de negocio.
"Si continúan los conflictos laborales, Ryanair puede dejar de ser una compañía tan atractiva como lo era antes", explica el responsable de vuelo de USO. "Los inversores tiene que presionar para que la cúpula directiva se replantee su actitud o se dedique a otro negocio", subraya.
En este sentido, las acciones de Ryanair cayeron un 6% después de que la compañía informase de una reducción en las ganancias después de impuestos obtenidas durante su primer trimestre fiscal.
En total, desde el pasado 12 de septiembre de 2017, la aerolínea ha registrado un descenso del 27% en sus cotizaciones bursátiles de Londres -pasando de 18,05 a 13,05 euros por acción-, mientras que en el índice Nasdaq estadounidense la reducción ha sido del 18% -pasando de 116,31 a 95,21 dólares en tan solo un año-.
"Desde el inicio del proceso la compañía ha perdido alrededor de 2.000 millones de euros de valor en Bolsa, además de las pérdidas derivadas de los vuelos que canceló la empresa en previsión de los servicios mínimos", asegura a RTVE.es el jefe de la sección sindical de Sitcpla, Óscar Ayusta.
¿Nuevas huelgas?
En este contexto, y tal como la propia aerolínea ha reconocido, es posible que sus previsiones de crecimiento para este invierno y el próximo verano se vean revisadas si continúan las movilizaciones de su personal en Europa.
"Estas reiteradas huelgas innecesarias están dañando el negocio de Ryanair y la confianza de nuestros clientes en un momento en que los precios del petróleo están subiendo fuertemente", ha admitido el director de mercadotecnia, Kenny Jacobs, en un comunicado. "Si continúan, será inevitable volver a revisar la capacidad de nuestro crecimiento durante este invierno y el verano de 2019", señalaba.
Pese a las numerosas reuniones celebradas en los últimos meses entre la compañía y los representantes de los trabajadores, las negociaciones se encuentran prácticamente paralizadas, principalmente, por las líneas rojas marcadas por cada una de las partes. El directivo de Ryanair ha pedido a los sindicatos que tengan "sentido común" y "cooperen" con la compañía para "finalizar acuerdos en beneficio de los pilotos y los tripulantes de cabina en las próximas semanas".
El sindicato Sitcpla, por su parte, se mantiene inamovible en su posición: "Confiamos en que algo les haga entender que el modelo de negocio que tienen es insostenible legal y socialmente, y se avengan a negociar unas condiciones dignas para el personal", señala Ayusta.
Mientras que desde el sindicato USO insisten en que un cambio en la directiva "es necesario y obligatorio, sobre todo para los accionistas", ya que podría ser un primer paso en esa transformación laboral que reivindican. Según Iglesias, "la gente tiene que saber que detrás de los billetes a cinco euros hay abuso de derechos laborales, hay amenazas y hay miedo de los trabajadores". Y lanza una advertencia a la compañía: "Las huelgas van a continuar. Esto es irreversible".