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La 'semana negra' de Pedro Sánchez

  • La gira norteamericana del presidente, eclipsada por dos nuevos ministros cuestionados
  • Con los presupuestos en el aire y el conflicto catalán al alza, Sánchez no descarta elecciones

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Pedro Sánchez y Antonio Guterres
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, saluda al secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Iba a ser un viaje lucido para el presidente del Gobierno: foto con el presidente de Canadá; intervención, en un perfecto inglés ante la Asamblea de la ONU en Nueva York; y mensaje a los medios internacionales sobre un gabinete de valores progresistas y agenda social. Dejar atrás las dudas sobre su tesis y hablar de igualdad, medio ambiente y cooperación internacional. Un paseo.

Pero los escándalos de los ministros Dolores Delgado y Pedro Duque no han dado respiro a Pedro Sánchez, que ya tenía sobre la mesa los presupuestos sin aprobar y a los nacionalistas endureciendo sus exigencias para apoyarlos. Además de los dos ministros ya dimitidos en poco más de cien días de gobierno.

La ministra portavoz, Isabel Celaá consideraba un “brutal acoso” y “ataque personal” las acusaciones contra Delgado y Duque: “Hemos pasado de la impunidad de antaño a la persecución”. Y ha reiterado el apoyo del Gobierno a sus dos ministros, ya expresado por Pedro Sánchez desde Nueva York.

La casa en la playa del ministro astronauta

Nadie esperaba que el fichaje estrella del Gobierno de Sánchez pudiera protagonizar un escándalo. El jueves un digital publicaba que Pedro Duque, ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, había creado una sociedad patrimonial para comprar su residencia de la playa y evitar el pago de impuestos. A media mañana el propio ministro daba la cara defendiendo que no había habido ninguna irregularidad.

Pero el viernes matizaba su respuesta y se comprometía a subsanar sus “errores fiscales” si los hubiere. Moncloa respaldaba su versión y descartaba el relevo: el asunto no tenía nada que ver con el de Máxim Huerta, el ministro de Cultura dimitido solo seis días después de jurar el cargo. El primer y ya lejano escándalo del Gobierno de Sánchez.

La ministra reprobada y los audios con Villarejo

Pero la verdadera presión sobre el Gobierno se ejerce en otro ministerio: el de Justicia. El martes la mayoría absoluta del PP en el Senado sumaba los votos de Ciudadanos (y Foro) para reprobar a su titular, Dolores Delgado, a la que acusan de abandonar al juez Llarena en la demanda que los independentistas presentado contra él en Bruselas.

Aunque no fue este el tema protagonista: a principios de semana otra publicación digital hacía públicos los audios de una distendida conversación de 2009 en la que la ministra de Justicia hablaba con, entre otros, el excomisario José Manuel Villarejo, en la cárcel acusado de delitos de organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales en la Operación Tándem. En ellas Delgado llama “maricón” al ahora ministro del Interior Grande-Marlaska y hacía otros comentarios sexistas. Antes de publicarse, Delgado había negado conocer a Villarejo y haberse reunido con él.

La ministra comparecerá en el Congreso, a petición propia, para dar explicaciones sobre su relación con Villarejo. Desde Nueva York, Pedro Sánchez respaldó su versión y reiteró su mensaje: “No nos va a marcar la agenda política un corrupto".

La oposición pide la dimisión o destitución de los dos ministros. Pablo Casado, presidente del PP, cree que "el Gobierno ya es la orquesta del Titanic". Incluso Unidos Podemos ha exigido a Sánchez "ejemplaridad" en el Gobierno.

Los presupuestos en el aire

La agenda tiene una cita importante pero sin fecha: los presupuestos. Esta semana la mesa del Congreso, donde PP y Ciudadanos suman mayoría, rechazaba una enmienda que el PSOE había introducido en una ley sobre violencia de género para evitar que el techo de gasto pase por el Senado, con mayoría absoluta del PP.

Un “boicot” y un “bochorno democrático” para la ministra portavoz, Isabel Celaá: “El PP y ciudadanos actúan con una sola voz para impedir que sigamos con la agenda del cambio y el estado de bienestar”, ha dicho. Si no se cambia la ley de estabilidad presupuestaria, el gobierno presentaría unos presupuestos ajustados a la senda de déficit aprobada por el PP a mediados de octubre, lo que, según Celaá, supone renunciar a 6.000 millones de euros.

Cataluña: “Si se prioriza el conflicto, iremos a elecciones”

En esta tesitura Pedro Sánchez lanzó desde Nueva York un mensaje para sus “socios” nacionalistas, cuyos votos le hicieron presidente del Gobierno. Los necesitaría para aprobar los presupuestos, pero los soberanistas catalanes exigen hablar de los presos del 'procés'. "En la política todo es priorizar. Si se prioriza el conflicto, entonces iremos a elecciones. Pero si colocas primero la cooperación para hacer políticas sociales y otras cosas podremos llegar a 2020, que es mi objetivo", ha dicho Sánchez.

Sánchez apelaba al diálogo con Cataluña y a dar visibilidad a la agenda social en los foros internacionales en los que ha participado estos días: “Así podríamos transformar España en muchos aspectos como salud, educación, pobreza, y también buscar una solución para Cataluña. Creo que eso es lo que quiere la mayoría de los españoles”.

Podemos es también un socio imprescindible. Esta semana la formación presentaba sus exigencias en gasto social y materia fiscal para apoyar los presupuestos.

Si pasa el temporal de los ministros, Pedro Sánchez podrá sentarse con sus "socios" a ver si le salen las cuentas para dar continuidad a su Gobierno.