Miles de independentistas exigen "recuperar el 1-O" y concentran la presión en Torra y los Mossos
- "Ni olvido ni perdón", exclaman los separatistas que exigen "desobediencia" para hacer efectiva la independencia de Cataluña
- Torra, que arengó a los CDR a seguir "presionando" por la república, reafirma su compromiso con el "mandato" del 1-O
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"Recuperemos el 1 de octubre". Al cumplirse un año del referéndum ilegal convocado en 2017, miles de catalanes han vuelto a salir a la calle en distintos actos para reivindicar la validez de aquella consulta con la que querían separarse de España y renovar el pulso del separatismo. Hoy como entonces han vuelto a exhibir urnas y a defender la "desobediencia" para lograr la independencia aunque los destinatarios principales de los mensajes han cambiado.
En lugar de dirigir su mensaje al Estado, se han centrado en instar al Govern de Quim Torra a hacer efectiva la república o, de lo contrario, dimitir; y también han arremetido contra los Mossos d'Esquadra por haber cargado contra los independentistas.
Quim Torra y el presidente del Parlament, Roger Torrent, han estado presentes al final de la manifestación principal convocada en Barcelona -a la que han acudido 180.000 personas, según la Guardia Urbana- para recibir de manos de los manifestantes ante la Cámara catalana, que lleva más de 70 días sin actividad, las urnas que se usaron en el 1-O repletas de deseos de los ciudadanos.
Recibidos entre pitos y abucheos, han escuchado cómo se les exigía "abandonar la sumisión al Estado y el autonomismo" y cumplir con el mandato del referéndum secesionista para "hacer efectiva la república catalana", como el propio 'president' se comprometió a hacer horas antes, y cesar cualquier tentativa de acuerdo "autonomista".
Pero además, en el manifiesto de la Plataforma 1 de Ocutbre, que agrupa a las entidades convocantes, han pedido la dimisión del conseller de Interior, Miquel Buch, por las cargas de los Mossos d'Esquadra contra manifestantes independentistas en un acto convocado por el sindicato policial Jusapol, a lo que se ha sumado la CUP.
Eso, minutos antes de que unos radicales convirtieran la marcha en un asedio a las puertas del Parlament. Un grupo numeroso de participantes rompió el cordón policial y alcanzó las puertas de la institución legislativa con intención de ocuparla, y se enfrentaron con los Mossos, que tuvieron que cargar para dispersarlos.
"Ni olvido ni perdón"
"1-O, ni olvido ni perdón", "las calles siempre serán nuestras", "sin desobediencia no hay independencia" y "la autodeterminación es un derecho humano" han sido algunos de los mensajes principales enarbolados en los actos impulsados por la ANC y los llamados Comités para la Defensa de la República (CDR), que han criticado lo que consideran incumplimiento por parte del gobierno independentista de Torra.
En el manifiesto leído tras la marcha de Barcelona se ha llamado a recuperar aquello que "catapultó al éxito" el referéndum: "voluntad, compromiso, inteligencia, estrategia, firmeza, perseverancia, desobediencia, no-violencia, esperanza, autorganización popular y, muy especialmente, unidad", la cual es "imprescindible si se quiere lograr la república catalana".
A lo largo de la jornada, ciudadanos y políticos independentistas han exigido el "retorno de los exiliados y la libertad de los presos políticos", como vienen haciendo en los últimos tiempos, con la novedad de que a la habitual crítica a la "represión" del Estado se ha sumado también la condena de la "represión" de la policía autonómica catalana, que se ha convertido en blanco de la condena de los independentistas, hasta el punto de que les han coreado en las manifestaciones: "Los Mossos también son fuerzas de ocupación".
Protestas ante la Jefatura de Policía y contra los Mossos
La jornada ha tenido varios focos de atención y algunos momentos de tensión contra las fuerzas de seguridad, tanto la Policía Nacional como los Mossos d'Esquadra.
La manifestación Recuperem l'1 d'octubre (recuperemos el 1-O) en Barcelona se dividió en dos, con un grupo formado por miles de personas que se concentró ante la Jefatura de Policía Nacional, en Via Laietana, y golpeaban las vallas de seguridad puestas alrededor de su sede, aunque sin llegar a un enfrentamiento con los agentes.
También, manifestantes en Girona lanzaron huevos pintura de colores en polvo y arremetieron contra el cordón policial y las vallas de seguridad colocadas ante la Delegación del Gobierno en Girona, ciudad donde por la mañana otros habían entrado por la fuerza en la delegación de la Generalitat para retirar la bandera española que ondea en este edificio público y colgar en su lugar una 'estelada'.
Por la mañana, el protagonismo fue de las "acciones sorpresa" de los llamados Comités para la Defensa de la República (CDR), que se han erigido en punta de lanza de las reivindicaciones del separatismo. A primera hora, cortaron varias carreteras en Cataluña -incluida la AP7- algunas de las calles. En Barcelona, activistas de los CDR bloquearon la entrada de la sede de la Bolsa, en el Passeig de Gràcia, y varios de ellos se encadenaron a las puertas de acceso tras una marcha que reunió a unas 600 personas.
Polémica por la arenga de Torra a los CDR
Sin embargo, el principal punto de polémica del día lo protagonizó el propio Govern de la Generalitat también en Girona, en la localidad de Sant Julià de Ramis, donde el año pasado tenía previsto votar el expresidente Carles Puigdemont, pero no pudo hacerlo por las cargas policiales, y en este aniversario el Ejecutivo catalán trasladó su reunión semanal. El nuevo presidente, Quim Torra, que ha calificado el 1-O como el "día de la victoria", quiso hacer un guiño a los CDR animando a que sigan "apretando". "Vosotros, amigos del CDR, apretad. Hacéis bien en apretar", dijo.
Ante pancartas y gritos de "el pueblo manda, el gobierno obedece", Torra se dirigió a los manifestantes para decirles que "hacen bien presionando" y les instó a que lo siguieran haciendo, alentando el "espíritu" del 1-O como "semilla constituyente de la república catalana".
Más tarde, en un discurso institucional junto a sus consellers, reafirmó su compromiso con "el mandato democrático del 1-O". "Es un camino que mantendremos siempre, por respecto a los hechos ocurridos hace un año, por voluntad de servicio a la ciudadanía y porque la democracia y la libertad serán siempre la bandera de Cataluña", afirmó.
PP y Cs piden que Sánchez comparezca en el Congreso
Bastaron las palabras a modo de arenga a la acción de los CDR -el expresidente Carles Puigdemont se desmarcó de las acciones violentas y pidió mantener la vía de "unidad y civismo"- para desatar la reacción entre los partidos no independentistas, en especial las críticas de PP y Ciudadanos, que respectivamente acusaron a Torra de alentar la violencia callejera en Cataluña y actuar como "cabecilla" de los "comandos separatistas" que creen que "Cataluña es suya".
El presidente del PP, Pablo Casado, exigió al Gobierno aplicar de nuevo el artíclulo 155 de la Constitución para no ser "cómplice de los golpistas" y fue más allá al pedir sanciones para los partidos que alientan la violencia en Cataluña, entre ellas dejarles sin subvención pública, sin descartar la ilegalización. "Cualquier partido que aliente la violencia, no la condene o la justifique, ya podría estar incurriendo en una posible sanción que puede llegar hasta la ilegalización", advirtió.
Los 'populares' se han unido también a Ciudadanos para pedir la comparecencia en el Congreso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un pleno extraordinario sobre Cataluña, "un territorio sin ley" donde, a juicio del líder de Cs, Albert Rivera, se está "cronificando el enfrentamiento, el señalamiento y el acoso a los constitucionalistas", de lo que ha culpado al Ejecutivo por su "error" en la "estrategia de pactar con los que quieren liquidar España".
Por su parte, el PSOE quitó importancia a los comentarios de Torra y el secretario de Organización socialista y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, remarcó que el artículo 155 no se puede activar "por unas palabras, te gusten o no te gusten", y pidió a los demás partidos "no echar más gasolina" y "no añadir más provocaciones". El ministro de Exteriores, Josep Borrell, sí afeó estas palabras al recordar al presidente catalán que su obligación es "mantener el orden público".