Macron claudica y acepta la dimisión de su número dos y ministro de Interior
- El presidente francés había rechazado la primera dimisión de Gerárd Collomb, que quiere presentarse a la alcaldía de Lyon
- La renuncia aboca a una nueva crisis de Gobierno de un presidente con el índice de popularidad estancado
Tras un pulso en los últimos dos días, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha terminado por aceptar la dimisión de su ministro de Interior, Gérard Collomb, que renuncia para presentarse a la alcaldía de Lyon en 2020, un puesto que ya regentó. El primer ministro, Edouard Philippe, asumirá el cargo de manera provisional hasta el nombramiento de su sucesor, quien, según la prensa francesa, podría ser el titular de Hacienda, Férald Darmanin.
El número 2 del gobierno francés, de 71 años, anunció sus planes hace dos semanas, aunque matizó entonces que dimitiría después de las elecciones europeas de mayo. No obstante, ha resentado su renuncia dos veces en las últimas 48 horas, aunque el lunes se encontró con el rechazo de Macron, que quería controlar el momento de la renuncia personalmente.
En una entrevista en el diario Le Figaro, Collomb insistía el martes en que mantenía su oferta de dimisión porque "el pueblo de Lyon necesita claridad", aunque recalcaba que no quería que su candidatura afectase al futuro del ministerio.
Nueva crisis de Gobierno con la popularidad estancada
Los críticos con Macron han percibido las declaraciones de Collomb como un desafío a la autoridad de un presidente que tuvo que reemplazar a sus ministros de Medio Ambiente y Deportes hace unas semanas. De hecho, el aliado de Macron desde 2016 había cambiado su tono hacia el presidente recientemente, a quien acusó de "falta de humildad". Según la prensa local, Collomb habría declarado a un grupo de periodistas que "muy pocos de nosotros podemos hablar todavía" con el presidente y habría dicho que, "si todos nos arrodillamos ante él, acabará aislado".
Collomb ha sido el responsable del ministerio desde que Macron llegó al poder y el deterioro en su relación se evidenció este verano por la polémica a raíz de la imputación del exguardaespaldas personal del presidente, Alexander Benalla, un caso que el Elíseo había estado ocultando desde mayo El guardaespaldas, que se hizo pasar por policía y agredió a un manifestante, fue despedido cuando el diario Le Monde destapó la noticia en julio.
El caso agravó la crisis política en el Ejecutivo de Macron, que incluso tuvo que someterse a una fracasada moción de censura presentada por la oposición conservadora. Su popularidad ha ido en picado al pasar de un 60% de aprobación cuando asumió la Presidencia en mayo de 2017, a un 30% en los últimos sondeos.