Hacienda quiere bajar el IVA de compresas y tampones del 10% al 4%

• Es una medida que está incluida en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2019
• También estudia gravar más a plataformas de economía colaborativa, como Uber y Airbnb

Imagen de un tampón

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha anunciado este jueves que el proyecto de Presupuestos Generales del estado de 2019 que está elaborando el Gobierno incluirá una bajada del IVA de los productos de higiene femenina como tampones y compresas del 10% que tienen en la actualidad al 4%.

En su comparecencia en la Comisión de Hacienda del Senado para presentar las líneas básicas de su Ministerio, Montero ha explicado que "son artículos de primera necesidad" y que con esa medida que está ya incorporada al proyecto de cuentas públicas del próximo año, se pondría fin a una "desigualdad", pues ha considerado que la fiscalidad actual es "discriminatoria".

Responde así a una reivindicción histórica de parte de la sociedad y que van en la línea del Gobierno de Pedro Sánchez. "Entendemos que la fiscalidad actual es discriminatoria", ha afirmado Montero, al tiempo que ha asegurado que hay que andar "hacia la igualdad de género".

Gravar más a plataformas como Airbnb y Uber

Por otra parte, Hacienda también estudia fijar un tratamiento fiscal "adecuado" para la llamada economía colaborativa, fundamentalmente para plataformas de sectores de alojamiento o transporte, entre las que se encuentran empresas como Airbnb, Uber o Cabify. De hecho, ontero valora subir los impuestos a dichas plataformas.

"Hay plataformas dedicadas a este servicio que generan miles de millones y no tributan de manera adecuada, porque la fiscalidad actual no reconoce este tipo de actividad y entran en competencia desleal con sectores tradicionales", ha afirmado Montero.

En cuanto a la configuración fiscal que el Gobierno prepara de cara a 2019, Montero ha hecho también en su comparecencia un repaso de las principales medidas, como la creación de un nuevo tipo impositivo para las rentas superiores a 140.000 anuales que, en su opinión, “no representan ni a la clase media, ni mucho menos a la trabajadora”.