Kavanaugh, el juez marcado por las acusaciones que lleva el partidismo al Supremo
- Un tribunal más conservador tendrá la última palabra en cuestiones como el derecho al aborto
Brett Kavanaugh, el juez elegido por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para el Tribunal Supremo y que ha sido confirmado este sábado por el Senado en medio de acusaciones de abusos sexuales en su juventud, tiene un acentuado perfil político que hace temer que lleve el partidismo a esa corte.
La experiencia de Kavanaugh, siempre próximo a los círculos de poder de Washington, le ha convertido en un magistrado vinculado a las más altas esferas de las filas republicanas, especialmente durante su tramo dentro de la Casa Blanca del expresidente George W. Bush entre 2001 y 2006.
La candidatura de Kavanaugh fue aprobada por el Senado tras superar las audiencias sobre su nominación, iniciadas a principios de septiembre y que han estado protagonizadas por las acusaciones de abusos de al menos tres mujeres, entre ellas Christine Blasey Ford, que acudió a la Cámara Alta para explicar los hechos supuestamente ocurridos en 1982.
Cuando se inició el proceso, las sombras sobre su figura se centraban en su visión ultraconservadora en relación con derechos civiles como el aborto, pero también en cuanto a su punto de vista sobre el poder presidencial ante la posibilidad de que Trump se viera afectado por las investigaciones en torno a él y su campaña electoral de 2016.
Se crió en el área del Washington más institucional
Sin embargo, en las últimas fechas el debate ha estado marcado por una audiencia sobre las acusaciones de Ford, en la que Kavanaugh se mostró desafiante, agresivo y pasional contra los demócratas, lo que, aparte de las sospechas de abusos sexuales, elevó las dudas sobre su partidismo y su temperamento para formar parte del tribunal más importante del país.
Hijo único de una jueza, Kavanaugh nació y se crió en el área del Washington más institucional, cerca del poder del que nunca se ha separado del todo.
Poseedor de dos títulos en la prestigiosa Universidad de Yale, este magistrado del Tribunal de Apelaciones federal en la capital destaca por su proximidad a la Administración de George H. W. Bush (1989-1993) y a la de su hijo, George W. Bush (2001-2009).
Kavanaugh se acercó a Bush padre mediante su procurador general, Kenneth Starr, para quien trabajó como becario y quien luego le contrató en 1994 para el consejo independiente que investigó diversas cuestiones de la Presidencia de Bill Clinton (1993-2001).
Más tarde, con Bush hijo, fue consejero y secretario de personal de la Casa Blanca entre 2001 y 2006, un periodo que ha levantado asperezas entre los demócratas por las dificultades para acceder a documentos de esta etapa.
Posteriormente, en 2006, consiguió acceder al puesto que hasta ahora ocupaba como juez de apelaciones en Washington tras superar un difícil proceso de confirmación que empezó tres años antes bajo la Administración de Bush hijo.
Remplaza en el cargo a Anthony Kennedy
Previamente, Kavanaugh ya había estrechado lazos con George W. Bush como parte del equipo legal que supervisó el frenético recuento de las elecciones presidenciales de 2000.
También fue en la Casa Blanca donde conoció a su mujer, Ashley, con quien mantuvo su primera cita el 10 de septiembre de 2001, un día antes de los atentados que sacudieron el país, según ha reiterado en varias ocasiones.
En su experiencia también se encuentra haber formado parte del grupo de asesores del juez del Supremo Anthony Kennedy, al que ahora reemplaza.
Este currículum, unido a la actitud de Kavanaugh durante las últimas semanas, ha levantado asperezas por su llegada a un alto tribunal que ha sido considerado históricamente como un elemento clave de la democracia por su independencia política, a pesar de que los magistrados son nombrados por el presidente.
Kavanaugh ha enfatizado durante el proceso que es un juez "independiente".
Partidario de acabar con el derecho al aborto
Además de los supuestos abusos, que han generado protestas en EE.UU., ha provocado el rechazo de la oposición por su postura a favor de acabar con el derecho al aborto -avalado en 1973 en el caso 'Roe contra Wade'-, una petición histórica de los ultraconservadores desde entonces.
La edad de Kavanaugh, 53 años, es uno de los elementos que le hizo entrar en el selecto grupo de favoritos, ya que Trump dejó claro que uno de sus objetivos es exprimir el carácter vitalicio de la plaza.
"Tenemos que elegir a uno que vaya a estar 40, 45 años", aseguró el mandatario.
La sala está formada por nueve jueces de los que cinco son de derechas -Kennedy es moderado, pero entraba en este grupo- y cuatro progresistas. Los magistrados son nominados por el presidente y posteriormente deben ser probados por mayoría absoluta en el Senado.