Andalucía vuelve a poner en marcha el reloj electoral en España
- Los partidos medirán sus fuerzas en esta cita tras la que vendrán municipales, autonómicas y europeas en 2018
- Será el principal examen para el PSOE de Sánchez y el PP de Casado. Podemos y Cs buscarán la sorpresa
Las elecciones autonómicas de Andalucía del próximo 2 de diciembre marcarán, como ya hicieran las anteriores de 2015, el inicio de un largo ciclo electoral que podría concluir en 2020 con las elecciones generales, si no siguen la misma suerte y se adelantan, aunque de momento el Gobierno lo descarta.
Tras los anteriores comicios andaluces, que también llegaron antes de los cuatro años de legislatura, se celebraron elecciones municipales y autonómicas, en mayo de 2015; elecciones en Cataluña, en septiembre de ese mismo año; y como cierre final, las generales, que se repetirían en 2016, poniendo fin a una etapa histórica e inédita en la política española.
Los tiempos se repiten de nuevo, de tal forma que tras las elecciones andaluzas llegarán las locales, autonómicas y europeas, con fecha ya marcada en el calendario: 29 de mayo; y en cualquier momento se pueden adelantar las generales y catalanas, dada la situación de inestabilidad actual.
Más similitudes: las andaluzas de 2015 se precipitaron por la ruptura de un pacto con el entonces socio de Gobierno de Susana Díaz, Izquierda Unida; y en este caso se adelantan por otro divorcio político, el del PSOE de Andalucía con Ciudadanos, partido que posibilitó la investidura de la socialista, que llegó a la cuarta. Díaz ha preferido no prorrogar las cuentas y no esperar a marzo de 2019, cuando tocaba la cita ordinaria de los andaluces con las urnas.
Aquellos comicios marcaron, además, el inicio de una nueva era en la política española. Consolidaron una tendencia que arrancó en las europeas de 2014 con el fin del bipartidismo y la irrupción de nuevas fuerzas que llegaron para quedarse: Podemos y Ciudadanos. La formación morada se convertía en la tercera fuerza política en Andalucía en su primera cita nacional y Ciudadanos, hasta entonces circunscrito a la política catalana, conseguía grupo propio en el Parlamento andaluz. La primera consecuencia de ese cambio en el mapa político andaluz fue la confluencia de Podemos con IU.
De esta manera, Andalucía vuelve a situarse como el primer 'ring' electoral donde las diferentes formaciones políticas medirán sus fuerzas. Aquellos que tengan buen resultado, lo platearán como tendencia a consolidar; y los que no, utilizarán el argumento electoral recurrente: no es extrapolable a otras citas electorales.
Díaz mira de reojo el 'efecto Sánchez' de las encuestas
Paradojas de la vida, Susana Díaz se enfrenta a las elecciones con el PSOE en La Moncloa. Pero no es su PSOE, es el de Pedro Sánchez, quien fuera su enemigo político y personal en una lucha por el poder y el control absoluto del partido que ha quedado en la historia socialista grabada casi con sangre.
Seguro que la andaluza recuerda aquel "Susana, tú a San Telmo (sede del Gobierno andaluz) y yo a La Moncloa" que le soltó Sánchez en un mitin de la campaña de las elecciones de 2015 en el que no se saludaron más que en público. La guerra ya estaba iniciada y Díaz ya apuntaba a su salto a la política nacional que Sánchez cortó de raíz, marcando un antes y un después en Ferraz.
La situación ahora es muy diferente: Sánchez ya es presidente del Gobierno- vía moción de censura- y su poder en el PSOE es total con poca discrepancia de 'barones' a los que liquidó de la Ejecutiva.
En este escenario, los socialistas viven, por el momento, un idilio con los sondeos y el CIS apunta a un claro y positivo 'efecto Sánchez' en los números electorales, colocando al presidente como primera opción de los españoles. Cierto es que la debilidad parlamentaria- con tan solo 84 diputados- hace que se perciba como posibilidad real constante un incipiente adelanto electoral en España. El Gobierno socialista depende de Podemos y de las fuerzas independentistas que ya han amenazado con ultimátums y con una posible retirada del apoyo.
Así, Sánchez tendrá que hacer campaña el próximo mes de noviembre en Andalucía cuando aún colean las polémicas de varios de sus ministros- Dolores Delgado y Pedro Duque- y con una complicada negociación de Presupuestos Generales del Estado, en la que las fuerzas independentistas catalanas tendrán mucho que decir y decidir.
Díaz se enfrentará a las urnas antes de lo que será otro duro golpe para el PSOE: la sentencia del caso de los ERE, prevista para principios de 2019, esto es, cuando por fecha tocarían las elecciones andaluzas.
Primera cita electoral para el PP de Casado
El nuevo PP de Pablo Casado también se la juega en esta cita electoral. El actual líder regional, Juan Manuel Moreno, fue uno de los firmes defensores de Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias del partido. A pesar de no ser un 'barón' de Casado, el presidente nacional le ratificó como candidato. Ambos han expresado su mutua "lealtad". Andalucía se convierte así en la primera prueba de fuego para los 'populares'.
El PP no es el único partido con desavenencias entre líder nacional y candidato autonómico. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y la ya confirmada candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodíguez, han mantenido diferentes tira y afloja y en su pulso personal- Rodríguez arrasó en las primarias de Podemos Andalucía frente a la candidata 'pablista' Isabel Franco- le ganó la batalla.
Ciudadanos quiere que Andalucía se convierta en la primera plaza con posibilidad de 'sorpasar' al PP. Rotas las relaciones con el PSOE, Cs tendrá que medirse en un marco de ambivalencia de 'pelear' con los 'populares' por el pastel conservador, pero haciendo posible una futura alianza electoral que posibilte acabar con cerca de 40 años de poder socialista en Andalucía.