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Los salarios crecen poco por la alta proporción de contratos involuntarios a tiempo parcial y el desánimo de los parados

  • El Banco de España explica que el 8% de la población activa desearía trabajar una jornada completa
  • La institución calcula que si sube un punto la tasa de paro los salarios se moderan en casi tres décimas

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Jóvenes trabajadores en una empresa
Jóvenes trabajadores en una empresa.

La elevada proporción de trabajadores a tiempo parcial involuntario y de desempleados desanimados está ejerciendo una "cierta presión a la baja" sobre los salarios, según concluye el Banco de España en su artículo La moderación salarial en España y en la UEM (en pdf).

La institución que gobierna Pablo Hernández de Cos analiza en esta publicación los factores que explican la evolución de los salarios, utilizando hasta cinco modelos diferentes.

El modelo base, que tiene en cuenta la tasa de paro, la productividad y las expectativas de inflación, refleja que si aumenta un punto la tasa de paro se reduce el crecimiento salarial en tres décimas y que un incremento de un punto en la productividad conlleva un repunte salarial de siete décimas, mientras que las bajas expectativas de inflación se traducen en un crecimiento salarial próximo a las ocho décimas.

Ahora bien, el Banco de España considera que existen otros factores, como la parcialidad involuntaria o el colectivo de desanimados, que también han tenido un papel relevante a la hora de explicar el "reducido crecimiento" experimentado por los salarios en 2016 y los primeros trimestres de 2017.

Un 8% de la población activa quiere trabajar más horas

Según el organismo, en los últimos 15 años, la tasa de trabajadores a tiempo parcial involuntario (aquellos que trabajan menos de 30 horas por semana pero que estarían dispuestos a trabajar más horas) "ha aumentado rápidamente en España", hasta situarse en torno al 8% de la población activa desde un nivel cercano al 2%.

"El marcado crecimiento que se observa a partir de 2008 podría indicar que, durante la crisis financiera, al menos un número importante de empresas se enfrentaron a la caída de la actividad sustituyendo una proporción relevante de trabajadores a tiempo completo por trabajadores a tiempo parcial con el objetivo de limitar sus costes laborales", afirma el Banco de España.

En cuanto a los desempleados desanimados, entendidos como aquellos que no buscan activamente un empleo, pero que estarían dispuestos a trabajar de manera inmediata si tuvieran una oferta de trabajo, el Banco de España señala que el porcentaje de parados desanimados subió durante la crisis y empezó a ralentizarse en 2013.

Tras analizar distintos modelos y factores, el Banco de España concluye que la tasa de paro fue el principal factor que, gradualmente, limitó el crecimiento de los salarios entre 2008 y 2012. A partir de 2014, en un contexto de progresiva recuperación económica, la tasa de paro siguió teniendo un efecto negativo sobre los salarios, pero de manera decreciente.

Baja inflación e inmigrantes con menor poder de negociación

Al mismo tiempo, las "particularmente bajas" expectativas de inflación en los trimestres posteriores a la recuperación explican también el bajo crecimiento de los salarios. La productividad, por el contrario, contribuyó de manera positiva a la evolución salarial en los años de la crisis, compensando en parte el impacto del elevado desempleo.

Asimismo, hay dos variables adicionales que, según el Banco de España, explican la moderación de los salarios entre 2000 y 2007 y entre 2010 y 2012. La primera, correspondiente al primer periodo, estaría relacionada con la fuerte entrada de extranjeros en España y su menor poder de negociación salarial. La segunda se refiere a las reformas laborales aprobadas entre 2010 y 2012 que, junto a los acuerdos de negociación colectiva firmados entre empresarios y sindicatos, "habrían favorecido un grado de mayor moderación salarial".

Respecto al periodo más reciente, entre 2016 y los primeros trimestres de 2017, el Banco de España atribuye la moderación de los salarios a las bajas expectativas de inflación, pero también a factores como la parcialidad involuntaria y los desempleados desanimados.