Los aliados de Merkel pierden la mayoría absoluta en Baviera y la ultraderecha supera a los socialdemócratas
- La Unión Socialcristiana (CSU) logra el 37,3% de los votos, su peor resultado desde 1950
- Los Verdes (17,8%) logran la segunda plaza mientras los 'Electores Libres' y la AfD pelean por la tercera (11%)
La Unión Socialcristiana (CSU), el partido de los aliados de Angela Merkel, ha ganado las elecciones regionales en Baviera con un 37,3% de los votos, pero ha perdido la mayoría absoluta en este land, feudo tradicional de esta formación.
Se trata del peor resultado de la CSU desde 1954, según las proyecciones difundidas por la televisión pública ZDF, que sitúan en segundo lugar a los Verdes, con un 17,8%.
La tercera posición estaría entre la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y los llamados 'Electores Libres' -una excisión de la CSU-, ambas en torno al 11% y por delante del Partido Socialdemócrata (SPD), que se hunde en el 9,6%, mientras que el Partido Liberal se quedaría con un 5%.
Con este resultado, la CSU -que pierde diez puntos respecto a los comicios de 2013- se verá abocada a buscar una alianza para poder seguir gobernando.
Varapalo para el SPD
También sufren un importante varapalo los socialdemócratas del SPD, que baja a la quinta posición tras haber sido durante mucho tiempo la segunda fuerza del land. El 9,6% logrado este domingo es su récord a la baja, tanto a escala nacional como regional.
Por contra, los ecologistas obtendrían el mejor resultado de su historia, casi diez puntos por encima del de 2013, y se convierten en candidatos a socios de gobierno, pese a las diferencias que les separan con los conservadores de la CSU.
La ultraderecha estaría por debajo del 12,6% que logró en las elecciones generales de 2017 pero logra acceder a la cámara bávara, con lo que ya tiene representación parlamentaria en 15 de los 16 länder.
Golpe para la gran coalición
Estos resultados suponen un importante golpe para la gran coalición entre CDU/CSY y SPD que lidera Merkel, que se selló en marzo tras un trabajoso proceso negociador y cuya gestión de Gobierno ha estado lastrada por sucesivas crisis.
El principal motor de los disensos ha sido el líder de la CSU y ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, quien profesa una manifiesta antipatía hacia Merkel y que ha amenazado repetidamente con romper la coalición entre exigencias de dar un giro derechista a su política.
Los disensos se extienden asimismo dentro de la CSU, por la conocida rivalidad interna entre el líder del partido y el primer ministro del land, Markus Söder, en el cargo desde principios de año con el paso de Seehofer a Berlín.
Tras conocer las primeras proyecciones de voto, Söder ha admitido que los resultados eran malos para su formación pero que el objetivo en este momento es lograr "un gobierno estable" mediante una alianza para la que, hasta ahora, solo ha descartado a la ultraderecha.
Mientras, la líder de la SPD, Andrea Nahles, ha reconocido en una breve comparecendia desde Berlín la derrota de su partido, que ha atribuido al hecho de no haber sabido separar la elección bávara de la mala imagen de la gran coalición alemana.