'Cartas desde Argel', un thriller político en la Argelia de nuestros días
- Agustín Ferrer se pregunta por qué Argelia fue el único país del Magreb donde no llegó la Primavera Árabe
- Un tebeo con el que consiguió el premio Manchacómic 2016
Agustín Ferrer Casas (Pamplona, 1971) es uno de los autores más interesantes del cómic español actual, conocido por sus obras en las que mezcla historia y ficción y que están ambientadas en la historia reciente, como Cazador de sonrisas y Arde Cuba (ambas publicadas por Grafito Editorial), características que ya estaban en su primera novela gráfica, Cartas desde Argel, con la que obtuvo el Premio Manchacómic 2016, y que ahora edita West Indies Publishing Company.
“Sin destripar mucho el contenido –asegura Agustín-, estamos ante un thriller político ambientado en la Argelia de nuestros días, una vez concluida una Primavera Árabe que afectó de diferentes formas a sus países vecinos. Pero para llegar a ese momento se hace un repaso de la historia reciente de Argelia como colonia francesa en su lucha por una independencia que logró en 1962. Y todo ello contado por uno de los muchos pieds-noirs, colonos franceses que retornaron a la metrópoli, y que cincuenta años después regresa a este país del Magreb buscando reencontrar una parte de su pasado”.
Agustín nos comenta por qué le interesa tanto este periodo histórico: “Quería intentar razonar por qué la llamada “Primavera Árabe”, que cambió la forma de gobierno de países vecinos como Túnez (donde se inició) y Egipto, o lamentablemente derivó en guerras civiles como en Siria y Libia, pasó de largo por países como Marruecos o Argelia”.
“Aunque estos dos países antagonistas vivieron sus protestas –continúa-, quedaron en simples manifestaciones de disconformidad que se diluyeron en el tiempo. En Marruecos mediante algún que otro palo y la integración de los partidos radicales islamistas en el ruedo político. Y en Argelia con un poco de pedagogía y también algún bastonazo”.
“Sólo hay que recordar –añade-que Argelia vivió su propia Primavera Árabe en los años 90, con protestas, manifestaciones, represión… El Frente de Liberación Nacional (FLN) llevaba 30 años en el gobierno después de haber liderado la lucha y el proceso de independencia respecto de Francia (quien quiera acercarse más al tema le recomiendo el largometraje ítalo-argelino de 1966 La batalla de Argel, de Gillo Pontecorvo) y ya se sabe que los regímenes de partido único no son muy propensos a las libertades”.
“Aunque puede decirse que el gobierno del FLN, cercano al panarabismo soñado por el presidente egipcio Nasser en los 60 y de tintes socialistas, sí que fomentaba libertades hoy perdidas en el mundo árabe. Como por ejemplo conservar la posición ganada por esas mujeres que, como en la Revolución cubana, lucharon codo con codo con los hombres por la independencia de su país”.
“El hecho –continúa el dibujante- es que al margen de ese proyecto socialista de país, la política de partido único degeneró en corrupción dentro del régimen y en las consiguientes protestas de una población azuzada desde las mezquitas. Recuérdese que, aunque el estado argelino, como el egipcio, se definía como laico y también estaba tutelado por el ejército, una corriente secular y de tintes extremistas recorría el mundo musulmán. Que los muyahidines consiguiesen expulsar al ejército soviético de Afganistán y derrocar al gobierno socialista del país, dio alas a aquellos que proclamaban que debía sustituirse la democracia por la sharia o ley islámica”.
“La presión exterior ejercida desde los despachos de los gobiernos occidentales –comenta Agustín- propició la convocatoria de unas elecciones en Argelia que, oh, sorpresa, ganaron los partidos islamistas. Lo que siguió a continuación, en aras de proteger la democracia y garantizar el suministro de gas argelino a occidente, fue la restitución en el gobierno del antes denostado FLN con apoyo del ejército, más protestas, más represión y una espiral de violencia que desembocó en una guerra civil encubierta y casi 200.000 muertos”.
“Si se aprendió la lección, ¿por qué repetir los errores del pasado fomentando una “Primavera Árabe” en Argelia?” –concluye el autor-
“No conviene olvidar el pasado”
Como comentábamos al principio, a Agustín le gusta ambientar sus historias en momentos históricos conflictivos. “Justamente por lo que comentaba antes. No conviene olvidar el pasado para no volver a tropezar en la misma piedra. Como se suele decir, de aquellos polvos vienen estos lodos”.
“Y como tengo vocación pedagógica –añade- siempre intento hacer ver, aunque tal vez peque de partidista, que muchos de los problemas actuales vienen del pasado, de errores históricos garrafales”.
“Los años 60, en los que se ambientan la mayoría de mis historias, coinciden con una época de Guerra Fría entre dos bloques enfrentados por ideología (y economía). Y con una descolonización “parcial” por parte de occidente de países cuyas fronteras fueron trazadas con escuadra y cartabón sin tener en cuenta etnias, tribus y demás diferencias culturales, lo que ha generado numerosos problemas y conflictos actualmente· -concluye Agustín-.
Realidad y ficción
Los cómics de Agustín son la mezcla perfecta de realidad y ficción. “En Cartas desde Argel –asegura- el trasfondo histórico es real. Concretamente me sitúo en el contexto de la lucha armada exportada por el FLN desde la Casba al resto de la ciudad de Argel. Todo ello vivido desde el punto de vista de colonos franceses, personajes ficticios de a pie con los que intento marcar cercanía con el lector, contando sus historias corrientes en el día a día”.
“La trama posterior, ambientada en nuestros días, también se mueve en la ficción aunque teniendo como escenario la Argelia actual” –añade el autor-.
El protagonista de la historia es Denisse, el hijo mayor de la familia Raynaud, colonos franceses. Sobre él, Agustín nos comenta: “Nacido en Argelia, se considera francés, como todos los pieds-noirs (término con el que desde la metrópolis se despreciaba a los colonos franceses en Argelia y que estos adoptaron como seña de identidad). Durante la batalla de Argel emigra a Marsella junto con sus padres”.
“Cincuenta años después –añade-, un Denisse en edad provecta decide volver a Argel para recobrar una parte de su pasado. Este proceso le hace rememorar su adolescencia a comienzos de los 60 y la razón de su retorno. Con su vuelta intenta recuperar el fruto de un amor furtivo adolescente, porque le pesa en su conciencia como un abandono”.
Un viaje al pasado en el que Denisse no está solo. “Se hace acompañar en su periplo por su nieta favorita, Gisèle, con la excusa de conocer sus raíces familiares –asegura Agustín-. Como no es tonta, pronto consigue que su abuelo le desvele los auténticos motivos de su viaje. Es un personaje que hace vulnerable al protagonista, pero que por esa misma razón lo convierte en un héroe”.
“Entre los protagonistas también destacaría a Amal, la supuesta hija argelina de Denisse, que dentro de su papel tiene motivos para la empatía y la compasión, lo que mina su profesionalidad” –concluye el autor-
Una gran documentación
La pasión de Agustín Ferrer por la historia se nota en su exhaustiva documentación. Siempre incluye en sus cómics artículos en los que explica el contexto histórico en el el que acontecen. “Siempre consulto enciclopedias en papel, porque me gusta la historia y sé dónde buscar. Aparte de eso, el buceo por internet da mucho juego, pero siempre contrastando las fuentes, porque no todo lo volcado en las redes es cien por cien fiable”.
“A nivel gráfico visioné un documental de France Télèvisions, la televisión pública francesa, con grabaciones de la época tomadas por franceses. Bastante crudo porque mostraba la actitud paternalista del colono frente a los argelinos. Y como se reprimía con un “primero disparo y después pregunto” a estos mismos argelinos. Y por supuesto la muy recomendable película antes mencionada, La batalla de Argel”.
Tres historias breves
Otra de las curiosidades del cómic es que incluye tres historias breves de la misma época que Cartas desde Argel. “Son tres historias que a mí me gusta definir como de “ponerse colorados” por enseñar las vergüenzas” –asegura-.
“Así –nos explica-, tenemos una primera 1973, basada en parte en una anécdota repetida con ardor guerrero, año tras año a sus nuevos alumnos, por Javier Carvajal, prestigioso arquitecto del antiguo régimen y que ya no está entre nosotros. La anécdota llevaba el título original del indiecito del Altiplano y venía a decir que los indígenas del continente americano estaban agradecidos y en deuda con los conquistadores por darles la lengua y la fe”.
“La segunda, Vidas cruzadas encaja perfectamente con el debate ético actual. ¿Deben venderse armas a países que no respetan los derechos humanos o perder los puestos de trabajo que generan esos negocios?”
“Y la tercera, El negocio de nuestra vida toca el tema del expolio que occidente sigue ejercitando sobre sus ex colonias. Las dos primeras historias obtuvieron sendos primeros premios y la tercera una mención en otros tantos certámenes de cómic hace unos años” –concluye Agustín-.
Premio Manchacómic 2016
Como os comentábamos, este cómic consiguió el Premio Manchacómic 2016. “Cartas desde Argel fue mi primer cómic largo (data de 2012) y ciertamente no sabía qué hacer. Era una prueba de “a ver qué me sale”, pero era demasiado corto para lo que actualmente se entiende como novela gráfica”.
“Cuando lo presenté en 2016 al premio Manchacómic quería rememorar mis tiempos de concursante de certámenes pero con algo bastante más largo que cuatro páginas –añade-. Lo cierto es que tampoco me sorprendió ganar, quizá por la costumbre de 20 años haciéndolo con historias cortas. Pero después me sentí como el matón del patio del colegio: contaba con la ventaja del “profesional” en el oficio”.
“Después, aparte de que el premio estaba pensionado, cuando el cómic fue editado por Zona 84 Ediciones y Serendipia Editorial en formato grapa, en color y A4, en una edición de 1000 ejemplares de distribución gratuita en el III Salón del Cómic de Castilla-La Mancha, bueno, pues ya no me sentí tan culpable. Y ahora, con esta nueva edición de West Indies Publishing Company ni te cuento”.
Sus proyectos
En cuanto a sus proyectos, no pueden parecernos más interesantes: “Estoy a punto de acabar, a falta de 20 páginas, una novela gráfica sobre el arquitecto alemán Mies van der Rohe. Creo que ya he hablado de este proyecto en otras ocasiones, pero como tuve que aparcarlo por Arde Cuba, el encargo de Grafito Editorial, pues se ha ido alargando en el tiempo”.
“Es la versión gráfica de un biopic que mezcla realidad y ficción, pedagogía e inmoralidad, paletadas de arquitectura y de carnaza. Pero ya hablaremos de este jugoso proyecto cuando vea la luz el año que viene, también de la mano de Grafito Editorial” –concluye Agustín Ferrer-.