Defensa baja la altura mínima exigida a las mujeres y unifica la política de tatuajes en las Fuerzas Armadas
- Los requisitos serán 155 centímetros para las mujeres y 160 centímetros para los hombres
El Ministerio de Defensa ha modificado la altura mínima requerida en las convocatorias para el acceso a las diferentes Escalas y Cuerpos de las Fuerzas Armadas. Serán 155 centímetros para las mujeres y 160 para los hombres. También ha unificado la política de tatuajes para ambos sexos. Con esta decisión, se evitará la discriminación que se producía al solicitar a las mujeres la misma altura que a los hombres, sin tener en cuenta la diferencia de talla.
Otro de los cambios es que los requisitos de talla mínima se aplicarán por igual a todos los procesos de selección, con independencia de si se accede a la escala de oficial, suboficial, tropa o marinería.
Igualando desde la diferencia
La medida se ajusta a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europa, de 18 de octubre de 2017, que iba en contra de establecer una estatura mínima común para ambos sexos, lo que impedía el acceso al 45% de las mujeres españolas.
Defensa pretende mantener unas tallas mínimas, similares a las de los países de nuestro entorno, que permitan una calidad física compatible con las exigencias operativas de las Fuerzas Armadas españolas.
La decisión recoge así una petición de la Comisión de Defensa del Congreso que, como explicó el diputado Félix Alonso, responde a la idea de que hay que suprimir este tipo de barreras porque "necesitamos mucho cerebro y poco músculo".
Norma común para los tatuajes
En cuanto a los tatuajes, Defensa también unificará los criterios, incluyendo en las convocatorias este texto: "Tampoco son permitidos los tatuajes, argollas, espigas e inserciones, automutilaciones o similares, que sean visibles vistiendo las prendas comunes para el personal masculino y femenino de los diferentes tipos de uniformes de las Fuerzas Armadas, en sus distintas modalidades".
Esta precisión supone que las mujeres podrán tener tatuajes que no sean visibles con el uniforme con pantalón -de uso común para hombres y mujeres-, aunque lo sean con el de falda. Se evitan así casos como el de una participante en unas pruebas de selección para un cuerpo militar, que fue rechazada por lucir un tatuaje en el empeine, que solo era visible cuando utilizaba el uniforme en su versión femenina, con falda.