11-11: Memories Retold, una obra de arte jugable para recordar a las víctimas de las guerras
- El estudio Aardman, ganador de varios Oscar, diseña una fábula pacifista con un impresionante estilo visual
- El juego es un cuadro en movimiento que narra la historia de dos soldados en la Primera Guerra Mundial
"Este es un juego ambientado en una guerra pero no es juego de guerra. Es un juego de paz", afirma el director de 11-11: Memories Retold mientras sostiene en sus manos la chapa de identificación de su bisabuelo. El antepasado de Yoan Fanise perdió una pierna y a un hermano durante la Primera Guerra Mundial y su historia, como la de millones de personas a las que golpeó en conflicto, se ve ahora reflejada en un juego.
El Imperial War Museum de Londres ha acogido esta semana la presentación mundial de un título pionero que confirma que el videojuego es un medio maduro para remover conciencias y para contar relatos que conmuevan. 11-11: Memories Retold celebra el centenario del armisticio que puso fin a la guerra el 11 de noviembre de 1918, como nos recuerda el título.
11-11: Memories Retold es el proyecto común de dos empresas con mucho que decir en la narrativa interactiva. La francesa Digixart se ha encargado de la parte de la jugabilidad y la programación y el estudio británico Aardman (Wallace y Gromit) ha trabajado en el diseño y la animación, creando un estilo artístico jamás visto en las consolas.
Pinceladas digitales para un cuadro viviente
Visualmente, la obra de Digixart y Aardman es de una belleza impresionante. Estamos ante un cuadro en movimiento, en el que los colores transmiten melancolía y cierto irrealismo en un juego que trata sobre las historias que cuentan los soldados. Lo más destacable es que ese estilo pictórico está al servicio de lo que se narra: un canto al pacifismo sobre el impacto de la guerra en quienes están en el frente y quienes se quedan atrás.
El juego ha supuesto un desafío técnico muy importante para los creadores. Fanise sugirió que el estilo debía parecerse al de otra obra de Aardman, la animación titulada Flight of the Stories para el Imperial War Museum. En esa pieza los recuerdos de quienes murieron en el frente regresan volando a casa.
Bram Ttweham, el director artístico de 11-11 Memories Retold recuerda a RTVE.es la dificultad de trasladar esa técnica a las consolas. "Cada frame de Flight of the Stories tardaba entre cinco y diez minutos en renderizarse. El estilo que queríamos para el juego exigía mucha potencia de procesamiento en tiempo real, así que tuvimos que ir afinando la técnica y hacer cientos de ensayos".
Ttweham cita a Turner y Monet como sus grandes referentes artísticos. "Turner tiene la virtud de mostar mucho detalle con aparentemente poco detalle. De Monet hemos tomado el estilo de sus pinceladas. Nos basamos en la era premodernista, en los pintores que pudieron conocer los personajes antes de la guerra". También se han inspiraddo en la técnica de óleo sobre vidrio, usada por el artista Alexander Petrov en su corto ganador del Oscar El viejo y el mar.
Dan Efergan, director creativo del juego, nos da más detalles sobre cómo llegaron a ese estilo: "Intentamos meter elementos de futurismo y cubismo cuando los personajes están bajo el shock del combate, pero nuestro productor nos recordó el poco tiempo que nos quedaba para entregar el juego. Con suerte, los podremos usar en un próximo título". Aardman no descarta volver a usar esta técnica pictórica.
Harry y Kurt, dos hombres en una guerra que nadie entiende
11-11 Memories Retold es un relato equilibrado, narrado desde ambos bandos y en el que no hay ni buenos ni malos. Un juego sobre la guerra en el que no tendremos que disparar un solo tiro. Una fábula cuya moraleja es que "los hombres son hombres dondequiera que estén y la paz está en sus corazones", según afirma el asesor histórico Peter Doyle.
La historia comienza en Toronto con el personaje de Harry, a quien pone voz Elijah Wood (El señor de los anillos). Es un joven fotógrafo algo ingenuo que decide alistarse para vivir aventuras e impresionar a la chica que ama. Jugando como Harry tendremos que tomar fotos del frente y decidir cuáles enviamos a casa, creando un relato visual de la guerra.
En Alemania está Kurt, un ingeniero que trabaja en una fábrica de zepelines y que recibe la noticia de que se ha perdido el contacto con el regimiento de su hijo. Sebastian Koch (La vida de los otros) interpreta a este pacifista que deja atrás a su mujer y a su hija y se ve obligado a entrar en combate. Las cartas que envía Kurt son, junto a las fotos de Harry, el hilo conductor del juego. Debemos decidir qué contamos a nuestra familia sobre la guerra y sobre la búsqueda del hijo.
Harry y Kurt se encontrarán por accidente en una cueva. A partir de ese momento, tendremos la posibilidad de cambiar el punto de vista de la narración entre ambos y hacer que los personajes cooperen. También podemos manejar a una paloma y a un gato, que funcionan como metáforas del absurdo de la guerra. La paloma y el gato no entienden de patrias ni de banderas y atraviesan libremente las líneas del frente mientras los hombres se matan.
'En los campos de Flandes', las amapolas y el Día del Recuerdo
El poema En los campos de Flandes ha servido para ilustrar las imágenes del primer tráiler de 11-11 Memories Retold. Escrito por el teniente coronel médico canadiense John McCrae, describe cómo crecían las flores en los campos de batalla. Los cuerpos de los soldados caídos fertilizaban la tierra y era frecuente ver campos de amapolas en los terrenos más castigados por la guerra.
El poema de McCrae, que falleció de meningitis antes del final de la guerra, convirtió a la amapola en un símbolo del recuerdo a los fallecidos en combate. Cada 11 de noviembre los ciudadanos de la Commonwealth recuerdan a los que perdieron la vida en La Gran Guerra portando amapolas en las solapas.