Sergio Mora: "Para mí, el surrealismo y el pop son libertad"
- El artista publica Moraland, un resumen de sus trabajos de los últimos 15 años
- “La cultura popular no tiene fronteras ni nacionalidades”, asegura
Bienvenidos a Moraland, un planeta en el que toreros y folklóricas conviven con extraterrestres y hombres botijo; y en donde la única ley es la imaginación sin límites de Sergio Mora, un creador irrepetible cuya originalidad le ha llevado a triunfar en todo el mundo. Ahora Sergio repasa sus 15 últimos años de carrera en Moraland (Norma editorial), un libro sorprendente que promete “surrealismo pop” en cada una de sus páginas. Y que estará a la venta el 31 de octubre.
“No me gustaría definir mucho Moraland -nos cuenta Sergio- porque cuando defines mucho las cosas las matas. Lo bueno de este libro es que en sus páginas puede pasar cualquier cosa. Y así es más divertido”.
El libro está planteado como un catálogo de su obra pero con varias sorpresas: “Lo que tiene más presencia -asegura- son las series que he hecho de pintura, las exposiciones. Me interesaba porque he publicado varios libros pero estos trabajos no habían aparecido recopilados en ninguno de ellos. También hay trabajos de encargo como los restaurantes que he decorado o el diseño para discos. Y cosas muy raras que casi no se habían visto anteriormente”.
El arte pop es un lenguaje universal
En el libro también hay varias exposiciones de Sergio Mora que han dado la vuelta al mundo. Una universalidad que no está al alcance de cualquiera. “No tengo la fórmula para triunfar en otros países. Pero creo que hay que pensar lo que podemos aportar. Vivimos en un mundo muy globalizado en el que reflejar tu entorno cercano puede ser muy interesante”
“Port ejemplo- continúa- yo trabajo con el pop (cultura popular) y con el surrealismo. Porque creo que la cultura popular no tiene fronteras ni nacionalidades. El folklore de cada país también es cultura popular. Así que, lo que he hecho ha sido combinar ambas cosas de forma natural”.
“Por eso –añade Sergio- en un momento dado empecé a mezclar tópicos españoles, que se habían quedado como algo manido, como algo kitsch (como pueden ser el flamenco y a los toros), con la ciencia ficción. Porque en un mundo tan globalizado como el actual uno no es solo del lugar en el que nace, sino que recibimos influencias de todas partes. Jugué con esa mezcla”.
El arte al alcance de todos
Sergio también defiende que el arte debe dejar de ser una cosa elitista para estar al alcance de todos: “Por ejemplo, me hace mucha ilusión que puedas ver mi trabajo en un restaurante. O que este libro (Moraland) pueda estar en una tienda de cómics, unos grandes almacenes y un museo. La cultura popular se mueve en todos los ámbitos y a mí me gusta la idea de poder estar en todos, desde presentar una exposición en una galería de arte hasta llevar mis tebeos a un certamen de cómic underground. Es bonito no tener prejuicios con nada y poder estar en todas partes”.
“De alguna forma es considerar que el pop y el surrealismo son libertad –añade-. Antes se hablaba de cultura popular como algo despectivo, pero actualmente la cultura popular es todo, porque casi todos tenemos acceso a todas las artes y estilos. Tenemos acceso a toda la cultura. De alguna forma todo se ha convertido en cultura popular”.
“El humor y la poesía son la materia prima de mi trabajo”
Además del pop y el surrealismo, el trabajo de Sergio Mora destaca por la poesía y el sentido del humor. “Son dos cosas fundamentales para mí -confiesa-. Siempre intento manejarme en el filo entre una cosa y la otra; y que convivan. Hay poesía en la que no cabe el humor pero a mí me gusta estar en el filo, en la cuerda floja entre ambas cosas”.
Pero crear un universo tan original como el de Sergio Mora requiere un esfuerzo que no termina nunca. “Siempre intento hacer cosas nuevas, evolucionar y sorprender. Y por eso también diversifico mi forma de trabajar, la temática, los materiales que uso… Lo más rico es ir cambiando de disciplinas, de soportes… paso de una exposición a un libro y luego a un proyecto de decoración... Así me refresco de unas cosas a otras, consigo no repetirme y nunca me aburro. Me va muy bien ir cambiando de disciplina y creo que consigo que la gente que me sigue tampoco se aburra”.
El pulp, la serie B y los monstruos
En Moraland también conviven la Serie B, el pulp y los monstruos. “Son cosas que me inspiran mogollón -afirma-. No soy un friki que se conozca todas las películas Pero esa estética siempre me ha parecido superseductora. El mundo de la ciencia ficción y el terror son geniales”.
“Lo curioso -confiesa- es que yo nunca veo películas de terror en casa, porque a mi mujer le dan miedo. Casi no veo esas películas, pero me seduce su estética a nivel simbólico, a nivel poético… Me encanta”.
“Por ejemplo –añade-, en la portada del libro Moraland, juego a mezclar la iconografía religiosa con el pop. Una mezcla de mitología y fantasía que me encanta. En el fondo la iconografía religiosa tiene muchos puntos en común con la ciencia ficción”.
En el libro también aparecen personajes que han marcado la carrera de Sergio como Spock, E.T. o Botijoman. “Al final son como ver la tierra, vernos a nosotros mismos, desde el espacio -afirma-. Es como vernos desde fuera, porque siempre estamos pensando en nosotros mismos, pero no nos vemos con distancia. Cuando estoy agobiado con algún problema, pienso que somos esa mota de polvo flotando en el espacio”.
“No puedo vivir sin música”
De joven Sergio formó parte de un grupo de Rock y una parte muy importante de su trabajo, reflejada en el libro, son los diseños para grupos musicales como Fangoria, Marc Parrot, Motorzombies o Love of Lesbian (desde portadas de discos a cartelería e incluso campañas enteras). Incluso consiguió un Grammy latino (2016) al mejor diseño de packaging por el arte del disco ‘El Poeta Halley’ de la banda Love of Lesbian.
“No puedo vivir sin música -confiesa-. Sobre todo el rock. Para mí el rock es como una actitud. E incluso hay música que no está catalogada como rock pero para mí representa esa misma actitud, como los discos de Nina Simone o Frank Sinatra. Para mí el rock es el mejor transmisor de energía”.
En cuanto a la influencia de la música en su trabajo: “Es fundamental. Y no solo la música sino de la estética del rock. Hay grupos que me transmiten una energía que me encantaría poder incorporar a mi trabajo”.
La inocencia de nuestra niñez
El trabajo de Sergio también tiene mucho de la inocencia de nuestra niñez. “Tengo un sobrino de cinco años que es mi ídolo. Es como la felicidad hecha carne. Se lo pasa bomba con cualquier cosa. Luego crecemos y nos vamos puliendo. Si nos fijamos en el cine de los 80, había como una ingenuidad que se ha perdido mucho. Ahora somos todos como muy resabiados. Y a mí ese concepto de “para todos los públicos” me molaba mucho porque era como más fresco. Y creo que, aunque maduremos, hay que conservar todo lo que se pueda de esa ingenuidad, de esa frescura”.
En cuanto a sus proyectos, Sergio nos avanza que: “Muy pronto, en marzo del año que viene, se inaugurará en Nueva York el mercado “Little Spain” de José Andrés y los hermanos Adrià. Lo hace el arquitecto y diseñador de interiores Juli Capella. Yo colaboro con unos murales"
"También -añade-, tengo un libro con el que estoy muy ilusionado, una novela gráfica que he escrito e ilustrado y de la que todavía no puedo avanzar nada. Solo puedo decir que va a ser una sorpresa que mucha gente no se espera”.
Recordad que Moraland estará a la venta el 31 de octubre.