El planeta ha perdido el 60% de las poblaciones de vertebrados desde 1970
- Las actividades humanas han perjudicado a peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos
- Así se desprende del Informe Planeta Vivo 2018, elaborado por WWF
Las poblaciones de animales vertebrados (peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos) disminuyeron un 60% entre 1970 y 2014 debido a amenazas relacionadas con las actividades humanas, como la pérdida y la degradación del hábitat por la agricultura y la sobreexplotación de la vida silvestre.
Así se desprende del Informe Planeta Vivo 2018, elaborado por WWF y hecho público este martes en todo el mundo. Este estudio, que cumple su 12º edición desde que naciera en 1994, analiza las tendencias globales en la biodiversidad y la salud de la Tierra, y brinda una visión general del estado del mundo natural, los impactos humanos y las posibles soluciones.
“La actividad humana no sostenible está llevando al límite a los sistemas naturales del planeta que hacen posible la vida en la Tierra. “
El informe, de carácter bianual y realizado en colaboración con la Red de la Huella Global y la Sociedad Zoológica de Londres, concluye que “la actividad humana no sostenible está llevando al límite a los sistemas naturales del planeta que hacen posible la vida en la Tierra”.
El estudio, realizado por 59 autores de 26 instituciones, incluye seis indicadores. Uno de los principales es el Índice Planeta Vivo (IPV), que analiza la tendencia de 16.704 poblaciones de 4.005 especies de vertebrados desde 1970 e informa de cómo ha cambiado su tamaño, a diferencia del número específico de animales que se han perdido o aumentado.
En este sentido, el IPV ha descendido globalmente un 60% entre 1970 y 2014 (último año con datos científicos consolidados), lo que equivale a una disminución media anual de cercana al 1,4%. Concretamente, las poblaciones de agua dulce han caído un 83% desde 1970.
América Central y del Sur, en situación crítica
Esa disminución en las poblaciones de especies es especialmente pronunciada en los trópicos, con un descenso del 89% en América Central y del Sur entre 1970 y 2014.
Por otro lado, el informe analiza el Índice de Hábitats para las Especies (IHE), esto es, una medida compuesta por la extensión del hábitat adecuado disponible para cada especie. Así, el de los mamíferos disminuyó en un 22% entre 1970 y 2010, porcentaje que se eleva al 60% en el Caribe.
El Índice de la Lista Roja de la UICN (ILR) evalúa el riesgo de extinción de las especies en cinco grupos taxonómicos (aves, mamíferos, anfibios, corales y cícadas o plantas antiguas) al clasificar a casi 100.000 especies en alguna de las siguientes categorías: extinta, extinta en estado silvestre, en peligro crítico, en peligro, vulnerable, casi amenazada, preocupación menor o datos insuficientes. Hay reducciones en todos los grupos.
El Índice de Integridad de la Biodiversidad (IIB) calcula qué parte de la biodiversidad original de la región aún se mantiene comparado con si la zona aún estuviera cubierta con vegetación primaria y se enfrentara a mínimas presiones humanas. Este índice ha bajado del 81,6% en 1970 al 78,6% en 2014 (el 100% refleja un entorno natural prístino o virgen, con poca o ninguna huella humana).
Además, el informe indica que los seres humanos ya han empujado más allá del punto de funcionamiento seguro a cuatro límites planetarios: cambio climático, integridad de la biosfera, ciclos biogeoquímicos (nitrógeno y fósforo) y cambio del sistema del suelo.
En cuanto a la Huella Ecológica, es decir, la demanda que el consumo humano impone sobre la biosfera, ha aumentado un 190% entre 1961 y 2014 cuando la biocapacidad (la capacidad que tiene la Tierra para producir los recursos que consumen los seres humanos) ha crecido un 27% en ese mismo periodo.
El informe indica que la actividad humana también ha afectado gravemente los hábitats y los recursos naturales de los cuales dependen la vida silvestre y la humanidad, como los océanos, los bosques, los arrecifes de coral, los humedales y los manglares.
Degradación de hábitats y recursos naturales
Por ejemplo, un 20% de la Amazonía ha desaparecido en sólo 50 años, la Tierra ha perdido la mitad de sus corales de aguas someras en los últimos 30 años, el 90% de las aves marinas del mundo tiene fragmentos de plástico en el estómago (en 1960 la cifra era del 5%) y los peces de agua dulce sufrieron en el siglo XX la tasa de extinción más alta entre los vertebrados.
De seguir la tendencia actual, menos del 10% de la cobertura terrestre del planeta quedará sin impacto humano. El 75% de la superficie de la Tierra ya ha sentido la huella de las personas.
El informe de WWF destaca la oportunidad que tiene la comunidad global para proteger y restaurar la naturaleza rumbo a 2020, un año clave en el que se espera que los líderes mundiales revisen el progreso logrado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).
WWF llama a personas, empresas y gobiernos a que se movilicen y cumplan con un acuerdo sólido y exhaustivo para la naturaleza y las personas, en el marco del CDB, que impulse la acción pública y privada para proteger y restaurar la biodiversidad mundial y cambie las tendencias recogidas en el informe.
Hoja de ruta
Por ello, propone una hoja de ruta para los objetivos, los indicadores y las métricas que los 196 Estados miembro del CDB podrían considerar en la reunión que se celebrará el próximo mes de noviembre en Egipto, con el fin de lograr un acuerdo global para la naturaleza, ambicioso y efectivo como lo hizo el mundo en París por el clima en 2015. “¿Por qué no crear un compromiso global en un ‘Acuerdo de París’ para salvar la naturaleza?”, pregunta.