Estados Unidos y Turquía mejoran las relaciones al levantar las sanciones impuestas a sus ministros
- Washington había sancionado a dos ministros turcos tras la detención del pastor Andrew Brunson, liberado en octubre
Turquía y Washington han dado un paso al acercamiento al levantarse las sanciones impuestas mutuamente. En primer lugar, Washington ha decidido retirar de su lista de sancionados a los titulares turcos de Justicia e Interior tras la liberación del pastor estadounidense Andrew Brunson en octubre por Ankara. Turquía ha hecho lo propio en reciprocidad al levantar las medidas punitivas contra el secretario de Justicia, Jeff Sessions, y la titular de Seguridad, Kirstjen M. Nielsen.
Estados Unidos se acogió a la ley Global Magnitsky, que le permite imputar a individuos o empresas involucradas en abusos de derechos o corrupción, para sancionar a Turquía al responsabilizarle del arresto de Brunson en 2016, acusado de supuestos vínculos con la guerrilla kurda de Turquía, el proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), justo después del Golpe de Estado fallido contra el presidente, Recep Tayyip Erdogan.
Como consecuencia, los activos bajo jurisdicción estadounidense quedaron congelados y se prohibieron las transacciones financieras con ellos por parte de entidades estadounidenses.
Acercamiento entre Trump y Erdogan
Los dos años de arresto de Brunson, que vivía en Turquía desde hace dos décadas, exacerbaron las tensiones entre Washington y Ankara. El punto álgido se alcanzó en julio ante un fallido acuerdo para su liberación, hecho aprovechado por EE.UU. para convertir el caso en una causa diplomática, mientras que Turquía se escudó en la independencia de sus tribunales.
En agosto, la Casa Blanca sancionó a los dos ministros turcos y duplicó los aranceles al acero y aluminio turcos, a lo que Ankara respondió con un incremento de gravámenes en algunos productos estadounidenses, como el alcohol y el tabaco.
El presidente estadounidense, Donald Trump, celebró la liberación del pastor al destacar que suponía un "paso tremendo" en la mejora de las relaciones con Ankara. De hecho, Trump y Erdogan ya han conversado sobre la mejora de las relaciones por teléfono, según indicó la presidencia turca el jueves.
Las relaciones entre Washington y Ankara, socios militares en la OTAN, atraviesan un momento difícil desde hace dos años por las diferencias sobre Siria, la negativa a extraditar al predicador Fethullah Gülen, exiliado en EE.UU., y los acuerdos de Turquía para comprar armas rusas. En este contexto, Estados Unidos sigue presionando a Turquía para que libere al excientífico de la NASA, Serkan Golge, arrestado también en 2016 junto a varios ciudadanos turcos que trabajaban para el Departamento de Estado estadounidense.