Trump toma las riendas de la campaña y agita la inmigración para conservar el poder republicano
- Los analistas no recuerdan ningunas elecciones de medio término con una implicación tan intensa de un presidente
- La inmigración se ha convertido en el eje de unos comicios locales en los que la participación suele ser muy baja
Donald Trump se ha tomado las elecciones legislativas de medio mandato como un auténtico juicio personal, en el que no quiere perder el poder acumulado por el Partido Republicano en el Congreso y el Senado, que le está permitiendo gobernar cómodamente. El presidente no se presenta a las elecciones, pero actúa como si se tratara del principal candidato: ha llenado de mítines su agenda y ha disparado su actividad mediática para agitar a sus bases contra la inmigración.
Los expertos consultados por RTVE.es no recuerdan ningunas elecciones de medio término con una implicación tan intensa y directa de un presidente de los Estados Unidos. "Hasta ahora los presidentes apenas aparecían en los lugares en disputa, sino que procuraban mantenerse un poco al margen procurando que no les repercutiera el resultado. Trump está haciendo todo lo contrario", explica en RNE la analista María Dolores Albiac.
Solo entre el 6 y el 17 de octubre, el presidente norteamericano improvisó seis encuentros con la prensa, concedió ocho entrevistas a distintos medios y celebró 18 actos públicos en los que atendió a los reporteros. En total, respondió a 300 preguntas de periodistas en tan solo 11 días, según un análisis de la cadena ABC. Más que ningún otro presidente en la historia en el mismo periodo de tiempo. Pero es que las previsiones son aún más vertiginosas. Durante los seis días anteriores a las elecciones tiene previsto participar en once mítines que tendrán lugar en ocho Estados diferentes.
Sumando todas sus apariciones en esta campaña electoral -en la que no es candidato- serán más de 30. En todas ellas su particular lucha contra la inmigración está siendo el tema principal.
Ejército, ciudadanía y carpas contra la inmigración
La analista política de América hoy en Radio Nacional recuerda, a modo de explicación, que "a los presidentes anteriores -que no hacían demasiada campaña- estas elecciones siempre les han repercutido. Clinton tuvo una derrota tremebunda en 1994, Bush la tuvo en 2006 y Obama en 2010 cuando dijo que le habían dado una paliza". Quizá el multimillonario que rige los destinos del país más poderoso del mundo sea algo más que la caricatura que presentan algunos medios al referirse a sus políticas como ocurrencias que sólo buscan la confrontación para ganar presencia pública.
Trump ha encadenado durante las dos últimas semanas duras declaraciones, cuestionadas promesas y controvertidas acciones con el foco puesto en la inmigración. Algo que ya hizo en su campaña para alcanzar la presidencia en 2016.
“Esto no tiene nada que ver con las elecciones”, insiste el presidente. Pero lo cierto es que durante los últimos días ha amenazado con enviar 15.000 soldados del Ejército a la frontera sur para defenderse de las caravanas de migrantes centroamericanos, ha anunciado la creación de "ciudades de carpas" para albergar a los solicitantes de asilo y ha anunciado una reforma de la Constitución para negar la ciudadanía a cualquier bebé nacido de inmigrantes irregulares en suelo norteamericano.
“Llevo diciendo esto desde mucho antes de la elección. Llevo diciendo esto desde antes de pensar en postularme para el puesto. Tenemos que ser duros en la frontera”, dijo Trump a la conductora de Fox News, Laura Ingraham, en una entrevista el lunes.
La inmigración como 'cuña' electoral
"Trump tenía dos buenas bazas para atraer el voto hacia los republicanos durante esta campaña: la bonanza de la economía de EE.UU. y la rebaja de impuestos que sacó adelante el año pasado. Sin embargo, ha optado por centrar su discurso en la inmigración", declara el analista de Univisión y experto en política norteamericana, Eduardo Suárez, a RTVE.
"En realidad para Trump lo importante no es el muro, no es la caravana, él lo que busca es redefinir el modelo de inmigración de Estados Unidos", afirma el profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia de Comillas (UPC) y excorresponsal del diario ABC durante dos décadas en Washington, Pedro Rodríguez. "Estados Unidos admite cada año un millón de inmigrantes con papeles. Trump quiere pasar de consideraciones como la reagrupación familiar a un sistema de méritos como el que tienen otros países como, por ejemplo, Canadá. Trump entiende que, si cambia las reglas del juego, va a cambiar el flujo de inmigrantes", asegura Rodríguez en conversación telefónica con RTVE.es.
El experto en Relaciones Internacionales de la UPC explica la importancia de la inmigración en la campaña de Trump como "una cuña que divide y que obliga a los demócratas a defender posiciones en las que se sientan incómodos. Casi les empuja a defender una política de fronteras abiertas, y los demócratas ahí no se sienten a gusto, saben que no pueden admitir a todos en el país".
"Las cifras del Pew Research Center indican que la mayoría de los ciudadanos de EEUU (también los votantes de Trump) están a favor de regularizar la situación de los indocumentados y no creen que construir un muro en la frontera con México sea una prioridad. Es cierto que Trump ganó la presidencia en 2016 con ese discurso. Pero no debemos olvidar que sacó 3 millones de votos menos que Hillary Clinton y que muchos republicanos le votaron por otros motivos: los más importantes, su promesa (incumplida) de derogar la reforma sanitaria de Obama y su promesa (cumplida) de nombrar jueces conservadores en el Tribunal Supremo", comenta para RTVE.es Eduardo Suárez.
"Él juega esta baza para conseguir otras", coincide con el análisis del profesor de la UPC el Director del Instituto de Migraciones de los jesuitas en España, Alberto Ares. Preguntado por RTVE.es, Ares corrobora que "Trump sabe que poner muros es insostenible, de ahí que esto sea sólo un paso para conseguir otras cosas como, por ejemplo, la reforma sanitaria". Alberto Ares mantiene comunicación constante con Estados Unidos donde se especializó en economía y migraciones por la Universidad de Harvard.
Un discurso para sus fieles
"En el centro del país y en los Estados del Sur los mensajes de los políticos y de la propia gente son realmente preocupantes. Asustan. Y ahí están sus bazas", comenta este experto en economía, migraciones y política norteamericana. Una teoría que coincide con la de la analista de RNE, María Dolores Albiac: "El presidente Trump ha utilizado esto a fondo para intentar movilizar ese apoyo que tiene del blanco de bajos ingresos afectado por la crisis y que tiene miedo a los que viene a quitarles el puesto de trabajo. Aquí se les conoce como 'Rednecks' (nucas rojas) por aquello de que trabajan al sol".
"La retórica xenófoba de Trump podría tener más impacto entre los habitantes de zonas rurales del Medio Oeste que decidirán si sigue habiendo gobernadores republicanos en estados como Iowa, Ohio, Michigan o Wisconsin. Pero por ahora los demócratas parecen tener ventaja en esos lugares y podrían conservarla. Sobre todo si logran llevar a votar a los afroamericanos, a los jóvenes de los campus y a las mujeres blancas con educación universitaria", pronostica el coautor de Marco Rubio y la hora de los hispanos, Eduardo Suárez.
"Curiosamente los Estados del Norte donde los repúblicanos de Trump y su mensaje xenófobo ha calado mejor, son aquellos que han resultado más castigados por la crisis y en los que las tasas de inmigración -paradójicamente- son insignificantes", comenta Albiac en su análisis sobre estas elecciones en el programa América hoy de RNE .
Después de haber cubierto para distintos medios las elecciones estadounidenses desde el año 2012, Eduardo Suárez se muestra sorprendido por las declaraciones y actuaciones de Donald Trump: "Está por ver si ese mensaje xenófobo ayuda esta vez a los republicanos. Muchas de las carreras que deben ganar para conservar el control de la Cámara de Representantes están ubicadas en suburbios blancos acomodados, cuyos habitantes tienen estudios universitarios y no comparten los puntos de vista de Trump".
Las cuentas de republicanos y demócratas
Las elecciones de medio mandato marcan el ecuador del mandato presidencial. En ellas se renuevan los 435 escaños del Congreso y un tercio de los del Senado. También se elegirán 39 gobernadores, 87 cámaras estatales y cinco alcaldías, entre ellas las de ciudades tan significativas como San Francisco o Washington DF.
Está en juego la mayoría republicana en el Congreso (235 republicanos frente a 193 demócratas) y en el Senado (51 republicanos y 49 demócratas). "En el Congreso, de los 235 escaños republicanos, en realidad tienen 43 todavía en disputa y en 51 tienen alguna ventaja, el resto los tienen seguros. Los demócratas van mucho más adelantados: tienen 182 asegurados, 10 con ventaja y dos en disputa", explica Albiac.
De los 36 escaños que salen a votación en el Senado, la mayoría son de senadores demócratas elegidos en demarcaciones donde Trump ganó las elecciones de 2016. La igualdad en el Senado sigue siendo máxima pues sólo hay en duda cuatro escaños republicanos y cuatro demócratas.
La situación política está muy polarizada. Los demócratas podrían arrebatar el control de las dos cámaras a los republicanos para hacerle mucho más complicada a Trump los dos años de legislatura que aún tiene por delante.
Trump demuestra su dominio de los medios
Trump y varios asesores han considerado el tema de la inmigración como el grito de guerra más efectivo para su base de partidarios. Se esperaba que el presidente hiciera un anuncio sobre nuevas acciones en la frontera el martes, pero eso cambió para que en su lugar pudiera ir a Pittsburgh, en donde once personas fueron masacradas en una sinagoga el sábado.
Entre diversos tiroteos, el ataque más letal contra la comunidad judía en Estados Unidos y los paquetes con explosivos dirigidos a demócratas y medios de comunicación, la caravana de migrantes que avanza lentamente hacia el norte había desaparecido de las portadas de los periódicos y de las tertulias de la televisión por cable.
Unas oportunas entrevistas de Trump en la cadena Fox y en Axios en HBO, han sido suficiente para que el presidente logre incluir en la actualidad sus duras ideas contra la inmigración: una orden ejecutiva para derogar el derecho constitucional de ciudadanía de niños nacidos en Estados Unidos de padres extranjeros y la detención prolongada de cualquiera que cruce la frontera hacia Estados Unidos, incluso quienes buscan asilo, en “ciudades de carpas” levantadas “en todas partes”.
En última instancia, las elecciones se han convertido en un plebiscito sobre Donald Trump. Y el presidente también lo ha entendido así.