La movilización femenina contra Trump llama a las puertas del Congreso de Estados Unidos
- Las elecciones de medio mandato de EE.UU. tienen el mayor número de candidatas femeninas de la historia
- La mayoría son demócratas contrarias a Trump que aspiran a traducir la fuerza de las movilizaciones en poder político
Cuando Donald Trump accedió a la presidencia de Estados Unidos en 2017, miles de mujeres tomaron las calles en contra de un líder que presumía de su capacidad para "agarrar a una mujer por el coño". Tras casi dos años de polémico liderazgo, la movilización femenina ha cobrado fuerza a un ritmo frenético, impulsada por el #MeToo, el nombramiento del juez conservador Brett Kavanaugh y la separación de familias de inmigrantes. En el año del empoderamiento femenino estadounidense, las demócratas aspiran a traducir su indignación en poder político y las republicanas buscan su hueco en el Congreso en las elecciones de mitad de mandato del próximo 6 de noviembre.
“La movilización de las demócratas tiene su raíz en el presidente Trump“
El primer paso ha sido batir el récord de candidaturas femeninas registradas en Estados Unidos desde 1992, conocido como el 'año de las mujeres políticas', que se levantaron contra el nombramiento del juez Clarence Thomas, acusado de abusos sexuales. La raíz de la movilización de las mujeres demócratas nace en la presidencia de Trump, según explica a RTVE.es la directora adjunta del Center for American Women and Politics (CAWP), Jean Sinzdak, y medirán su fuerza en unos comicios que sirven precisamente de plebiscito a su mandato. Más allá de la entrada en el Congreso, la victoria de 260 candidatas en primarias ya ha cambiado la forma de hacer campaña para siempre, añade.
La movilización femenina tratará de combatir la baja paridad en la política estadounidense: solo 107 mujeres ocupan los 535 escaños del Congreso -23 senadoras de 100, 84 de 435 miembros de la Cámara de Representantes y seis gobernadoras de 50-, apenas el 20% y en las previsiones más optimistas les otorgan el 25%, según datos del CAWP. Aunque su fuerza social puede traducirse en voto de forma "decepcionante" según la especialista en género del Real Instituto Elcano, María Solanas, la entrada en la política estatal y local servirá para ganar fuerza contra el "machismo normalizado" del presidente.
Mayoría democráta ante el fuerte conservadurismo
El 75% de las candidatas son demócratas (183 frente a 52 republicanas), pero después del batacazo electoral en las presidenciales de 2016, "la verdadera oposición a las políticas contra los derechos de las mujeres, como el aborto, se hizo sobre todo desde organizaciones de mujeres, no desde el Partido Demócrata", explican desde el Real Insituto Elcano.
“Las republicanas tienen voces más moderadas y no encuentran su sitio en un partido que se ha vuelto más conservador“
Aunque el Partido Republicano liderado por Trump ha elevado el giro al conservadurismo, es habitual que haya pocas mujeres en sus filas. Muchas se han animado a presentarse, pero la mayoría se ha quedado a las puertas de las primarias porque "las republicanas tienen voces más moderadas y no encuentran su sitio en un partido que se ha vuelto más conservador", apunta la especialista del CAWP.
Precisamente, son las demócratas, que ponen el foco en asuntos sociales, las que cuentan con mayor posibilidad de hacerse con un escaño en una votación tradicionalmente repartida entre el partidismo y no por el género. La izquierda moviliza más al electorado femenino, que es tradicionalmente demócrata: Trump obtuvo el 53% del voto de la mujer blanca en 2016 y Clinton, el 95% de afroamericanas y latinas.
Más de una década para la paridad
Las mujeres ganarán terreno en la política pero el avance, aunque importante, "no será revolucionario", subraya Solanas. La carrera electoral cuesta mucho dinero, sobre todo en una esfera dominada por el hombre y es muy difícil vencer a candidatos ya electos, que tienen "el 80% de probabilidades de ganar".
En el escenario más optimista, con el triunfo de todas las candidatas, las mujeres ocuparían el 25% de los cargos políticos. A este ritmo, Estados Unidos necesitar al menos una década para alcanzar la paridad, vaticina Solanas. Con todo, Sinzdak destaca la "energía" de las mujeres que irán abriéndose camino en los próximos comicios y con su avance aparecerán nuevos mensajes en campaña: la maternidad como arma para destacar la capacidad de liderazgo -algunas han aparecido dando el pecho en público-, la denuncia de acoso o el largo camino hacia la igualdad.
La mayoría de estadounidenses ven positivo que haya más mujeres en política pero hay una falta de consenso a la hora de establecer si una mayor presencia femenina se traducirá en mejores políticas, según una encuesta del Pew Research Center. Para Solanas, la sociedad estadounidense atraviesa un momento de "profunda división por un presidente tan disruptivo y ultraconservador" en el que ha crecido la división en la percepción en materia de igualdad entre los alineados con los demócratas y los republicanos. Estos últimos creen que se ha hecho "mucho o incluso demasiado en materia de igualdad, frente a los demócratas, que consideran que queda mucho por hacer".
En cualquier caso, el poder de las mujeres ha irrumpido en el discurso político y llama con fuerza a la política estadounidense.
Las elecciones de la diversidad
Entre las mujeres candidates hay grupos minoritarios que podrían hacer historia. Es el caso de Rashida Tlaib, que será la primera musulmana en el Congreso por Michigan o la somalí Ilhan Omar, que podría ser la primera musulmana en la Cámara de Representantes.
Christine Hallquist es la primera candidata transgénero a gobernadora (Vermont) y Deborah Haaland (Nueva México) y Sharice Davids (Kansas), las primeras aspirantes indígenas. Por último, la demócrata Stacey Abrams, apoyada por el expresidente Barack Obama y la influyente Oprah Winfrey, podría convertirse en la primera gobernadora afroamericana si gana en Georgia.