Estados Unidos sanciona a 17 oficiales saudíes por el asesinato de Khashoggi
- Se trata de la primera reacción oficial y concreta del aliado de Riad por el asesinato del columnista
- Estados Unidos pide a Arabia Saudí que acabe con la persecución de "políticos disidentes y periodistas"
El Gobierno de Estados Unidos ha sancionado a 17 saudíes relacionados con el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, que murió el 2 de octubre tras entrar en el consulado de su país en Estambul. Washington, un aliado de Riad, se convierte en el primer país en reaccionar con medidas punitivas al asesinato del columnista disidente y es también la primera respuesta concreta del presidente, Donald Trump, que ya amenazó a Riad con un "castigo severo" si se demostraba su implicación en el caso.
“Estos individuos que asesinaron brutalmente al periodista que trabajaba y vivía en EE.UU. deben enfrentarse a las consecuencias por sus acciones“
Entre las personas sancionadas figura Saud al-Qahtani, uno de los principales asesores del príncipe heredero Mohammed bin Salman, quien ha sido exculpado del caso este mismo jueves por la Fiscalía saudí. Otras personas sancionadas son el cónsul general, Mohammed Alotaibi, o el asesor de Al-Qatani, Maher Mutreb.
EE.UU. pide acabar con la persecución de políticos y periodistas
Según ha anunciado el Departamento del Tesoro estadounidense, las sanciones se enmarcan en la ley Magnitsky de violación de derechos humanos. "Estos individuos que asesinaron brutalmente al periodista que trabajaba y vivía en Estados Unidos deben enfrentarse a las consecuencias por sus acciones", ha dicho el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, en un comunicado.
Mnuchin ha añadido que el Gobierno saudí "debe tomar los pasos apropiados para terminar con cualquier persecución de disidentes políticos o periodistas".
Jamal Khashoggi desapareció en el consulado saudí en Turquía el 2 de octubre. Arabia Saudí tardó 13 días en reconocer que el periodista estaba muerto, pero descartó que fuera un plan ordenado por el príncipe heredero. Por su parte, Turquía mantiene que fue un plan "salvaje" ordenado por las autoridades saudíes y todavía continúan las investigaciones para localizar los restos del columnista crítico con el reino wahabista.