May avisa a los diputados que deben elegir entre su acuerdo con la UE, ningún acuerdo o renunciar al 'Brexit'
- La primera ministra avisa: "No consideramos la opción de que no haya Brexit", y rechaza convocar elecciones hasta "2022"
- Las discrepancias con el acuerdo de May provocan una cascada de dimisiones, entre ellas, la del ministro del Brexit
La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha defendido este jueves en el Parlamento británico su principio de acuerdo con la Unión Europea como la única solución viable para alcanzar una salida negociada del bloque comunitario, al plantear a los diputados que las únicas alternativas son marcharse sin acuerdo o, en última instancia, renunciar al Brexit.
"La elección está clara: podemos elegir irnos sin acuerdo, arriesgarnos a que no haya ningún Brexitque se puede negociar", ha esgrimido May en su comparecencia ante la Cámara de los Comunes, la primera tras sellar el principio de acuerdo con Bruselas.
En pleno debate, la cuesta arriba se agudiza para May: El ministro para el Brexit, Dominic Raab, ha dimitido este jueves porque, dice, no puede respaldar "en conciencia" este acuerdo. También han dimitido su número dos, Suella Braverman, el ministro para Irlanda del Norte, Shailesh Vara y Esther McVey, ministra de Trabajo y Pensiones.
No obstante, la primera ministra ha peleado en un Parlamento hostil tras lograr dos victorias improbables esta semana: un primer consenso con Bruselas y la aprobación de su Gobierno. Frente a una Cámara de los Comunes que duda de la autonomía del Reino Unido bajo su acuerdo, la redistribución del espacio de comercio, y el sensible tema de la frontera con Irlanda, una Theresa May sin fisuras, al menos por ahora, resiste.
May no dimitirá y afirma: no hay otra opción que el 'Brexit'
Raab ha reconocido que May "debe continuar como líder, aunque tiene que cambiar el rumbo". Una opción, en caso de que el Parlamento no apoye el acuerdo consensuado con Bruselas, es plantear una extensión de la aplicación del artículo 50 del tratado de la UE, cuya invocación activó todo el proceso. Preguntada en la Cámara al respecto, May ha descartado esta posibilidad: "No vamos a prolongar el artículo 50", ha subrayado.
A pesar de la cadena de dimisiones, la primera ministra insiste en el respaldo a su propuesta, y ha sido muy clara ante el resto de parlamentarios en su postura: "No consideramos la posibilidad de que no haya Brexit". May reconoce que la ausencia de acuerdo "pone en riesgo" que se produzca la salida, pero ha subrayado: "No he dicho que permanecer sea una opción".
A reiteradas preguntas de los diputados, May ha descartado un adelanto electoral por una crisis de liderazgo u otra causa. "¿Para cuando elecciones señora primera ministra?", le han interpelado, y su respuesta tajante ha sido: "En 2022". Cuestionada por el diputado laborista Mike Gapes por si planea "hacerse a un lado" para dejar paso a alguien que pueda "llevar al país hacia adelante con unidad", la primera ministra ha respondido con un conciso: "No".
“May: "Solo hay un compromiso, cumplir con la voluntad del pueblo británico"“
Corbyn, ¿por el 'Brexit' a Downing Street?
En la primera hora de debate en la Cámara de los Comunes, 19 diputados han cargado contra el texto de la mandataria y dos lo han respaldado, reporta el corresponsal de RNE, Jordi Barcia. A pesar de las inclemencias, May se mantiene aparentemente firme en su posición: "Solo hay un compromiso, cumplir con la voluntad del pueblo británico", ha recalcado.
Entre los críticos, el líder laborista Jeremy Corbyn ha sido incisivo con la jefa del Gobierno: "(El acuerdo) es un enorme y dañino fracaso (...) su Gabinete está sumido en el caos". Corbyn también ha advertido del riesgo de que el trato diseñado por May deje el país "a medio camino".
Según medios británicos, el laborista afina sus posibilidades en caso de un adelanto electoral, y proyecta su discurso en este sentido: "Theresa May no tiene autoridad (...) deje en paz al Parlamento y al pueblo de nuestra nación", ha dicho.
Irlanda, obstáculo y argumento
Las posiciones dibujan un panorama complicado para May de cara a la votación de su plan en diciembre. La política conservadora ha apelado a los parlamentarios: "Cuando voten, los miembros del Parlamento deberían tener en cuenta la decisión del pueblo británico de abandonar la UE".
La solución para los 500 km de frontera terrestre en Irlanda del Norte, el gran escollo en estas negociaciones, queda para May en una afinada implementación del llamado 'backstop', una solución híbrida que proteja los acuerdos de Viernes Santo, y la paz, frágil aún en esta zona sensible. Este jueves, la primera ministra ha pedido mirar más allá, "a las décadas venideras, y cómo se desarrollará la relación con la UE en este tiempo".
Al calor de este debate, la ministra Principal de Escocia, Nicola Sturgeon, también ha levantado la voz este jueves y señalado que la situación ha fortalecido las aspiraciones de independencia de Escocia. Sturgeon considera "razonable" la convocatoria de un nuevo referéndum, y ha afirmado: "No tengo dudas de que el pueblo escocés elegirá ser independiente".
Al hilo de la polémica con Irlanda del Norte, diputados críticos han insistido en la cuestión escocesa, algo que May ha desligado con contundencia: "Irlanda del Norte tiene unas circunstancias muy particulares y Escocia, en ningún caso, está en la misma situación".
Economía e integridad territorial
Más de cuatro décadas de pertenencia a la UE dejan relaciones y dependencias profundamente integradas en el tejido económico, social y laboral de Reino Unido. Sin embargo, fue un anhelo de autonomía, sumado al temor al descontrol de la libre circulación de personas, el que impulsó el triunfo del Brexit en las urnas.
Una lluvia de cuestiones en este sentido ha caido sobre May durante esta sesión parlamentaria. La primera ministra ha reivindicado la preservación de la "autonomía" de Reino Unido en los términos de su acuerdo, y sus beneficios "a los negocios" y los empresarios. Ha defendido el diseño del futuro "espacio de libre comercio" y la seguridad laboral de los miles de empleados afectados por este divorcio.
"He apartado del acuerdo concesiones en materia de pesca -cuotas y áreas de faena-", ha afirmado ante la Cámara. En mente de todos está presente que en torno a la, hasta ahora, frontera invisible entre Irlanda e Irlanda del Norte, los empleos de unas 30.000 personas podrían verse afectados, y un 31% de las exportaciones de esta provincia británica tiene como destino al país vecino.
Habrá divorcio, "pase lo que pase"
Frente al enrarecido, y hostil, clima político en Londres, Bruselas ha dado el visto bueno al acuerdo. Donald Tusk ha convocado este jueves una reunión de urgencia el 25 de noviembre con el fin de que los socios europeos validen las 585 páginas del texto.
El consenso, según Michel Barnier, jefe negociador europeo "tiene en cuenta las exigencias del Reino Unido de que su territorio no sea dividido", pero también las exigencias de la UE para "proteger a consumidores y empresas comunitarias". Un aparente optimismo que Tusk contiene: "El acuerdo es 'lose-lose' (perdedor-perdedor)", en el sentido de que todos pierden en esta separación y que, más que lograr beneficios, "contiene daños".
"Es matemáticamente imposible que el acuerdo pase la Cámara de los Comunes, la cruda realidad es que ha llegado muerto", ha afirmado este jueves el diputado conservador Mark Francois.
La idea de que el acuerdo no será respaldado por el Parlamento ha presidido la sesión. A las reiteradas preguntas a May sobre su posición ante tal resultado, la mandataria ha trasladado la responsabilidad a los que emitirán el voto: "Apelo a la conciencia individual de las diputados por el bien del país". En cualquier caso, la primera ministra británica ha sido tajante: "Estoy decidida a ejecutar el Brexit el 29 de marzo (de 2019), pase lo que pase de aquí a entonces".