May resiste a la revuelta en el Gobierno y Parlamento británicos contra su plan para el 'Brexit'
- La primera ministra británica resiste a las siete dimisiones conservadoras, incluida la del ministro para el Brexit
- Rees-Mogg, el cabecilla el ala más dura del Partido Conservador impulsa una moción de no confianza contra May
La primera ministra británica, Theresa May, ha afrontado una jornada muy tensa a pesar de haber logrado el apoyo de su gabinete para su plan acordado con Bruselas para el Brexit. Un día después de salir victoriosa de una reunión que se prolongó más de cinco horas, Westminster ha amanecido con la importante dimisión del encargado para las negociaciones del divorcio, Dominic Raab, un hecho que a lo largo del día ha desencadenado la revuelta del ala más euroescéptica en el Partido Conservador.
Por el momento, siete cargos conservadores han dimitido: dos ministros, dos secretarios de Estado, dos secretarios parlamentarios y el vicepresidente del Partido Conservador. Todos rechazan el acuerdo con Bruselas porque amenaza "la integridad del Reino Unido" y no logra el objetivo del sector partidiario de un Brexit duro: lograr la "soberanía de Reino Unido" y desligarse a partir del 29 de marzo de Bruselas. Todo mientras el cabecilla del ala conservadora, Jacob Rees-Mogg, ha impulsado una moción de no confianza contra el liderazgo de May.
En medio del caos por el Brexit, May defendía durante cerca de tres horas el acuerdo ante el Parlamento británico, que tendrá la última palabra y que previsiblemente tumbará la propuesta de May. La jornada convulsa en Londres ha repercutido en la Bolsa británica, ya que la libra ha sufrido su mayor caída desde el referéndum de 2016: se ha desplomado un 1,69% contra el dólar y se ha quedado en 1.123 euros contra el euro, (caída del 1,72%, la más fuerte en lo que va de año).
May llegará hasta el final por "el interés nacional"
En una jornada que la ha mantenido "muy ocupada", May ha defendido que su acuerdo protege "el empleo, la seguridad y la economía" británicos y ha asegurado que cree firmemente en él y ella misma lo supervisará, por lo que descarta por ahora dimitir.
Preguntada por el caos en su Gobierno, May ha lamentado las dimisiones, pero se ha limitado a reconocer que ha habido discrepancias y dificultades a la hora de negociar el acuerdo, ya no solo entre sus filas, sino también en el Parlamento.
En cualquier caso, May ha atendido a los medios para intentar calmar las voces que apuntan a que su plan podría desmoronarse. La que fuera ministra del Interior durante el referéndum de 2016, hizo campaña a favor de la permanencia en la Unión Europea. Quizá por eso ha querido recordar que su cargo conlleva una "gran responsabilidad" para "tomar las decisiones correctas, y no las fáciles", mientras ha recordado que supo "desde el principio" su objetivo: un pacto como este, "un Brexit que entrega las prioridades de los británicos". Al final, ha echado mano de su pasión por el cricket: "Geoffrey Boycott se dedicó a lo suyo lo acabó consiguiendo", ha zanjado.
May debe ahora encontrar al tercer ministro para el Brexit a solo 134 días del divorcio. La prensa británica asegura que le ha ofrecido el puesto al ministro de Medio Ambiente y gran euroescéptico, Michael Gove y que solo lo aceptaría si pudiera cambiar el acuerdo.
¿Moción contra el liderazgo de May?
Antes de su mensaje de resistencia, Mogg, considerado el líder de los Brexiteers, que apuestan por una desconexión dura, presentaba su carta de no confianza tras una reunión con el resto de escépticos.
Mogg ha asegurado a las puertas de Westminster a última hora de la mañana que sustituir a la líder conservadora será una cuestión "rápida", de "semanas y no meses" y que su motivo no reside en la confianza con el Gobierno, sino en su desacuerdo con el borrador para el Brexit, que está "echando por tierra " el proceso. El conservador, visto por algunos como un candidato a reemplazar a May al frente de la formación, ha rechazado que su carta esté motivada por la ambición personal, sino por la ambición "de país".
Su misiva es importante porque puede motivar la presentación de más cartas contra el liderazgo de May. Por el momento, los diputados Sherryl Murray, Henry Smith y Lee Rowley han hecho pública sus carta de no confianza. Se necesitan 48 (el 15% de los diputados) para refrendar su liderazgo en el partido -un proceso sobre el que se especula desde julio con las dimisiones de Davis y Johnson-, algo de lo que podría salir victoriosa o derrotada y que, llegado el caso, May luchará por seguir adelante, según su portavoz. Se desconoce cuántas se han presentado por el momento porque el procedimiento es secreto y el encargado del comité 1922, Graham Brady, no puede hacer públicas las cifras hasta que no se alcance este número.
Dimisiones contra el acuerdo del Brexit
El golpe más duro para May se producía a primera hora de la mañana, con la renuncia del ministro para el Brexit, Dominic Raab, que tomó las riendas de las negociaciones en julio tras la renuncia del anterior titular del Departamento, David Davis. En una carta publicada en Twitter, Raab ha argumentado que no puede "con buena conciencia" apoyar este acuerdo, entre otros motivos porque la solución para evitar una frontera física entre Irlanda y la provincia de Irlanda del Norte supone una "real amenaza a la integridad" del país y rechaza que Londres permanezca de forma "indefinida" sujeta a las normas europeas.
Previamente, el primero en reununciar era el secretario de Estado para Irlanda del Norte, Shailesh Vara. Después han seguido otras notables dimisiones: la secretaria de Estado para el Brexit, Suella Braverman, la ministra de Trabajo y Pensiones, Esther McVey, los secretarios parlamentarios Anne-Marie Trevelyan y Ranil Jayawardena, y el vicepresidente del Partido, Rehman Chisti, dejaban el Gobierno.
Con todo, Raab ha asegurado en su primera entrevista con la BBC que apoya el liderazgo de May, al tiempo que ha pedido "respeto" para ella, aunque ha reiterado que el curso de las negociaciones debería cambiar.
El irlandés considera que el plan de May "deja al Reino Unido a medio camino, sin límite de tiempo para cuándo el país se convertirá finalmente en un Estado soberano". Y, en una carta muy dura con May, la exministra McVey le reprocha que Londres no mantenga "el control de su moneda, sus fronteras y sus leyes", como May ha repetido en decenas de ocasiones.
Dieciocho dimisiones en un año
May llegó a Downing Street en 2016 con una ardua tarea: retirar a su país de la Unión Europea, en contra de su propia voluntad. Con un Gobierno debilitado, decidió convocar elecciones en junio de 2017 con el objetivo de reforzar su liderazgo para encarar las negociaciones con Bruselas. Fracasó y su mayoría depende ahora de los unionistas de rlanda del Norte, que se muestran muy descontentos con el acuerdo y no temen con nuevas elecciones para conseguir "un líder tory que entregue" el Brexit.
De poco ha servido su intento por controlar a su partido: ha afrontado 18 dimisiones (siete de su Gobierno) en los últimos 12 meses (sin contar las más recientes), aunque 11 no han estado relacionadas con el Brexit. Las más duras, la del exministro de Exteriores, Boris Johnson, que lideró la campaña a favor de la salida y renunció al plan de Chequers que ha originado este acuerdo. Paradójicamente, la última hasta esta jornada fue la de su hermano Jo Johnson, exsecretario de Estado de Transportes, partidario de seguir en la UE y que pedía un nuevo referéndum.