'Wahcommo', una trepidante mezcla de fantasía y reflexión
- Luis NCT asegura que este cómic “surge de un cuestionamiento acerca de cómo se escribe la Historia”
- “Narra la lucha de unos personajes por definir su papel ante sus iguales”, añade
En 2012 Luis NCT (Valencia, 1979), nos sorprendió con su primera obra larga, Sleepers (EDT), una fascinante historia apocalíptica con la que consiguió el Premio del Público del Salón del Cómic de Barcelona. Y seis años después vuelve a hacerlo con la segunda, Wahcommo (Astiberri) que, tras su fachada de fantasía, nos propone reflexiones muy interesantes.
“Al igual que Sleepers, Wahcommo surge de querer comunicar diversas cosas –asegura Luis-. Los medios narrativos tienen el poder de expresar ideas tanto como de provocar sentimientos, y una misma obra puede satisfacer diferentes inquietudes siempre que sea capaz de conectar con el destinatario de la misma”.
“Wahcommo -añade- se puede leer a diversos niveles, y no a todo el público le llegará la misma información ni de la misma manera, ya que el hecho de sugerir muchas de las ideas en lugar de convertirlas en discurso es lo que permite que el lector divague y cree por sí mismo respuestas a las incógnitas formuladas, tanto como preguntas acerca de lo que se presenta sin explicación”.
“Es decir, que disfrute haciendo uso de su imaginación en lugar de asistir pasivamente a una sucesión de hechos -afirma el autor-. Wahcommo es tanto una simple historia de aventuras, como un cuestionamiento acerca de cómo se escribe la Historia; es tanto un estudio del color como un ejercicio sobre la narrativa; es tanto la lucha de unos personajes por definir su papel ante sus iguales, como la de otros por tratar de salir del papel que les fue adjudicado”.
Una historia que, según Luis: “También nace de la fascinación por las civilizaciones desaparecidas y de la noción de que la Historia es mayormente un cúmulo de visiones sesgadas, datos incompletos, elucubraciones y, muchas veces, manipulación”
Guerreros, monstruos y aventuras trepidantes
Lo mejor es que Luis NCT consigue tratar todos esos temas a través de una historia trepidante y absorbente, que tiene como protagonistas a dos jóvenes de una tribu de un mundo fantástico: “Tras una competición, parte de un rito iniciático de la tribu a la que pertenecen los dos personajes protagonistas, estos se ven abocados contra su voluntad a compartir un viaje a las lejanas tierras de sus antepasados, de donde han de regresar con parte del tesoro que fue abandonado allí en tiempos remotos”.
Luis nos presenta a los dos jóvenes guerreros protagonistas: “Fox y Kaya se encuentran en ese momento de transición en que pasan de ser niños a adultos, y por lo tanto se espera de ellos que adopten sus correspondientes roles. Kaya se resiste a comportarse como se esperaría de una mujer de la sociedad en la que vive, y no tiene nada que ver con identificarse con un género o otro, si no con mantener la libertad de elección y ser la única dueña de su vida. La lucha de Fox es la contraria, se esfuerza por ser aquello que se espera de él. Ambos son amigos y rivales, una historia tan vieja como la humanidad”.
Otros de los protagonistas principales son Vanyan y Sir Yiff: “Vanyan, el guerrero, es un antihéroe torturado por lo que hizo y lo que perdió. Su visión es la de aquel que conoce la barbarie tras las grandes gestas y las mentiras que modelan la Historia que se escribe en las crónicas. También tenemos a Sir Yiff, ejemplo de cómo la obsesión por la Ley deja de lado la Justicia”.
En cuanto a ese mundo fantástico en el que trancurren la historia de los protagonistas, Luis lo define de la siguiente forma: “Se trata de un mundo poblado de huellas de un pasado violento, testigo de guerras y desastres, en el que han surgido y caído civilizaciones. Un mundo con tabús, prejuicios y privilegios, con oprimidos y opresores, víctimas de las circunstancias y gente movida por la codicia. En definitiva un mundo como el nuestro, solo que aquí podemos encontrar otras especies pensantes, algunas de ellas en extinción, otras en expansión”.
“La pintura es una influencia importante en esta obra”
En un género tan manido como el de la fantasía heroica, Luis consigue momentos realmente sorprendentes. Le preguntamos por sus influencias en esta obra: “Las influencias, al contrario que los referentes, no se eligen, están ahí. Desde pequeño he leído todo tipo de cómic y literatura, así como visto cine de todos los géneros, y es normal que esa mezcolanza se trasluzca en lo que hago. La pintura por ejemplo también es una influencia importante en esta obra”.
“Por simplificar –añade-, voy a lanzar unos cuantos nombres entre la enorme lista de artistas que me han calado hondo en un momento o otro: Moebius, Jan, Otomo, Sergio Aragonés, Uderzo y Goscinny, Schiele, Tolkien, Mervyn Peake, Taiyou Matsumoto, Gipi, Mignola, Hugo Pratt...”
“Mi estilo es eficiente”
En los últimos seis años, Luis ha trabajado como ilustrador, concept artist para videojuegos y cine y como colorista para grandes editoriales norteamericanas, lo que nos ha privado de leer sus cómics. Por eso le preguntamos cómo definiría su estilo actual y cómo cree que ha evolucionado en este tiempo.
“Buff, la distancia entre la definición subjetiva y la objetiva puede ser muy grande... me gustaría pensar que mi estilo es eficiente, es decir, que cumple de la mejor forma su función narrativa. No creo que el estilo en si haya evolucionado mucho desde Sleepers. Aunque el cambio estético en la ejecución pueda despistar en ese sentido, digamos que lo que subyace al dibujo y la narración visual permanecen en la misma línea”.
“Lo que más me preocupa a la hora de dibujar historieta –añade Luis- es que el conjunto funcione como un todo, y para ello trato de que la atmósfera sea convincente utilizando los recursos necesarios. Eso y transmitir el movimiento y la expresión no solo mediante la pose y la composición, si no también mediante el trazo”.
“Además –continúa-, para mi dibujar no es solo un fin sino también un medio de aprendizaje y conocimiento, por lo que a veces en lugar de utilizar fórmulas a la hora de resolver un dibujo me complico más la vida innecesariamente, cosa que probablemente sea contraproductiva y un mal vicio cuando se trata de dibujar cómic. Es por eso que pese a mantenerse el diseño de personajes en su esencia, se pueden ver formas diferentes de resolver los mismos elementos gráficos”.
Un maestro del color
Ya os hemos contado que Luis es uno de los coloristas más solicitados del momento y en este cómic da una lección de la importancia narrativa del color: “Sleepers me funcionaba bien en blanco y negro, mientras que Wahcommo me pedía a gritos un tipo de color específico que además de describir entornos aludiera a emociones”.
“En Wahcommo el entorno es un personaje más -continúa-. Día, noche, climatología, luz natural y artificial, necesitan del color para ser descritas, pero además el color es un elemento principal en cuanto al tratamiento de las emociones y la atmósfera general de cada escena. El viaje de los protagonistas empieza lleno de color y esperanza, para ir oscureciéndose de la mano de sus desventuras. Cuando sufren por el frío o la angustia se refleja en el color, al igual que cuando sienten desesperanza o se enfrentan a la violencia”.
“Mientras escribía Wahcommo -añade Luis-, me hice un calendario del viaje de los protagonistas, en el que marqué las horas de luz solar y lunar (según las fases de la luna, con su porcentaje correspondiente de luminosidad) para saber en cada momento de la historia dónde se encontraba el sol o la luna respecto a los protagonistas, dependiendo de la hora a la que transcurriera cada escena. Esto es un ejemplo de cómo en el resultado final de una obra entran en juego muchas más cosas de las que finalmente se ven en la superficie de la misma”.
Habrá más aventuras de Wahcommo
Para este cómic Luis ha creado un universo tan atractivo que nos deja con ganas de saber más cosas sobre él. Afortunadamente parece que sus planes van por ahí: “Tengo escrito un segundo libro de Wahcommo -no una segunda parte sino una suerte de libro que complementará a este pero también funcionará de manera independiente- y tan solo me hace falta que Astiberri me dé luz verde para ponerme a trabajar en ello”.
Pero no es su único proyecto: “Mientras tanto estoy co-escribiendo con mi pareja el guión de un cómic de unas 70 páginas (la idea es después dibujar y colorear a medias) para otra editorial, y si tuviera tiempo o si nada de todo eso funcionara, me gustaría ir desarrollando una idea larga de forma serializada (webcomic o algo rollo panelsyndicate sería el hogar natural de una obra así). También tengo la esperanza de poder hacer la segunda parte de Sleepers”.
“Además -concluye- he empezado a colorear una nueva miniserie de Image y he terminado hace poco un manga que se publicará en una revista japonesa. Son muchos frentes abiertos y las cosas funcionan lentamente hasta que de repente llegan todas de golpe y no puedes abarcarlas, así que a saber qué intenciones se materializarán en hechos”.