'Superlópez', un superhéroe contra la envidia de los mediocres
- Los guionistas Diego San José y Borja Cobeaga se llevan a su terreno la adaptación cinematográfica
Superlópez, el Superman con mostacho creado en 1973 por Jan, tuvo su apogeo en los especiales de los años 80, imprescindibles para cualquier niño del final del baby boom. Por eso es lógico que tanto Borja Cobeaga (San Sebastián, 1977) como Diego San José (Irún, 1978) tengan una vinculación sentimental con el personaje para el que ahora han escrito el guion de su salto a la gran pantalla.
Superlópez, dirigida por Javier Ruiz Caldera y protagonizada por Dani Rovira, Alexandra Jiménez, Maribel Verdú y Julián López, se estrena el 23 de noviembre en cines, como una de las grandes esperanzas taquilleras del cine español. Más allá de Jan y Ruiz Caldera, Superlópez juega en el terreno de sus dos guionistas, creadores de la saga Ocho apellidos, cuya obra gira en torno a la comedia romántica y el sarcasmo con la idiosincrasia española.
La película rellena un hueco no contado de en los cómics: desde que llegó a la Tierra desde el planeta Chitón hasta que se cuelga la capa. “Nos parecía importante no solo mirar al cómic, sino mirar también hacia las narrativas del cine de superhéroes, que es casi todo el cine de entretenimiento actual. Y nos dimos cuenta de que las películas que más nos gustaban eran las de la génesis del superhéroe: el momento en el que una persona normal tiene que dar un pase adelante y aceptar sus poderes”, explica San Juan.
Llegamos así al tema de la película: ¿qué pasaría si en España surgiese, por patoso que sea, un hombre con superpoderes? “Pues que iba a despertar todos los odios por ser alguien que destaca. Es como la curva de popularidad de Rosalía: ya empieza a tener haters por tener demasiado éxito”, dice Cobeaga. “No odian a la persona, sino su éxito. Queríamos plantarlo porque tenemos la sensación de que España sigue siendo ese país de la medianía”.
San José abunda: “Tan importante como la aventura era contar cómo los demás recibirían la aventura. Solo en lo que opinan los españoles de la película está la vuelta cínica y paródica del éxito: tan disfrutable en nuestra cultura es ver ascender a alguien como verle caer”.
Como dos guionistas de éxito que son, es casi tentador hacer una lectura personal sobre los palos sufridos por dos ‘superhéroes del guion’. Cobeaga ríe y niega. “¿Superhéroes? Si, vamos, el alcalde de Gotham me ha dado las llaves de la ciudad”. Aunque matiza: “Es verdad que, desde Ocho apellidos vascos, tenemos la suerte de ser guionistas que salen en la foto. Antes no se señalaba ni entrevistaba a los guionistas. Con las series también ha cambiado mucho la percepción, con ejemplos como Álex Pina (La casa de papel) o Javier Olivares (El ministerio del tiempo)”.
San José sí apunta al caso de Dani Rovira. “Tenemos la ventaja o desventaja que el trabajo de guionista no lo conoce nadie y no llegas a ser un clavo que destaque. Pero sí es más cierto en el caso de Dani Rovira, los actores sufren más esa fase de que la aúpe la gente y que cuando estés arriba puedan renegar un poco”.
Una vuelta a la comedia romántica
En Pagafantas, No controles o la saga Ocho apellidos, Cobeaga y San José han explotado siempre la comedia romántica con el arquetipo del hombre patán tras la chica. En Superlópez aprovechan la fuerza de Luisa Lanas (Alexandra Jiménez) para girar 180 grados: ahora es la chica quien persigue al dubitativo chico.
“Nos apetecía darle al personaje femenino un poder que se da al personaje masculino en este tipo de tensiones románticas. Normalmente se le da al protagonista la potestad de inclinar el desenlace romántico”, explica San José. “Es fruto de que estamos en 2018. A lo tonto han pasado diez años de Pagafantas y, en este aspecto y afortunadamente, es muchísimo tiempo”.
Cobeaga añade: “En el tebeo, Luisa Lanas siempre ha tenido mucho carácter, está dibujada como la española morena decidida. Normalmente, en las comedias románticas está el chico patoso y la chica sensata. En este caso es la chica la que tiene un carácter que le pierde. Ella toma la iniciativa”.
Los guionistas recuerdan que han seguido la senda de los cómics. “Otras adaptaciones recientes como Zipi y Zape o Anacleto: agente secreto (también dirigida por Ruiz Caldera) tiraban por la desmitificación. Aquí, aunque sea una historia propia, tenía que tener su espíritu”.