España mantiene el bloqueo al 'Brexit' y pone en duda la celebración de la cumbre europea
- Las reticencias españolas sobre Gibraltar mantienen en vilo a los negociadores europeos
- Fuentes europeas aseguran que, de seguir así, "lo lógico" sería aplazar el encuentro
Si hace unos meses se hubiese preguntado en Bruselas qué o quién podía frustrar el acuerdo del Brexit, cualquiera pensaría en Irlanda y su frontera. Nadie se imaginaba que la piedra en el camino iba a ser Gibraltar, ni que fuese el Gobierno español quien levantase la voz. La cumbre de este domingo estaba pensada para dar el visto bueno al acuerdo de retirada del Reino Unido y para felicitar al negociador europeo, Michel Barnier, por su trabajo.
Todo se ha complicado en la última semana y, este viernes, Pedro Sánchez decía que "mantiene el veto". "No se dan aún las garantías suficientes", aseguraba el presidente del Gobierno desde La Habana. En esta situación, el jefe del Ejecutivo asegura que si no hay acuerdo "muy probablemente el Consejo Europeo no se celebre".
Era su respuesta a la última oferta de la Comisión y el Consejo Europeo. Intentando cerrar esta crisis, Bruselas proponía el viernes al Ejecutivo dos documentos anexos a lo ya acordado. Uno, en el que se recoge su petición –y que la Unión apoyó al inicio de las negociaciones hace un año-: que cualquier decisión futura sobre Gibraltar cuente con el aval de España. Otro, con el compromiso del Reino Unido de respetar esa interpretación europea.
El negociador español, Luis Marco Aguiriano, cree que la propuesta es buena, "incluso han mejorado el texto que nosotros habíamos planteado", pero recela del Reino Unido. "Tenemos una promesa del Gobierno británico", pero "esperamos verla antes del Consejo Europeo", apuntaba el Secretario de Estado para la Unión Europea.
Con toda esta situación, se acerca el día de la cumbre y siguen las divergencias. Varias fuentes europeas aseguran que, de seguir así, "lo lógico" sería aplazar el encuentro este mismo sábado. "Quién sabe", respondía el encargado de convocar y, en su caso de anular, la cumbre, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
A vueltas con el artículo 184
La negociación para la separación la ha gestionado en este año, en nombre de la Unión Europea, Michel Barnier. Del acuerdo sellado colgaban algunas quejas de diferentes países que ya se han ido resolviendo. Entre ellas, el compromiso de intentar cerrar cuanto antes un acuerdo de pesca para que los barcos comunitarios puedan faenar en aguas británicas, que preocupaba especialmente a Francia. También el de no alargar el periodo transitorio para la separación definitiva del Reino Unido más allá de 2022.
Solo queda Gibraltar, una polémica que surgía el lunes: el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, anunciaba que no podían apoyar el acuerdo por la aparición, "de la noche a la mañana", de un artículo que no dejaba claro que España tendría que dar su aval a cualquier decisión sobre el futuro de Gibraltar, como estaba pactado desde el inicio de la negociación. Se trata del artículo 184.
"Yo no he hablado de traición", matizaba este viernes el Secretario de Estado para la Unión Europea a la prensa británica tras haber acusado al Reino Unido de actuar "con nocturnidad y alevosía". Palabras que muestran el ánimo y el enfado en la delegación española.
Este sábado, todavía quedan algunas horas para resolver las diferencias. La primera ministra británica estará en Bruselas: se reúne por la tarde con los presidentes de la Comisión y del Consejo Europeo. Con quien no tiene previsto ningún encuentro es con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.