Juanjo Oliva teje el futuro con ovillos del pasado
- El madrileño diseña prendas de punto para la casa española We Are Knitters
- Las piezas se venden online para que la gente se las haga en casa
- Moda sostenible: lanas naturales y agujas de madera hechas a mano
Gaspard, Louis Serge y Timothée fueron los modelos estrella del desfile de Juanjo Oliva. Pero no son de carne y hueso, son cuatro suéteres de punto realizados en colaboración con We Are Knitters (WAK), la empresa española que con ovillos y agujas convence a la gente para que se haga sus propias prendas al estilo tradicional. Y lo hacen vendiendo online bolsas que contienen todo lo necesario para tejer un gorro o una bufanda pero también un cuello o un jersey.
Es la segunda vez que trabajan con el diseñador y ambas partes están satisfechas. “Su visión junto con nuestra experiencia nos han permitido jugar con las formas y los volúmenes de la lana como no habíamos hecho hasta ahora”, dicen Pepita Marín y Alberto Bravo, sus fundadores. “¡Está siendo un éxito! Va como un tiro y acaban de firmar una colaboración con los americanos de Anthopologie”, revela Oliva.
WAK solo utiliza lanas y algodones naturales, las agujas son de madera y se hacen a mano, las bolsas son reutilizables y su trapillo procede de restos de camisetas. Un producto que encaja a la perfección con los nuevos trabajos del madrileño. El que presentó en MBFWM en enero de 2018 se llevó el premio a la mejor colección y el que mostró en julio tuvo una excelente acogida e hizo historia al subir a la pasarela moda sostenible hecha con tejidos que se fabrican con material reciclado. Una colección que surgió de la colaboración con Ecoembes.
En el desfile se mezclaron tradición, ecología y tecnología con diseño de autor. “Ahora se lleva hacer del desfile un espectáculo, vestir a gente muy conocida y tener el front row repleto. Sí, eso acompaña a la moda pero es más importante la investigación, poner en valor la artesanía y recoger el trabajo de los artesanos. Ahora quiero ir a Perú y ver cómo trabajan allí esta lana tan especial, conocer esas comunidades tan pequeñas y sus procesos artesanales que han pasado de generación en generación desde hace muchísimos años. Tenemos que lograr que sigan en activo”, cuenta.
La moda sostenible es más que una tendencia, es una filosofía de vida y trabajo que se extiende en distintos niveles. Hoy no basta con parecer ecologista, hay que serlo. Pero aunque está muy bien volver al origen y apostar por la artesanía no hay que olvidar la tecnología. “Sin ella no podrías comprar este pack y el trabajo de WAN solo se conocería en reuniones de gente que teje. Las tecnologías son necesarias pero no hay que evolucionar perdiendo, es preciso no hay que dejar de hacer las cosas”, añade.
Confiesa que no ha intentado ponerse a tejer pero anima a todo el mundo a hacerlo. “Cualquiera puede hacerlo y fíjate, se venden más los más complicados, son los que mejor están funcionando”. Reconoce que no se han contenido y que ha apostado por diseños especiales. Y todos sirven para chica y chico porque cada persona puede tejer y tener la forma y volumen que desee. “Se trabaja con la proporción XXL y no hay interferencias en el color, ya sea crudo o negro. Es un concepto concreto y contundente del que estamos muy satisfechos”.
Un paso más en su carrera en solitario que comenzó en 2004, con la colección Debut para el invierno de 2005. Hoy, 14 años después, apuesta fuerte por Oliva, su línea más especial y moderna que va dirigida a gente de espíritu joven y mente abierta que no da importancia a las etiquetas de género pero sí a las que informan de la prenda. Además, en este intenso 2018 ha trasladado su tienda. No para y siempre está buscando tiempo para hacer más cosas. “Por eso estoy tan cansado. No paro de meterme en ‘embolaos’, dice.