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Constitución 40 años

Los escenarios donde nació la Constitución

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40 año de Constitución - Los escenarios en los que se gestó la Carta Magna

Desde el Salón de los Ponentes, recortado por dos ventanales, el pico Almanzor se eleva hacia un cielo azul. Solo el que ha visto esas paredes de granito bajo un cielo revuelto sabe de su dureza y peligros.

La placidez de un día soleado en el Parador de Gredos, que cumple 50 años más que la Constitución, contrasta con la descripción que uno de sus ponentes, Jordi Solé Tura, hizo 25 años depués de las primeras reuniones en el Congreso: "Y allí, en aquella pequeña habitación escasa de luz y de espacio, lúgubre para los que no habíamos entrado nunca en ella y que volvía a recuperar la condición de Cortes, empezamos a discutir, a analizar, a votar temas fundamentales de una nueva democracia que apenas acaba de ponerse en marcha y de una Constitución que iba a modernizar nuestras vidas y las de los ciudadanos y ciudadanas de una nueva y desconocida España democrática".

Corría marzo del 78 y habían ido a Gredos para expurgar las ingentes enmiendas y aislarse de presiones.

Recuerdos del Parador de Gredos

En el Parador, antiguos trabajadores como Luis de la Fuente, el recepcionista, solo tienen buenos recuerdos y mejores palabras para los siete padres de la Constitución: el representante del PCE, dice, de las mejores personas. El socialista Peces Barba, al que conseguía los puros Montecristo que tenía que traer el coche de línea desde Ávila capital, buenísimo. Manuel Fraga, como de casa, que había sido ministro del ramo y ocupaba la mejor habitación. Y así todos.

No discutían, ni se alteraban, cuenta Maximiliano Carro, 'Nano'. Sólo en una ocasión, Miguel Herrero de Miñón, advirtió “como siga así Manuel, me voy. Porque todo lo que dice él es lo que hay que hacer”.

Como siga así Manuel (Fraga) me voy, porque todo lo que dice él es lo que hay que hacer (Miguel Herrero de Miñón)

Felisa Lamas, ya jubilada como sus dos compañeros, relata que se levantaban temprano y a las nueve estaban trabajando. Pero antes de entran en el, entonces, Salón del Silencio daban un paseo o tomaban el aire. Los tres destacan la austeridad de sus costumbres.

Y en eso coinciden con José Luis, el restaurador cuya casa, cerca del estadio Bernabéu, también tiene una placa que atestigua su papel.

Fue el lugar elegido para desatascar la discusión sobre el texto, ya en la Comisión de Asuntos Constitucionales. Junto a los ponentes, los encargados de encarrilar el acuerdo fueron el vicepresidente del Gobierno de UCD, Fernando Abril Martorell, y Alfonso Guerra.

Estaba ya mediado el mes de mayo. El dirigente socialista tiene dicho, contra la insidia de que todo eran reuniones a mesa y mantel, que fue sólo aquel encuentro "entre otras cosas porque don Fernando parece que cena poco y yo no ceno nada”.

Los miembros de la Comisión Constitucional, presidida por Manuel Fraga, en una de sus reuniones en 1978.
La Comisión Constitucional, reunida en las Cortes

La Comisión Constitucional, reunida en las Cortes EFE/jgv

La intensa primavera del 78

El restaurante, el Parador de Gredos, el ministerio de Justicia y Sigüenza. Escenarios, todos, que evocan la Carta Magna porque aquella intensa primavera del 78 hubo muchos encuentros.

Nocturnos, breves y secretos o largos y descubiertos por la prensa a las tres de la madrugada; con y sin cena, en los despachos de Peces Barba, de José Pedro Pérez Llorca, de Óscar Alzaga, de Landelino Lavilla.

Negociaciones para que no se estropeara, lo que según Gabriel Cisneros, uno de los ponentes de UCD, empezó de la mejor manera: con “ese perfil un poco adánico de siete personas reunidas en torno a un rimero de folios en blanco”.