La inspiración alemana en la Constitución española
- El texto constitucional español solo ha sido reformado en dos ocasiones, el alemán hasta 70 veces
La Constitución española, que este jueves cumple 40 años, bebe de diversas fuentes, aunque su mayor inspiración es la constitución alemana, si bien no ha seguido su ejemplo en el número de reformas introducidas: mientras que otros textos constitucionales europeos se han modificado decenas de veces y el alemán hasta 70, la Carta Magna española apenas ha tenido dos cambios en su articulado.
Cuando se habla de las posibles fuentes de la Constitución española, los expertos señalan varios textos europeos. Para Santiago Muñoz Machado, catedrático de Derecho administrativo y académico de la RAE, al igual que en Alemania e Italia, “la española es una de las constituciones que emergen tras la Segunda Guerra mundial y tratan de fragmentar el poder para que no haya abuso por concentración, además de garantizar y proteger los derechos fundamentales".
Los tres países sufrieron guerra y posguerra y estuvieron bajo regímenes totalitarios. De ahí su interés común en diluir el poder para evitar tentaciones absolutistas. En el caso alemán, el peso del Holocausto cometido durante el nazismo le lleva a declarar en su artículo 1.1 que "la dignidad humana es intangible". La huella alemana en la Constitución española es más que evidente- según Santiago Muñoz Machado- "en el incremento de la protección de los derechos, una realización más efectiva de la separación de poderes y una protección de la Constitución frente a la ley”.
Antes de explicar en qué se plasman esas similitudes, hay que destacar un elemento único en el caso alemán: su texto supremo no se llama Constitución sino Ley Fundamental (Grundgesetz) de Bonn porque nació con carácter provisional. Entró en vigor en 1949, con un país dividido entre las potencias aliadas, que decidieron que sólo habría Constitución como tal cuando hubiera reunificación. Cuando se produjo formalmente en 1990, se prefirió que Berlín Oriental y los cinco länder o estados federados del Este declararan su adhesión al texto ya elaborado.
Elementos comunes de reparto de poder
Partiendo de las ideas diferenciales que recoge la Ley de Bonn al decir "La República Federal de Alemania es un Estado federal democrático y social", el modelo constitucional español le ha copiado varios elementos del reparto de poder:
1) Un jefe de Estado (Bundespräsident) con funciones meramente representativas.
2) Un jefe de gobierno (Bundeskanzler) que fija las directrices del ejecutivo y que responde ante
3) Un parlamento (Bundestag) que vota, si la hay, una moción de censura que debe ser constructiva , es decir, que la oposición presenta un candidato alternativo. Esta idea original de Alemania la han asumido después, además de España, países como Bélgica, Eslovenia o Hungría.
Otra idea que España ha copiado casi literalmente a la Ley Fundamental alemana es la posibilidad de que el Estado adopte medidas de coacción frente a territorios autónomos. El artículo 37 alemán permite, con la aprobación del Bundesrat (Senado), adoptar las medidas necesarias para obligar a un estado federado o Land a cumplir los deberes que le impone la Ley fundamental u otra ley federal. Sería nuestro artículo 155, aplicado por primera vez durante la crisis en Cataluña.
La constitución menos modificada de toda Europa
A diferencia de España, en Alemania existe la "cláusula de intangibilidad o perpetuidad" que establece que nunca se podrán cambiar dos artículos de la Ley, los referidos a la defensa de la dignidad humana y a la organización de la Federación en Länder. Paradójicamente, en Alemania se han llevado a cabo más de 70 reformas y en España sólo dos y ambas relacionadas con la Unión Europea. "En España da un miedo insuperable reformarla pensando que nos conducirá a algo peor o a inestabilizar el sistema", asegura Santiago Muñoz Machado que, al frente de una decena de catedráticos de Derecho Constitucional y Administrativo, presentó en noviembre de 2017 el documento Ideas para una reforma de la Constitución, aplicando al texto español técnicas del federalismo vigentes en países como Alemania y Austria.
Ya sea el miedo a lo desconocido o los requisitos necesarios para cualquier cambio en el texto, lo cierto es que la Constitución española es la menos modificada en toda Europa. El récord lo tiene Austria, que ha reformado su legislación constitucional alrededor de un centenar de veces. Le sigue Alemania, con unas 70 reformas, algunas muy polémicas como el rearme del país o el despliegue de tropas en misiones en el extranjero.
La Constitución italiana de 1948 se ha enmendado más de 40 veces. En 2016 se rechazó en referéndum la propuesta del entonces primer ministro Matteo Renzi de reformar el Senado. El objetivo era agilizar el proceso legislativo eliminando el llamado "bicameralismo perfecto" al tener las dos Cámaras los mismos poderes.
El texto francés, de 1958, se ha cambiado 24 veces. Han sido modificaciones para, por ejemplo, aumentar los poderes de la Asamblea o reducir los del presidente de la República. Por cierto, el actual jefe del Estado, Emmanuel Macron, quiere reabrir en enero los debates parlamentarios para otra reforma que, entre otras cosas, reduciría el número de diputados y senadores y limitaría su mandato. También quiere acabar con el sistema mayoritario a dos vueltas que perjudica a los partidos que pierden en las elecciones.
Por último, la Constitución más cercana a España en espacio (Portugal) y tiempo (1976) ha experimentado siete reformas.