El Supremo rechaza apartar a Marchena y al resto de magistrados del 'procés' recusados por las defensas
- El Alto Tribunal ha tomado esta decisión por unanimidad y ratifica así la imparcialidad de los jueces del caso
- Esta es la segunda vez que el Supremo rechaza los incidentes de recusación planteados por los políticos
El Tribunal Supremo ha rechazado por unanimidad las recusaciones del juez Manuel Marchena y los seis magistrados que juzgarán en los próximos meses el caso del procés. La Sala del 61 del Alto Tribunal ha desestimado las solicitudes de recusación que ocho de los acusados presentaron contra Marchena, presidente de la Sala de lo Penal, y la de Jordi Cuixart, líder de Òmnium Cultural, que extendió la solicitud a todo el tribunal que les juzgará por la organización del referéndum del 1-O y la declaración unilateral de independencia.
Tras hora y media de reunión, el Supremo ha dado al traste con el último intento de los exmandatarios independentistas de apartar de la causa a Marchena y al resto de jueces, que son Andrés Martínez Arrieta, Juan Ramón Berdugo Gómez de la Torre, Antonio del Moral García, Luciano Varela Castro, Andrés Palomo del Arco y Ana María Ferrer García.
El contenido íntegro del auto de desestimación se conocerá en los próximos días, han informado fuentes del Supremo a RTVE, que será redactado por el magistrado de la Sala de lo Militar del Supremo, Jacobo Barja de Quiroga.
Se despeja así el camino para que estos siete jueces puedan retomar los preparativos de cara al juicio que previsiblemente comenzará a finales de enero, si bien antes deberán celebrar la vista oral para resolver los denominados artículos de previo pronunciamiento -las cuestiones previas-, que todo apunta que tendrá lugar la semana antes de Navidad, según Efe.
Segunda vez que el Supremo rechaza la recusaciones de los procesados
Esta es la segunda vez que esta Sala especial del Alto Tribunal rechaza los incidentes de recusación que han planteado los acusados a lo largo del procedimiento, señala Efe. La anterior ocasión en la que se pronunció fue el pasado mes de septiembre, cuando tumbó las peticiones de los procesados: algunas fueron rechazadas y otras ni siquiera fueron admitidas.
La Sala 61, cuyo nombre proviene del artículo 61 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que recoge su creación, está formada por el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, los presidentes de las cinco salas del Supremo y por el magistrado más antiguo y más moderno de cada una de ellas.
Solo 14 de ellos han formado parte de la deliberación, dado que dos de los que la integran les afecta el procedimiento: el propio Marchena y Andrés Martínez Arrieta, el más antiguo de la Sala II.
Marchena renunció a presidir el CGPJ y el Supremo
Las recusaciones se presentaron tras la revelación del contenido de un mensaje que el portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, remitió a un grupo de chat de su grupo parlamentario afirmando que la elección de Marchena como presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) pacto entre Partido Popular y PSOE permitiría controlar "desde atrás" a la Sala que enjuiciará el caso.
Un día después de conocerse este mensaje, Marchena renunciaba a presidir el CGPJ y el Tribunal Supremo en un comunicado en el que defendía su independencia, decisión que provocó la ruptura del pacto por parte del PP, formación que había sido la que, precisamente, puso el nombre de este juez encima de la mesa para asumir ese cargo.
El pasado 30 de noviembre, el magistrado rechazaba su recusación en un escrito de alegaciones en el que volvía a proclamar su independencia afirmando que no tiene ningún "interés -directo o indirecto- en la presente causa" y en el que califica de "inacaptable" que el argumento para intentar apartarle del juicio sea poner en duda el sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial.
La Fiscalía también se opuso a apartar a Marchena del tribunal del procés. "Nada puede ser reprochado al comportamiento del juez cuya recusación se promueve", aseguró entonces el Ministerio Público, que subrayó que -a su entender- no hay "sombra de culpa" ni datos sólidos que proyecten ninguna sospecha sobre su independencia.