Los partidos de izquierda anuncian una moción de censura contra el Gobierno francés por la crisis de los 'chalecos amarillos'
- La propuesta tiene el respaldo del partido de izquierda radical La Francia Insumisa y del Partido Comunista
- La torre Eiffel y varios museos cerrarán el sábado ante el temor a las protestas
Los partidos de izquierda en el Parlamento francés presentarán el próximo lunes una moción de censura contra el Gobierno por su gestión de la crisis de los "chalecos amarillos" y para presentar que "otra vía es posible".
Según ha anunciado este jueves el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, la moción de censura tiene el respaldo de La Francia Insumisa (izquierda radical) y del Partido Comunista, aunque desean que otros grupos se sumen a su iniciativa en la Asamblea Nacional.
En declaraciones a la prensa, Faure ha explicado que los tres grupos van a "buscar que en los próximos días se amplíe el marco" de los partidos que se sumen a la moción, que tiene escasas opciones de prosperar debido a la cómoda mayoría absoluta de la que dispone el partido gubernamental, La República En Marcha (LREM).
Consciente de ello, el líder socialista se preguntó: "¿Para qué sirve? Para demostrar que otra vía es posible (...) Hay una finalidad común, que la fiscalidad sea más justa".
Los diputados deberán votar en la Asamblea Nacional la moción de censura al menos 48 horas después de su presentación, prevista para el lunes.
"Vemos claramente que hay un gobierno que va directo contra la pared y que mantiene la misma lógica política. Nuestra responsabilidad colectiva es detener esto y asegurarnos de que cambiamos de gobierno, y por tanto de política", ha señalado por su lado Ugo Bernalicis, diputado de La Francia Insumisa.
Para el representante izquierdista, si los políticos no encauzan el malestar "llegará el desorden", por lo que "hay medios institucionales para actuar, para que el Parlamento actúe".
Protestas "legítimas"
Mientras los sindicatos franceses han señalado este jueves que la protesta de los "chalecos amarillos" es "legítima", y por eso han reclamado que se concrete el diálogo que ha abierto el Gobierno, "con mucho retraso", pero al mismo tiempo condenaron el uso de la violencia por parte de ese movimiento.
Al término de una reunión de sus responsables, siete centrales (CFDT, CGT, FO, CFE-CGC, CFTC, UNSA y FSU) han denunciado en un comunicado conjunto "cualquier forma de violencia en la expresión de las reivindicaciones", y han hecho un llamamiento para que se restablezca "el diálogo y la escucha".
Además han afirmado que "la movilización de los 'chalecos amarillos' ha permitido expresar un enfado legítimo" y han destacado que "frente a las desigualdades sociales y territoriales", los sindicatos reclaman "políticas públicas de justicia social" y diálogo al Ejecutivo, que "con mucho retraso ha abierto al final las puertas".
Un diálogo que, a su parecer, tiene que garantizar "negociaciones reales", lo que implica que sean "amplias, abiertas y transparentes, tanto a nivel nacional como en los territorios".
En cuanto a los asuntos de discusión, los sindicatos consideran que cuestiones como el poder adquisitivo, los salarios, la vivienda, los transportes, los servicios públicos o la fiscalidad deben encontrar respuestas "concretas" que creen "las condiciones sociales" de una transición ecológica "justa".
Cumplir su compromiso fiscal
El ministro francés de Hacienda, Gérarld Darmanin, ha asegurado que su país cumplirá con los compromisos de disciplina fiscal, pese a las concesiones a los "chalecos amarillos" como la anulación del incremento del impuesto sobre los carburantes que estaba programado a partir de enero.
"Mantendremos nuestras cuentas públicas", ha subrayado en una entrevista a la emisora France Inter el ministro, quien añadió que "el presidente de la República (Emmanuel Macron) fue elegido para eso", en alusión al respeto de las reglas europeas para limitar el déficit y la deuda pública.
El Gobierno francés se ha marcado el objetivo de limitar su déficit en 2019 al 2,8 % del PIB, por debajo del umbral europeo del 3 %.
El ministro ha explicado que los franceses "pagamos muchos intereses", en particular a "bancos extranjeros" por la deuda pública y que, si no se respetaran los compromisos en el terreno fiscal, aumentaría el dinero que habría que dedicar a esa partida.
"Mi deber es no deteriorar las cuentas públicas porque eso significa aumentar los impuestos de los franceses en el futuro" ha argumentado Darmanin.
El titular de Hacienda ha señalado que la cancelación del alza del impuesto sobre los carburantes supondrá 4.000 millones de euros que no se ingresarán en las arcas públicas el año próximo, pero no ha dicho claramente cómo se compensará, aunque su departamento ha filtrado que será con recortes en el gasto público.
Francia desplegará 89.000 policías ante las protestas del sábado
Por otro lado, el primer ministro francés, Édouard Philippe, ha anunciado este jueves "una movilización excepcional" de 89.000 agentes de las fuerzas del orden ante las protestas de los "chalecos amarillos" convocadas para el sábado en todo el país, de los cuales 8.000 en París.
Philippe, en una entrevista al canal "TF1", ha explicado que en la capital también se recurrirá a una docena de vehículos blindados de la Gendarmería.
Ha hecho notar que el despliegue será superior al del pasado sábado, cuando hubo 65.000 policías y gendarmes en la calle en una jornada que degeneró en violencia, con cientos de detenidos y heridos en París, pero también en otros puntos del país.
Lo ha justificado porque "tenemos frente a nosotros gente que no va a manifestarse, sino a destrozar". Ante esa situación, ha mostrado su "determinación para garantizar la seguridad de los franceses y para que no se cuestionen ni las instituciones ni nuestro modo de vida".
Se ha mostrado convencido de que "la República es sólida" y ha dicho no estar inquieto porque "sus instituciones son firmes".
El Elíseo advirtió el miércoles de que hay indicios "extremadamente inquietantes" de que será una jornada de violencia por "un núcleo duro de varios miles de personas" que tienen intención de acudir a la ciudad "para destrozar y para matar".
Las autoridades han tomado una serie de medidas preventivas en París, empezando por el cierre de la torre Eiffel, así como de una larga lista de grandes museos, como el Louvre, el de Orsay, el Grand Palais y el Petit Palais o la Orangerie.
Tampoco estarán abiertos al público la Ópera y muchos comercios en el entorno de los Campos Elíseos.