Macron promete subir el salario mínimo y rebajas de impuestos para apaciguar a los 'chalecos amarillos'
- El presidente de Francia admite en un discurso a la nación que la indignación en las calles está justificada
- Anuncia que el salario mínimo subirá cien euros, además de rebajas impositivas a las horas extras y los pensionistas
La ira de los 'chalecos amarillos' ha logrado frenar el impulso reformista de Emmanuel Macron, el presidente que prometió voltear Francia, pero que este lunes se ha visto obligado a anunciar una subida del salario mínimo y varias rebajas impositivas para tratar de aplacar las protestas que desde hace semanas sacuden las ciudades francesas, al tiempo que admitía la "profunda y justa" indignación que ha alimentado a los manifestantes.
Macron ha desgranado las nuevas medidas sociales en un discurso televisado a la nación, su primera intervención pública en más de una semana, unos días durante los que las protestas de los 'chalecos amarillos' se han propagado hasta convertirse en las mayores manifestaciones populares contra el Gobierno registradas en Francia desde Mayo del 68.
Aunque ha empezado su discurso criticando las "violencias inadmisibles” de algunos manifestantes, Macron ha ofrecido a renglón seguido todo un ejercicio de contrición a sus conciudadanos, al reconocer que su Gobierno no ha sido capaz de responder a las inquietudes de los franceses.
“No olvido que existe una ira, una indignación que comparten muchos franceses“
"No olvido que existe una ira, una indignación que comparten muchos franceses", ha señalado el presidente de la República, que ha achacado esa indignación a un "malestar que viene de lejos, de hace 40 años, pero está aquí ahora". Y ha reconocido: "Probablemente, no hemos sabido dar una respuesta rápida, asumo mi responsabilidad. Puede que les haya dado la sensación de que no era mi problema, de que no eran mis prioridades".
Macron no solo ha se ha disculpado por sus políticas, sino incluso por su propia actitud ante las demandas de los franceses: "Sé que he llegado a herir a algunos de vosotros con mis palabras", ha admitido, un tono insólito en un político altivo, al que muchos de sus conciudadanos perciben como elitista y distante.
Medidas sociales
Para hacerse perdonar, Macron ha anunciado diversas medidas, entre las que destaca que el salario mínimo -que ahora es de 1.498,47 euros brutos para una jornada laboral de 37 horas semanales- subirá en cien euros a partir del 1 de enero de 2019 "sin que le cueste un euro más al empleador", ha especificado.
El objetivo es reforzar una de las ideas clave que ha lanzado durante el discurso: "Queremos una Francia donde podamos vivir dignamente de nuestro trabajo", ha proclamado, después de evocar a "una pareja de trabajadores que no llegan a fin de mes", a una madre soltera que trabaja y a una pareja de "jubilados modestos".
Asimismo, las horas extraordinarias estarán exentas de "cargos ni impuestos" durante el año que viene, con lo que recupera una política en vigor durante el quinquenio de Nicolas Sarzkozy, y se anula el aumento previsto en las cotizaciones sociales para los jubilados que perciban menos de 2.000 euros de pensión: "El esfuerzo que se les pedía era demasiado importante y no era justo", ha dicho Macron sobre esos pensionistas.
"Pido al Gobierno y al Parlamento que hagan lo necesario para que podamos vivir mejor de nuestro trabajo desde el inicio del año que viene", ha indicado el presidente, que también ha rogado a "todas las empresas que puedan" que paguen "una prima de fin de año a sus empleados", también exenta de tributación.
A lo que no ha accedido es a la recuperación del impuesto sobre la fortuna, una de las reclamaciones más extendidas entre el heterogéneo movimiento de los 'chalecos amarillos', con el argumento de que expulsaba a los grandes contribuyentes del sistema fiscal y de que su supresión pretende crear empleo: "Volver hacia atrás nos debilitaría", se ha justificado. Esta por ver si es suficiente para los 'chalecos amarillos'.