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El BCE dejará de comprar bonos en enero pese a empeorar sus previsiones para la eurozona

  • El organismo asegura que reinvertirá los bonos que venzan "durante un período prolongado" de tiempo
  • La entidad rebaja la previsión de crecimiento una décima tanto para este año como para el que viene

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El presidente del BCE, Mario Draghi
El presidente del BCE, Mario Draghi.

El Banco Central Europeo (BCE) dejará de comprar bonos el próximo mes de enero pese a empeorar sus previsiones económicas para la eurozona. El organismo pone punto y final a cuatro años de compra de deuda -iniciada en 2015- y que, según el presidente de la entidad, Mario Draghi, ha sido por momentos "el único motor de la recuperación". Sin embargo el BCE no deja de animar a la economía del euro: reinvertirá los bonos que venzan "durante un período prolongado una vez que comiencen a subir los tipos de interés" y se reserva reactivar las compras.

El Consejo de Gobierno del BCE, reunido este jueves en Fráncfort, ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento de la zona euro una décima para 2018 y 2019 respecto a las que emitió en septiembre. Ahora cree que la economía crecerá un 1,9% este año y un 1,7% el que viene. Para 2020 mantiene que la eurozona se expandirá un 1,7% y considera que un año después el crecimiento se moderará al 1,5%. La inflación será del 1,8% en 2018, del 1,6% en 2019, del 1,7% en 2020 y del 1,8% en 2021.

En rueda de prensa, Draghi ha afirmado que se mantiene la incertidumbre por factores geopolíticos, el proteccionismo, la vulnerabilidad de las economías emergentes y la volatilidad en los mercados financieros. El presidente del BCE ha señalado que el crecimiento ha sido menor durante algún tiempo, lo que refleja "una demanda externa más débil pero también algunos factores específicos de países y de sectores".

No obstante, el presidente del BCE se ha mostrado convencido de que la fortaleza de la demanda interna continúa apoyando la expansión económica y de la inflación. Por ello, considera que todavía son necesarios "estímulos monetarios significativos" para crear presiones al alza sobre los precios.

Se reinvertirán los bonos que venzan

Entre esos estímulos está la reinversión del principal de los bonos que venzan. Esas operaciones se harán manteniendo el reparto por países, aunque se realizarán ajustes de forma "gradual" para adecuarse a los cambios de la suscripción de capital de los diferentes bancos centrales.

En volumen de compras de activos durante los últimos años ha venido determinado por el peso de cada Estado miembro dentro del BCE, calculado en función de la población y el PIB. El pasado 3 de diciembre, la entidad ajustó el nuevo reparto de suscripción de capital a partir del 1 de enero de 2019: España reducirá su peso (del 8,8409% al 8,3391%) y Alemania llegará hasta el 18,367% desde el 17,9973% anterior.

"Pensamos que disponemos de todos los instrumentos para abordar posibles contingencias en el actual clima de gran incertidumbre", ha indicado Draghi, quien ha subrayado la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE), que ha avalado la legalidad de su programa de compra de bonos soberanos, lo que convierte al QE en un instrumento más de la "caja de herramientas" del BCE, que podría así recurrir a él cuando lo considere necesario.

El BCE dejó también inalterados los tipos de interés de referencia a los que presta a los bancos semanalmente en el 0% y los mantendrá en ese nivel históricamente bajo hasta, al menos, el verano de 2019 y en todo caso durante el tiempo necesario para asegurar la continuación de la convergencia sostenida de la inflación hacia niveles inferiores, aunque próximos, al 2% a medio plazo. Por su parte, la tasa de la facilidad de depósito continuará en el -0,40% y la de la facilidad de préstamo en el 0,25%.