'Un asunto de familia', la maestría como rutina de Kore-eda
- Se estrena la película japonesa ganadora de la Palma de Oro en Cannes
¿Qué es una familia? Si crees que la respuesta es fácil, no has visto la filmografía de Hirokazu Kore-eda (Tokio, 1962). El cineasta japonés lleva 20 años revolviendo la cuestión familar desde su facilidad para el naturalismo y su originalidad inagotable como guionista. Un asunto de familia, su nueva cinta, se estrena en España el 21 de diciembre con el mejor aval: la Palma de Oro del Festival de Cannes.
Curiosamente, Un asunto de familia parece que no copa las habituales listas del top ten del año: nos hemos acostumbrado a la maestría de Kore-eda. Lo que arranca como una familia de clase baja que vive apiñada y sobreviviendo casi al día, va descubriendo sus capas cuando encuentran a una niña pequeña que huye de unos padres maltratadores. Poco más se puede contar sin traicionar el desarrollo de su guion.
“Me gustaba la historia de cómo alguien llega a convertirse en padre o madre. Y busqué algo más: me interesaba crear relaciones de una familia que crece y donde no era necesariamente el cariño lo que les había llevado a estar unidos”, apuntaba en el Festival de San Sebastián, horas antes de recoger su premio Donostia honorífico.
Kore-eda indaga en una historia que los medios de comunicación tratarían como un suceso sórdido. Y hace plantearse al espectador si desenfundamos el juicio de demasiada ligereza. “Lo que se celebraría por televisión no tiene por qué ser lo mejor para los personajes”, resume.
Kiseki, Nuestra hermana pequeña, De tal padre tal hijo… Kore-eda sostiene que no dejará de hacer películas hasta que no resuelva por qué la familia es fuente de tanta necesidad y decepciones. “Me he dado cuenta de que la manera en la que retrataba la familia era diferente cuando vivían mis padres. Y también cambió desde que soy padre. Lo interesante es precisamente cambiar tu punto de vista a lo largo de tu evolución”, explica.
La novedad de Koe-eda en Un asunto de familia es la denuncia social. “Se trata de algo que el gobierno japonés no reconoce, pero la verdad es que la pobreza está aumentando. Japón es posiblemente uno de los países desarrollados que menos dinero dedica a la educación de los niños”, alerta.
Y también es su cinta más carnal. “Hasta ahora en mis películas, la relación sexual era bastante lejano, indirecto, pero he querido reflejarlo porque era una película carnal a diferentes edades”.
Kore-eda ha rodado ya su salto al cine occidental, La Verite, protagonizado nada menos que por Juliette Binoche, Catherine Deneuve y Ethan Hawke (en el limbo quedó el remake que Spielberg quería producir de De tal padre, tal hijo). El cine de Kore-eda tiene cuerda para rato.