Muere Jordi Grau, director de 'La trastienda' y 'No profanar el sueño de los muertos'
- El director de cine, guionista y escritor catalán ha muerto en Madrid a los 88 años de edad
- Grau trabajó con mayor intensidad en la década de los 60, los 70 y durante la Transición
El director de cine catalán Jordi Grau ha muerto este miércoles en Madrid a los 88 años de edad, según informa a Efe fuentes de la familia de este realizador clave, que hizo cine de autor, de terror y coqueteó con el destape en los 70.
Jordi Grau (Barcelona, 1930) versátil y arriesgado, trabajó más intensamente en los años 60 y 70 y también durante la Transición. Amigo de Fellini, fue director de La trastienda (1975), que incluía su primer vez en España el primer desnudo integral protagonizado por María José Cantudo.
También fue autor de películas de terror como Ceremonia sangrienta y especialmente No profanar el sueño de los muertos (1974), considerada un icono del cine de terror en el ámbito internacional.
"Es curioso que siendo un director de cine de autor, a mi padre se le vaya a conocer internacionalmente por el cine de terror", explica a Efe Carlos Grau, cineasta también y profesor universitario.
Vida ligada al cine
Grau comenzó su primer contacto con el cine en 1949, al trabajar como extra en una película. Más tarde se inclinó por el mundo de la pintura y expuso sus cuadros en varias ocasiones, entre 1952 y 1956.
Comenzó a colaborar en diversas películas, en unas como actor como sucedió en La rana verde ( 1956) de José María Forn (1956), y en otras ya como ayudante de dirección.
En 1956 se fue a Italia con una beca para realizar estudios cinematográficos en el Centro Sperimentale della Cinematografía en Roma, donde fue ayudante de varios realizadores del país, entre ellos Antonioni. En 1957, Grau realiza su primer cortometraje El don del mar y posteriormente dirigió Costa Brava 59 (1959); Sobre Madrid (1960); Medio siglo en un pincel ( 1960); Barcelona, vieja amiga (1961); Ocharcoaga (1961) ; Niños (1961) y Laredo, costa de esmeralda (1961).
En España inició sus actividades como director en Barcelona con su película Noche de Verano (1962), de la que fue co-guionista.
Subtitulado por TVE
Funcionas como un reloj nunca te adelantas ni te atrasas.
Estaré pensando en ti todo el tiempo.
Anoche estuve a punto de entregarme a un hombre que ni siquiera conozco.
¿Sabes por qué no quise hacer el amor?
Porque no eras tú.
Es una mujer que me atrae de extraña manera.
La obra de dios necesita hombres como tú.
Y tú no debes despilfarrar tu talento
perdiendo el tiempo con tus enfermeras.
Jaime, no me dejes sola esta noche.
Sí, porque era un director muy reconocido
pero había tenido un problema con el rodaje
de hecho fue despedido,
y eso le obligó como a buscar refugio en el cine de terror
que era un género que nunca había hecho antes,
sin embargo hizo dos películas seguidas "Ceremonia sangrienta"
y "No profanar el sueño de los muertos"
que ya hemos visto aquí, que fue muy bien recibida,
se exhibió mucho, se vio por todo el mundo
y hoy en día son películas de culto.
Pero Jordi Grau no quería encasillarse
y por eso quería volver a hacer el cine que realmente le interesaba
era como ese tipo de fábula moral
un poco al estilo del espontáneo.
Se encontró con José Frade, el productor,
y juntos hicieron un díptico sobre la hipocresía moral
que había en esos tiempos en España.
Con "El secreto inconfesable de un chico bien"
y con "La trastienda".
Sí, la película se construye sobre una doble crítica.
La primera y más importante es esta hipocresía moral
lo que nos muestra Jorge Grau es
cómo una sociedad que es capaz de ser infiel,
pero no es capaz de hacerlo público, es decir,
una sociedad que se está escondiendo
y está escondiendo sus propias pasiones
pero a la vez se permite como licencia y siempre en privado,
sin que lo sepa nadie.
Me preocupa esta sociedad de apariencia amable, tranquila,
pero con una trastienda feroz que provoca estas víctimas,
que a veces son incluso inconscientes de ser víctimas.
Después hay una segunda crítica, no tan explícita al Opus Dei,
tan presente en Pamplona en aquellos momentos,
y sobre todo a los mecanismos de control del Opus Dei,
ese control tan exhaustivo y tan férreo
ejercido sobre la moral de sus miembros.
Sí, de hecho es un personaje más.
Pamplona lo que te da es ese clima emocional
el clima moral del que estoy hablando
Pamplona no deja de ser una ciudad de provincias, pequeña,
donde todo el mundo se conoce.
Con lo cual, lo que tú hagas,
enseguida por el eco le va a llegar a toda la ciudad.
Es una ciudad, además, muy conservadora
que, sin embargo, durante unos días al año se convierte
en una ciudad abierta, libertina, incluso un poco exhibicionista.
Pamplona es una ciudad lo suficientemente pequeña
y lo suficientemente importante para que la gente se conozca,
sobre todo la gente importante.
Un escándalo en Pamplona es mucho más escándalo que en Barcelona o Madrid.
Sí, es muy bonito, porque es un elemento de veracidad,
porque él te está mostrando unos sanfermines reales,
no unos sanfermines reconstruidos.
Por qué, porque es imposible reconstruir eso,
no hay figurantes suficientes como para reconstruirlo.
Él a lo que juega es a un registro documental puro y duro, muy real
donde de repente va insertando a los protagonistas.
En un encierro ves a María José Cantudo presenciándolo
pero sobre todo, lo bonito es que esto lo hizo antes de la película
y según lo que iba grabando iba construyendo el guión.
Por ejemplo, desplegó una serie de cámaras en la plaza de toros
y al ver que en la plaza cogían a un chico,
decidió que ese chico al que habían cogido iba a ir al hospital
para ser operado por el doctor protagonista.
María José Cantudo, en aquellos momentos,
era una de las mujeres más bellas de España,
que ya tenía una pequeña trayectoria como actriz,
pero casualmente en ese cine de fantaterror,
que era muy popular, pero que no era tan trascendente.
Es una interpretación muy valiente
sobre todo por el desnudo integral, que era el primero,
pero también es una interpretación muy certera.
Y a María José Cantudo la acompañan dos actores extranjeros
que son Rosana Schiaffino y Frederick Stafford
un actor austriaco que había trabajado con Hitchcock
que se había especializado en películas de espías.
Sí, es inmediato, de hecho tú lo has dicho
recaudó 186 millones de pesetas
y era la película española más vista desde "El último cuplé"
pero es un éxito un poco injusto,
porque se basa en ese desnudo integral de María José Cantudo
Lo que hace que se equivoquen las intenciones de la película.
Parece que es una película más cercana al cine del destape
cuando en realidad es una denuncia moral,
es una denuncia a la hipocresía que había en España en aquellos momentos.
Con lo cual, pasado ese tiempo,
y cuando la vuelves a revisitar ahora
es esa denuncia la que prevalece, ¿no?
Y el desnudo, pues es muy importante pero pasa a segundo plano.
Reconocimiento internacional
Su segunda cinta fue El espontáneo (1963), que representó al cine español en el Festival de Karlovy Vary. También otra película suya, Acteon (1965), representó a España en el Festival de Moscú en 1965.
Obtuvo el Premio Ciudad de Barcelona con su película Una historia de amor (1966). Y entre su filmografía destaca: Tuset Street, que finalizó y firmó Luís Marquina, por desavenencias con la productora; La cena (1968); Historia de una chica sola (1969), Chicas de club/ Cántico (1970); Ceremonia sangrienta (1972) y Pena de muerte (1973).
Además de la citadas No profanar el sueño de los muertos (1974); La Trastienda (1975); El secreto inconfesable de un chico bien (1975); La siesta (1976); Doña Mesalina (1977); Cartas de amor de una monja (1978) y La leyenda del tambor (1981).
Después de rodar en 1983 Coto de caza, en marzo de 1984 la universidad californiana de Berkeley le dedicó un ciclo. En enero de 1990 se presentó su filme La puñalada, sobre un drama rural del siglo XIX, en la que intervinieron José Vivó y Christian Vadim.
¡Id a jugar a otro sitio, mirad lo que habéis hecho!
(CANTA)
Hola, ¿qué tal, Leonardo? -Bien.
-¡El tres!
¿Qué tiene? -No se asuste.
Es una vieja herida, la que causó mi muerte.
-¿Por qué sabe que murió asesinado? -Porque me lo ha dicho él mismo.
-¿Sabe de qué se trata? -Esta noche
en la torre de los siete jorobados.
Por la deliciosa noche que nos ha ofrecido nuestra amiga Silvia
con su estupenda creación de la novia virgen...
-Suceden cosas muy extrañas.
Huele usted a hiena.
¿Qué trasto es ese?
-Es una máquina para exterminar insectos y parásitos.
-¡Juro que le he visto, es la verdad!
-¿Por qué iba a inventarme esta historia?
-¿Por qué?
Muy sencillo, para apoyar la versión...
de su hermana.
(GRITA) ¡Marty! ¡Marty!
-Solo un sádico podría hacer una cosa así.
-Un sádico, ¿eh? -Sí.
O un loco.
Los muertos están muertos, ¿de acuerdo?
(GRITA) -¡Abran, abran!
Yo no quería entablar contacto con la gente, tú lo sabes.
Quería que mi relación se produjese exclusivamente a través del cine.
Yo creía estar al borde del arrebato total
iniciando mi sendero a la gloria.
Hola.
Es un placer.
Sí, en la medida en que todas son fruto y producto
de personalidades muy acusadas
y que también es muy difícil encontrar,
en relación con algunas de ellas,
continuidades o antecedentes. Son casi islas...
en medio del resto del océano de la producción cinematográfica
y con una personalidad tan fuerte tan fuerte,
que las hace intransferibles.
De hecho, hay un historiador francés, Jean-Claude Seguín,
que en una introducción al cine español dice que
el cine español es un cine de impulsos perdidos.
De películas muy personales que no han tenido continuidad,
que no han podido seguir desarrollándose.
Es verdad que en el cine español, debido a su anormalidad industrial,
ha dado muchas veces como fruto películas muy extrañas,
incluso dentro de su industria.
Igual la que nos resulta ahora más convencional sea "Abre los ojos",
convencional entre comillas,
pero, claro, es una película
mayoritariamente influida por el cine americano
y, entonces, en España no las había,
luego era única en ese momento también.
A partir de ahí sí que ha tenido continuación.
Y las otras cuatro con clarísimas.
A parte, las cinco...
tienen ese elemento alrededor de lo sobrenatural que también los une.
-¡Cámaras, estamos rodando!
¡Acción!
(GRITA)
Yo lo del...
rara avis, la traducción que hace decir película extraña,
no estoy de acuerdo.
Porque hay películas muy extrañas que no son raras,
sino, yo diría,
una película insólita.
Que es otra cosa.
Por ejemplo, las películas de Edgar Neville, en general,
son películas muy buenas,
pero no bien hechas.
Porque hay una...
una falta de rigor fílmico.
Sin embargo, hay una enorme cantidad
de verdad en lo que está diciendo,
aunque esté mal dicho.
Es decir, yo prefiero las cosas imperfectas
a las cosas perfectas.
En ese caso,
Edgar Neville es imperfecto porque es tantas cosas,
es escritor, es pensador, es político,
que...
cuando se pone a hacer cine,
no lo hace con la absoluta dedicación de un cineasta,
sino con la de un intelectual.
Es la más rara dentro de lo rara que es su extraña filmografía.
Yo creo que comparte muy claramente
la mezcla de géneros que siempre había en el cine de Neville.
Y aquí hay...
terror, intriga, sainete,
naturalismo castizo
y expresionismo alemán.
Todo ello mezclado.
Y es una rareza en el sentido sobrenatural también.
Hay una anécdota muy bonita alrededor de la torre
y es que la censura molestó bastante a Neville
con el elemento sobrenatural porque...
Quería dejar clara la censura que los fantasmas
eran mentira, no eran de verdad.
Incluso, le obligaron
a filmar una introducción en la que se venía a decir
que todo era un sueño del protagonista.
Y Neville les dijo algo como:
"Vale, lo filmo, pero os voy a poner la película
sin esa introducción y vais a ver como no hace falta".
Y no hacía falta
porque es una locura tan estrambótica, que no hace falta.
-¿No estaban haciendo dar vueltas a un velador?
-No, iba a hacer espiritismo.
Debe ser en otro piso. -Ah.
-Y usted, ¿quién es? -Yo soy Napoleón.
Sí, por supuesto. Siempre tenemos el problema de que
no ha llegado todo el cine que se hizo,
pero entre el que ha llegado,
yo reivindico dos películas muy extrañas,
absolutamente extraterrestres, por decirlo de alguna forma,
que serían "El sexto sentido", de Nemesio Sobrevila,
es una película emparentada directamente con "Arrebato",
que también hay un personaje obsesionado por el cine
que cree encontrar la verdad de las cosas a través del cine
y únicamente a través del cine,
y luego hay otra, aparentemente, más convencional,
que sería "La dolorosa", de Jean Grémillon,
que es una adaptación de una zarzuela.
Jean Grémillon, que era un cineasta que había empezado en la vanguardia,
en Francia,
acaba convirtiendo en un cuento de amor lleno de fantasmas.
Creo que sí, antes de "La torre de los siete jorobados" había habido...
-Yo estoy de acuerdo con Luis y añadiría, al menos,
otra película bastante extraña, inacabada,
como es "Carne de fieras".
Una película de Armand Guerra.
Una película de inspiración
más o menos anarquista, es del 34, aproximadamente.
Inacabada.
Y ya no en ese sentido de película de culto,
hay una cosa de la que nadie puede hablar
porque no hay nadie vivo que lo haya visto, es una película mítica,
que es "La traviesa molinera", de Harry Abbadie D'Arrast.
La película que José Luis Borau estuvo persiguiendo toda su vida
y que era la favorita de Chaplin.
Y yo me iría a más.
Se acaba de recuperar "Un bigote para dos",
de Tono y Mihura, que es otro experimento
porque es una película alemana sobre la que Tono y Mihura
rehacen por completo los diálogos cambiando el sentido
llevándolo al terreno de lo absurdo
y que es un disparate absoluto, enloquecido y superdivertido,
que es la más extraña de todas.
Bueno...
Yo no lo sé si es personal, sí.
una cosa que me parece admirable.
Que es conseguir el misterio sin ningún artificio.
Es decir, que él...
cuenta una cosa y la cuenta como puesta en escena.
Y la puesta en escena tiene misterio,
sin tener ninguna cosa...
extraña, ningún efecto especial,
sino, simplemente, la misma puesta en escena.
Parece una obra maestra absolutamente.
-¿Qué sucede aquí?
No sé cómo hemos podido llegar a esto.
-Eso, lo que comentaba Jordi,
te lleva a pensar que, efectivamente, está en la mejor dimensión
de lo que es el fantástico,
el hecho de que no sea explicable, que no se explique,
que no haya ninguna razón que motive lo extraño
o lo sobrenatural o lo que va más allá de la razón.
No hay ninguna razón,
no se explica y no hay ninguna causa.
Lo cual mete de lleno a la película en el terreno de lo fantástico.
Sí, muchísimos símbolos
y a la vez hay una especie de imaginario no adscrito a nada.
Por eso es una película mexicana que sentimos como propia los españoles,
como podrían sentir propia los franceses.
Buñuel es un director español
que trabaja en México y que suele llenar sus películas de cosas
muy arraigadas en la cultura española.
"El ángel exterminador" no, no tiene arraigo
en ningún tipo de nacionalidad, por eso la hace tan universal
y que puede llegar a tantas personas.
Puede llegar a tantas personas que ha influido mucho en el cine español.
Una de mis películas favoritas es "El ángel exterminador".
La situación que se vive y todo eso
a mí, con el tiempo, me ha alucinado porque yo tengo
la sensación de haber ido a parar ahí.
Y conocer perfectamente la regla, que en un momento dado
al cabo de equis alguien se va a dar cuenta de cómo estaba todo
en el momento en que se fue a tomar por culo.
Y, que de milagro, se saldrá otra vez.
Al cabo de los años,
me he dado cuenta de que la película
tiene un contenido que yo mismo desconocía,
distinto
a las películas de zombis
o a las películas que yo llamo "de sustos".
A Bram Stoker, cuando escribió
el original de "Drácula"...
Murnau...
No tomaban la muerte como un espectáculo.
Sino que había algo que les hacía vibrar
y contar de pronto una historia
en la cual está dentro la idea de la muerte,
y la idea del después
de la muerte.
El gran éxito de Christopher Lee
haciendo Drácula,
para mí es la continuidad.
Es decir, ni Nosferatu
ni Drácula continúan.
Se acaban.
Sin embargo, el Terence Fisher
o el jefe de la Hammer
que tuvo la idea de que continuasen
coincide con un deseo secreto
que tenemos todos, creo yo,
acerca de la continuidad en la vida después
de lo de la muerte, que es inevitable.
Inevitable, pero ¿por qué?
Tenemos la pregunta, pero no la respuesta.
En la película, el color está tratado muy seriamente.
Los ojos de los muertos son rojos.
Y el rojo, en el resto de la película,
aparte de la máquina...
Está eliminado. -Completamente.
Es una grandísima idea.
-Entonces, los colores son matices en grises y verdes.
Para que de pronto, cuando aparezca el rojo,
sea un elemento depresivo, fuerte.
De hecho, pocas películas españolas han marcado y han influido tanto
a las generaciones posteriores.
Hay toda una generación de cineastas entre los 20 y los 40 años
que descubrieron la película en los...,
a partir de los noventa, han sido marcados por "Arrebato".
Forma parte de sus obsesiones.
-Qué lejos estaba de comprender el sentido,
la función, el papel,
el juego que hacer cine representa.
Sí, es que es otra figura completamente aparte
del cine español.
La lástima es que pudiera hacer tan poco cine.
Que en realidad hiciera dos únicos largometrajes.
Mucha obra alrededor
de pequeños formatos y formatos distintos.
Incluso con dos mediometrajes posteriores para televisión.
Pero la personalidad de Iván Zulueta era distinta
desde que era estudiante en la escuela.
Cuando se convirtió en el discípulo favorito de José Luis Borau.
Y cuando era un hombre empapado de la cultura pop norteamericana,
esa tradición artística foránea, extraña para la cultura española,
que, efectivamente, introduce en sus películas.
Pero era difícil trabajar con Iván, con su reclusión,
con sus problemas personales, con sus dificultades de comunicación.
Pero es de esos cineastas
a los que se pone el calificativo de malditos,
que, lamentablemente, su talento
no se pudo reflejar en más realizaciones.
-El problema está en que el cine es un arte
que no se puede hacer individualmente por una sola persona.
Y el cine es un arte que cuesta dinero.
Entonces, si Iván Zulueta hubiera sido pintor o escritor,
seguramente hubiera legado una obra enorme.
Pero como es cineasta y hay que hacer una película en común
con mucha gente, y eso cuesta dinero,
sus problemas personales, sus adicciones,
todo lo que conllevaba la personalidad tremenda,
artística, de Iván Zulueta,
chocaba con lo que es una industria cinematográfica...
-Eso que dice Javier me lleva a pensar
en qué hubiera hecho Iván Zulueta en el mundo digital.
-Cuando no hace falta tanta gente.
-Ahora que ya es posible hacer una película
con una cámara digital en completa libertad
y casi en completa soledad.
Qué maravillas podría haber hecho Iván Zulueta
con su pequeñita cámara digital
sin depender de una industria.
-Es cuestión de cansancio, de pura física un poco.
En realidad, el vació posparto es muy terrible.
Y hay que aprender a llevarlo, y yo no he sabido.
Está ahí un poco la cosa.
Luego, otra vez reengancharte no es fácil.
Siempre se ha dicho que lo mejor es empezar otra inmediatamente
sin plantear demasiadas cosas. -Yo pienso que nada.
Que la historia suya
y su trayectoria
forman parte de su vida.
Yo no veo a Iván Zulueta convertido en un profesional,
sino, en lo que yo le he conocido por lo menos,
en un hombre exquisito,
lleno de buen gusto,
lleno de ideas...
distintas,
insólitas,
o rara avis, si queréis.
Yo, cuando estaba haciendo el libro sobre Iván Zulueta,
Iván vivía en el Edificio España,
antes de que el edificio se vaciara por dentro como está ahora,
y en esos días él estaba absolutamente absorbido
haciendo polaroids del congelador de su frigorífico,
donde ponía pequeños muñequitos, juguetitos de plástico,
y los iba fotografiando en distintos procesos.
Hasta que el congelador se congelaba y se convertía todo en hielo,
con los muñequitos dentro, y el proceso inverso.
Empezaba a descongelarlo hasta que se descongelaba todo
e iban apareciendo los muñequitos.
Estaba absolutamente absorbido y embebido
por esa tarea de fotografiar con polaroids
todo ese proceso.
El principio de la grandísima influencia del cine americano
sobre los cineastas de una generación nueva.
Los cineastas de las generaciones anteriores
estaban más influidos por
la autoría de los grandes artistas españoles, cineastas,
por el realismo social, por la política, por la sociedad,
y encontramos a un autor que su influencia es Spielberg
y los clásicos modernos americanos.
De hecho, en la película, si tiene algunos referentes,
podríamos hablar de un referente
muy esencial que es Hitchcock, evidentemente.
La influencia de "Vértigo", que incluso en una escena
en la que Alejandro hace una especie de homenaje
cuando el personaje de Penélope Cruz
sale con vaso de agua con unos filtros verdes
en una puesta en escena muy parecida a la de "Vértigo".
Y el cine americano está ahí, dentro de Alejandro,
incluso coincide en el mismo año con dos películas
que se parecen mucho del cine americano,
que son "The Game", de David Fincher,
y "Pactar con el Diablo", que comparte una escena
en la que, en la Gran Vía madrileña, Eduardo sale solo,
y en "Pactar con el Diablo", Keanu Reeves sale por Nueva York
y tampoco hay absolutamente nadie.
Esas dos películas, "The Game", de Fincher,
y "Pactar con el Diablo" son de unos meses antes
de la de Alejandro. Es decir, es casi cine americano.
Por supuesto. Es un cine español que empieza a abrazar el género
de una manera abierta y sin prejuicios.
Esta película, además de una lectura de género
bastante clara, lo que también pone encima de la mesa
es una especie de barroquismo narrativo.
Con lo cual, él está intentando dar un salto
respecto a su película anterior, "Tesis", que es una narración,
digamos, más lineal, cuya lectura puede ser más clara.
Aquí hay saltos continuos.
Incluso una historia que no sabes cerrar hasta el final.
Es un momento del cine español en el que se empieza a abrir
a esa lírica de lo extraño, también está Julio Medem por ahí.
Sí, es una película paradigmática de cierto cine español de los noventa
y de lo que estaba empezando a suceder en el cine español.
Bueno, a mí es que es un cine que lo veo como de lejos.
Para decirlo en una frase, te diría
que pienso que sabe muy bien lo que se hace.
(RÍEN)
-Muy bien descrito.
Juan Cavestany es una rara avis en sí mismo, imagino.
Toda la filmografía de Juan Cavestany.
Quizá "Gente en sitios" es la que más ha trascendido.
Pero películas como "El señor", o mediometraje como "El señor",
es absolutamente insólito.
A mí, una película que me entusiasma,
probablemente, la película más mainstream de todo el universo
de Juan Cavestany, que es "Gente de mala calidad",
que es una comedia que a mí me parece apasionante
dentro de lo desvergonzada, de lo rara y de lo...
difícil que es en cierto sentido, y que fue un fracaso.
Yo espero que dentro de unos años se convierta en película de culto
como por ejemplo sí lo es "Gente en sitios".
-¿Por qué lo habéis adoptado? -Es que David no tiene esperma.
-Cómo que no tengo esperma. Claro que tengo.
-Claro que tiene. Lo que pasa es que...
Bueno, es de mala calidad.
Ahora mismo, hay muchos,
pero hay una diferencia... -Esa es la dificultad.
-Hay una diferencia enorme con las raras avis
de las que hemos hablado en este programa.
Son películas muy extrañas, muy raras,
pero que fueron estrenadas con unos estándares normalizados.
Se estrenaron en salas y tuvieron su recorrido comercial.
Hay muchas películas realizadas al margen que son rarísimas,
tanto o más que las que hemos hablado.
Se me ocurre "El enigma de Gaspar Hauser",
de Alberto Gracia, que son películas que no llegan a las carteleras.
Ahora mismo hay mucha producción, muchas raras avis,
pero no llegan al público.
Es muy difícil que se conviertan en películas de culto
como de las que hemos hablado sí se han convertido.
Yo mencionaría esta, "El enigma de Gaspar Hauser",
que es una película de una belleza increíble,
con un 16 mm muy contrastado, con un grano precioso.
Y con una lírica muy extraña. Pero no la conoce nadie.
Sí. Yo creo que pasa exactamente lo que describía ahora Luis.
Podemos encontrar muchas películas mucho más extrañas incluso
que las películas de las que hemos hablado hoy.
Algunas se han estrenado.
Estoy pensando en "Aita", de José María de Orbe.
Pero bueno, hay muchísimas. Lo que ocurre es que estamos
en un momento diferente a esas películas.
Porque hay muchas y muy distintas películas,
algunas de las cuales no encuentran canales,
digamos, convencionales, para su difusión.
Aunque se vean, se han visto y se siguen viendo
por canales paralelos, alternativos, culturales, etc.
Gracias por invitarme.
Guionista y escritor
Grau trabajó también en televisión, en obras como Boris Godunov, El museo del Prado (1966); Benito Pérez Galdós (1968) para el espacio Biografía; Los contestatarios (1971); Un torero, un día (1971) o Del blanco al negro (1971).
Jordi Grau, que hacía todos los guiones de sus películas, también se dedicó a la literatura. En este ámbito, destaca su ensayo El actor y el cine, (1962), varias obras teatrales como Ella, La sal, Navídico Pirulí o La cáscara de la nuez. También un libro sobre Fellini y su último trabajo un volumen de memorias, Confidencias de un director descatalogado (2014) en Calamar Ediciones.