Aquellos inolvidables cómics de los 80
- Manu González repasa los tebeos que cambiaron el medio en Cómics de los 80
- “Esos cómics son parte de nuestra educación emocional”, asegura
Watchmen, Anarcoma, Makoki, Akira, El regreso del caballero oscuro, El Click, Calvin y Hobbes…. Son obras que se produjeron en los 80 y cambiaron la historia del cómic. Siempre se habla del cine de los 80, pero el cómic de aquella época también sigue influyéndonos en la actualidad. Por eso, Manu González (Hospitalet de Llobregat, 1974) ha escrito Cómics de los 80. La década que lo cambió todo (Redbook Ediciones), en el que repasa los tebeos más importantes de la época.
“Como indico en el prólogo del libro –asegura Manu-, los ochenta fueron la década en la que pase de la niñez a la adolescencia. Comencé con seis años y acabé con dieciséis. Y en ese periodo los cómics fueron una puerta de entrada al mundo de la literatura”.
Pero no sólo es una cuestión de nostalgia: “También considero –añade- que los ochenta fueron una década donde hubo una serie de revoluciones en diversos mercados internacionales que aprovecharon las sinergias creadas en los setenta para establecer nuevas posibilidades narrativas y comerciales. Cosas que hoy consideramos normales en el medio comenzaron en esa época”.
El libro
Un libro que nos da la oportunidad de recordar, o de descubrir por primera vez, cómics realmente imprescindibles. Pero… ¿Cómo ha organizado Manu el libro? “Al tratarse de una selección tan dispar y poco homogénea, con cientos de estilos, diversas nacionalidades y varios autores diferentes entre sí no pude aplicar una estructura de capítulos dividido en diversas secciones como me hubiera gustado porque hubiera tenido que dejar fuera cómics que necesitaba que estuvieran dentro de la selección. Así que tuve que decidirme por una lista alfabética”.
“Esa decisión –añade- también nace de cómo quería plantear el libro desde un buen principio: una doble página para cada obra, algo más visual donde el lector pudiera elegir cuándo, cómo y dónde podía empezar el libro”.
En cuanto a los criterios de selección de las obras, Manu asegura que: “En un principio tenía muy clara una cosa. Intentar que fueran obras cerradas y completas, de fácil acceso y comprensión para el lector. Eso dejaba fuera a colecciones de cómic-books o recopilatorios de historias de autores muy interesantes de la época. Con el manga, evidentemente, tuve que olvidarme de esa regla e incluir series que duraban varios años con miles de páginas, aunque en algunos capítulos solo analizo los primeros arcos, de pocos libros (El puño de la Estrella del Norte, JoJo’s Bizarre Adventure, Saint Seiya o Captain Tsubasa)”.
Pero Manu reconoce que es una selección personal: “Evidentemente, no he pretendido ser ecuánime, creo que es una tarea imposible. He intentado ser muy objetivo en los textos de cada cómic seleccionado, pero la lista tiene mucha subjetividad. Aunque muchos de los tebeos que salen en el libro podrían estar en cualquier “dogma” comiquero mundial, un amplio porcentaje de la lista son selecciones personales que considero importantes dentro de la década que analizo. Mi intención principal es descubrirle al lector esas obras que por alguna razón ha pasado desapercibidas y colocarlas en el lugar destacado que creo que se merecen”.
Pedimos a Manu que destaque a un puñado de autores que cree que revolucionaron el cómic de los 80 “Es difícil quedarse con solo unos pocos, pero destacaría a Yves Chaland (Freddy Lombard, Bob Fish), Frank Miller (El regreso del Caballero Oscuro, Daredevil), Alan Moore (Watchmen, La Cosa del Pantano), Akira Toriyama (Dragon Ball), Nazario (Anarcoma) y Art Spiegelman (Maus)”.
Cómic de superhéroes de autor e independientes
En los 80 una joven hornada de autores revolucionó para siempre el cómic americano de superhéroes, como Frank Miller, Alan Moore, John Byrne, Walt Simonson… “El cómic americano mainstream recogió muchas influencias exteriores que lo cambiaron para siempre -asegura Manu-. Hubo una generación de autores que entraron a trabajar en DC y Marvel que habían leído mucho cómic europeo y algo de japonés, y querían introducir esas influencias en los cómics de superhéroes que estaban haciendo. La invasión británica, con Alan Moore a la cabeza, aportó una visión nueva y fresca al mercado norteamericano”.
Aunque del cómic americano de los 80 siempre se destaca Watchmen (Alan Moore) y El regreso del Caballero Oscuro (Frank Miller), Manu comenta que: “También fue la época en la que pequeñas compañías independientes alejadas de Nueva York intentaban crear sus propios panteones modernos con héroes propiedad de sus autores como Nexus, American Flagg!, Grendel o Rockeeter. Era un cómic independiente que no quería ser relegado al underground y aspiraba a ser vendible, como Las Tortugas Ninja, Concrete, Xenozoic Tales, Zot! y muchos más”.
De Moebius a la llegada del manga
Mientras, en la vieja Europa otra hornada de jóvenes autores apostó por la Ciencia Ficción. “En Francia –asegura Manu- hubo un antes y un después gracias al éxito comercial de El Incal de Jodorowski y Moebius. El estilo moderno de ciencia ficción propuesto en la revista Métal Hurlant caló en el gran público y muchas editoriales grandes comenzaron a seguir su estela. También fue la década de la gran reivindicación de la línea clara como estilo narrativo adulto, dejando de ser considerado algo puramente infantil o juvenil”.
Los 80 también fue cuando el resto del mundo empezamos a descubrir el manga, que acabaría conquistándonos. “El problema con el manga de los ochenta –nos cuenta Manu- es que en EEUU y Europa lo descubrimos cuando el calendario ya marcaba la última década del siglo XX”.
“Muchas obras japonesas –continúa- nos llegaron en forma de anime a principios de los noventa o en películas tan impresionantes como Akira. Pero esas obras estaban inspiradas en cómics que se habían comenzado a publicar a principios de los ochenta: Dragon Ball, Dr Slump, Captain Tsubasa, Bateadores, Saint Seiya, etc. Algunas de los manga que comento no han comenzado a publicarse en España hasta 2017, como JoJo’s Bizarre Adventure”.
“En Japón, los ochenta fueron una época de explosión del shonen (manga dedicado a lectores jóvenes) con un éxito comercial arrollador. Muchas de las grandes autores multiventas del manga actual se han inspirado en las obras que se publicaron en esa década” –concluye Manu-.
¿La edad de oro del cómic adulto español?
Mientras en España vivíamos lo que se llamó la “Edad de oro del cómic adulto”. En España –afirma Manu- la línea clara caló muy profundamente en una generación de autores, la mayoría concentrados en Valencia, con una revista dedicada casi exclusivamente a ese estilo: Cairo”.
“Aquí también tuvimos nuestra pequeña revolución con la llamada Línea Chunga con una obra tan interesante como Makoki, tan famoso entre la juventud de los ochenta. Y también fue la década de excelencia de toda una generación que venía de agencias y que eran considerados grandes autores en la geografía europea: Alfonso Font, Carlos Giménez, Vicente Segrelles o Josep Maria Beà”.
“El placer culpable de robarle los 1984 o Comix Internacional a nuestros hermanos mayores para leer aquellas obras maestras siendo muy pequeños es parte de nuestra educación emocional de la década” -concluye-.
Lo que queda de los 80
En cuanto a lo que queda, en el cómic actual, de las muchas obras maestras que se incluyen en este libro, Manu asegura que: “Sin el Dragon Ball de Akira Toriyama, dudo mucho que existiera actualmente obras como Naruto u One Piece, con gran éxito en todo el mundo”.
“El mercado norteamericano actual de los superhéroes se lo debe casi todo a aquella época -continúa el autor-. La forma de pensar una historia, con arcos amplios de varios números, su temática más adulta, son una clara influencia de los cómics Marvel y DC de los ochenta. Se suele hablar mucho de El Regreso del Caballero Oscuro o Watchmen, pero es innegable su influencia literaria actual. Aunque secuencialmente una obra tan profunda narrativamente como Watchmen haya sido muy pocas veces imitada en el mainstream superheroico”.
“Y sin el éxito de Cerebus, las Tortugas Mutantes y revistas como Love & Rockets -añade- muchos jóvenes autores no se hubieran atrevido a autoproducirse sus propias historias. Aunque fueran multiventas en Marvel, dudo mucho que Lee, Silvestri, McFarlane, Liefeld y compañía se hubieran animado a crear Image sin que antes hubiera existido una base sólida de distribución con indies como Dark Horse, First Comics o Fantagraphics con amplia presencia en las tiendas de cómics durante los ochenta”.
“En España han desaparecido las revistas de aquella década –añade-, pero la influencia del formato álbum, las también llamadas novelas gráficas, continúa con muy buena salud en la actualidad”.
“Y en Europa tenemos a un personaje tan clásico como Spirou con aventuras muy frescas de Yann con muchas influencias del desaparecido Yves Chaland” –concluye Manu-.
En cuanto a sus próximos proyectos, están relacionados con este: “Cómics de los 80 nació de un proyecto desechado dedicado a la invasión británica en los cómics mainstream americanos durante los ochenta. Espero empezar y acabar ese libro un día de estos”.