La República Democrática del Congo elige al sucesor de Joseph Kabila con ilusión y sin incidentes
- Un millón de electores no han podido participar por el ébola y la violencia en unos comicios inicialmente previstos para 2016
- La jornada se ha desarrollado sin grandes incidentes aunque con algunas dificultades a la hora de ejercer el derecho al voto
Los ciudadanos de la República Democrática del Congo (RDC) han tenido este domingo una cita con las urnas en una jornada electoral que aspira a conseguir la primera transición pacífica de poder de su historia tras independizarse de Bélgica en 1960.
Tras casi dos años de aplazamientos, más de 39 millones de personas han podido ejercer su derecho a voto en unos comicios generales que ha dado a los congoleños la ilusión de poder votar, por fin, a un nuevo presidente en un país gobernado desde hace 17 años por Joseph Kabila.
Los votantes que han acudido a los centros electorales no han ocultado su entusiasmo, "me emociona votar, para finalmente poder elegir. ¡Este es mi primer voto!" ha asegurado Rachel una estudiante de Goma de 18 años.
Otros votantes tampoco han disimulado su esperanza de cambio, "el Congo ha sufrido demasiado, merecemos el cambio", ha señalado Patrice Nzanzu, mientras que Winnie Bakembo ha deseado que las las elecciones "sean creíbles y transparentes, y que la verdad de las urnas sea lo que salga".
La jornada, que se ha desarrollado sin grandes incidentes, se ha visto manchada por la muerte de al menos 4 personas - entre ellas un policía y un agente electoral-.
También se han registrado algunas anomalías debido a las precarias condiciones que han hecho que la votación haya transcurrido a trompicones debido a la ausencia de papeletas en diversos centros, el mal funcionamiento de algunas máquinas de voto y el hecho de que muchos votantes no encontraran su nombre en las listas electorales.
Papeletas artesanales
Así, algunos votantes del barrio Limeté en Kinshasa, bastión de la oposición que ha acusado la ausencia de listas y papeletas electorales en sus centros de votación, han asegurado que, ante la pasividad de las autoridades, irían a votar sin papeletas, "las escribimos nosotros y listo".
Para suceder a Kabila se postula Emmanuel Ramazani Shadary, candidato oficialista, un ex vice primer ministro y titular de Interior con una trayectoria política controvertida y manchada por sanciones de la Unión Europea.
A él se enfrentan dos grandes coaliciones, Dirección al Cambio (CACH), liderada por el presidente del mayor partido de la oposición, Félix Tshisekedi; y Lamuka ("Despierta", en lingala), encabezada por el diputado nacional Martin Fayulu.
Tanto el presidente Kabila como el candidato oficialista, Emmanuel Ramazani Shadary, que han votado a primera hora, han hecho un llamamiento a votar en los comicios. "Pido a mis compatriotas que desafíen a la lluvia para votar a sus candidatos", ha señalado el presidente, en el poder desde 2001, a su salida del colegio electoral del barrio de Gombe.
Por su parte, el opositor Fayulu ha calificado de "acto saludable" para el país esta oportunidad de cambio, y ha asegurado a pie de urna que esta votación supone "el fin de Kabila, el fin de la miseria del pueblo congoleño (y) el fin del hecho de que el Congo se haya convertido en el hazmerreír del mundo".
Elecciones "ficticias" en zonas afectadas por el ébola
Los congoleños han votado a sus diputados nacionales y provinciales en todas sus circunscripciones excepto en Beni y Butembo, en la provincia de Kibu del Norte (noreste), y Yumbi, en la provincia de Mai-Ndombe (oeste), donde han sido aplazadas hasta marzo por la inseguridad y el brote de ébola que ha causado ya 360 muertos en Kivu del Norte, así como por la violencia étnica que recientemente ha afectado a Yumbi.
Se trata de 1,2 millones de votantes que tendrán que esperar para poder ejercer su derecho al voto. Sin embargo, miles de personas han decidido organizar unos comicios "ficticios" y simbólicos.
"La gente se ha organizado de una manera u otra para votar, dicen que es su derecho y están decididos a ejercerlo", ha explicado a Efe el representante de la sociedad civil de Beni, Hangi Kizito.
Unos votos que, sin embargo, nadie sabe si llegarán o no a la capital de la RDC, Kinshasa, a tiempo de ser incluidos en el escrutinio nacional. La decisión de aplazar las elecciones en éstas áreas desencadenó protestas en diferentes puntos del noreste y ha motivado la celebración de una huelga general muy secundada en la región de Kivu del Norte, donde se encuentran tanto la ciudad de Beni como Butembo.
"Todo está paralizado en Beni. Las tiendas están cerradas, hoy no se oficia misa. La gente tiene su papeleta y la depositará en unas urnas fabricadas por ellos mismos", continúa Kizito.
Una paralización que no ha llegado al resto del país.
"¡Por fin ha llegado el día tan esperado! ¡La historia de la RDC se escribirá en función de las elecciones que hagamos hoy! Para que nuestras voces cuenten, llueva o no llueva, ¡votemos en paz! ¡Viva la democracia! ¡Viva la República Democrática del Congo!", ha afirmado a primera hora la CENI en su cuenta oficial de la red social Twitter.
Las elecciones estaban planeadas para diciembre de 2016, cuando expiraba el segundo -y último- mandato de Kabila, que gobierna desde 2001, pero la CENI las ha pospuesto por "problemas técnicos" desde entonces.
El último aplazamiento se produjo la semana pasada, al retrasarse del 23 al 30 de diciembre.