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República Democrática del Congo

La sombra de Kabila se cierne sobre la primera transición pacífica en la República Democrática del Congo

  • Los líderes de la oposición acusan al Gobierno de fraude electoral y no aceptarán los resultados
  • Expertos consultados por RTVE.es coinciden en que Joseph Kabila pretende perpetuarse en el poder

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Un representante de la Comisión Electoral Nacional Independiente, CENI, examina el material electoral tras los comicios del domingo.
La Comisión Electoral Nacional Independiente, CENI, comunicará los primeros datos antes del 6 de enero.

La sombra del presidente saliente, Joseph Kabila, se cierne sobre la primera transición pacífica en la República Democrática del Congo, donde los líderes de la oposición le acusan de fraude electoral, mientras que los diplomáticos, periodistas y misioneros consultados por RTVE.es coinciden en que el mandatario está haciendo todo lo posible para mantenerse en el poder.

Los comicios, celebrados el 30 de diciembre, han estado marcados por numerosos fallos técnicos, como el mal funcionamiento de algunas máquinas de voto, el retraso de papeletas y material electoral -sobre todo, en barrios de la oposición- y el hecho de que muchos votantes no aparecieran inscritos en las listas.

También, según denunció la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO), muchos de sus observadores fueron expulsados de los colegios electorales durante la votación "por policías que habían acudido específicamente para cumplir esa tarea".

Los resultados provisionales serán anunciados por la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) el próximo 6 de enero, donde darán a conocer el que debería ser el sucesor de Kabila, en el poder desde 2001 y quien debería haber dejado la Presidencia hace dos años.

Las portadas de los diarios congoleses tras los comicios piden cambio, al tiempo que muestran dudas sobre la legitimidad de estas elecciones. "¿Pero qué es esto?, ¿hacía dónde vamos?", se pregunta el diario Aujourd'hui Le Congo, mientras que L'eveil se une al campo de las especulaciones con un seco interrogativo: "¿Quién?". Otras portadas más críticas denuncian "grandes disfunciones y problemas técnicos en las elecciones del 30 de diciembre", según narra Le Potenciel, e incluso califican estas elecciones de "engaño", como el diario Elima News.

Calma, a pesar de las irregularidades

"Además de la frustración de los congoleses, y las muchas dudas sobre la credibilidad de un proceso lleno de irregularidades, destacaría la calma de los congoleses durante la jornada electoral", explica a RTVE.es el corresponsal de La Vanguardia para África, Xavier Aldekoa.

"El domingo hablé con varios congoleses y estaban muy frustrados por los fallos. Para muchos, el Gobierno no soltará el poder tan fácilmente", apunta el autor de Océano África y Los hijos del Nilo, en referencia a los 17 años en el poder de Joseph Kabila. El actual presidente sustituyó a su padre, Laurent Desiré Kabila, asesinado en 2001.

Estas elecciones deberían haberse celebrado en diciembre de 2016, cuando expiró el segundo y último mandato de Kabila, según establece la Constitución, pero la Comisión Electoral Nacional Independiente las pospuso por "problemas técnicos". El último aplazamiento se produjo la semana pasada, modificándose la fecha del 23 al 30 de diciembre, después de que un incendio en Kinshasa calcinara miles de máquinas de voto y material electoral.

Kabila quería exasperar a la población, de ahí que retrasase una semana más, después de dos años

"Esto ha sido la crónica de un fraude electoral bien programado y bien intencionado", asegura Néstor Nongo, congoleño y consejero técnico del Ministerio de Cultura y Deporte en España. Nongo cree que la estrategia del presidente para perpetuarse en el poder pasa por provocar al pueblo: "Kabila quería exasperar a la población, de ahí que retrasase una semana más, después de dos años, y con un fuerte contingente militar concentrado en la capital a la espera de reprimir las revueltas".

Pero el comportamiento de la población ha sido cívico y ejemplar. "La gente hizo largas colas para votar en paz. En la ciudad de Matabi más del 60% del censo no pudo votar porque no les dio tiempo. Cerraron el colegio y se marcharon a sus casas sin levantarse. Fue un comportamiento ejemplar", comenta Néstor Nongo en conversación telefónica con RTVE.es.

Recuento electoral en la República Democrática del Congo

"En un proceso lleno de irregularidades, destacaría la calma de los congoleses durante la jornada electoral", apunta el escritor y periodista Xavier Aldekoa. REUTERS

Elecciones fraudulentas

El exembajador español en la República Democrática del Congo, Antonio Mazarambroz, va más allá en su análisis: "Acaban de pedir al embajador de la UE que salga del país y ha dicho que las elecciones son una mofa". Mazarambroz, al frente de la diplomacia española en el país centroafricano entre 2012 y 2014, se muestra muy crítico con el gobierno de Joseph Kabila y cree que "no se dicen los resultados porque todo lo que sea retardar es mejor para facilitar la manipulación".

"A pesar de todos los fallos, dificultades y errores que pueda haber en estas elecciones, lo mas importante es que los dirigentes sepan que no pueden perpetuarse en el poder y que la gente sienta que su voto es importante", apunta desde el centro territorial de TVE en Navarra, Conchín Fernández, periodista que trabajó para la AECID en el país africano durante dos años.

Sin embargo, las elecciones, desde un inicio, están plagadas de irregularidades. Néstor Nongo cuenta que Kabila ha excluido a algunas regiones de las elecciones porque "en la campaña se da cuenta de que el prinpicipal líder opositor [Martin Fayulu] tenía músculo en la zona del este y trata de cargarse los dos millones de votos que podía tener en esa región suspendiendo ahí las elecciones con la excusa del ébola".

Nongo también se refiere al posible fraude en la capital, donde el Gobierno de Kabila "ha cerrado en Kinsasa más de mil colegios electorales en los que no tenía posibilidad de ganar porque están en zonas populares y ha enviado a la gente a votar a otros colegios donde él tiene apoyo, en los barrios que controla".

"No es fácil organizar unas elecciones en la RDC, porque es un país enorme [casi cinco veces la extensión de España] con distancias gigantescas y medios de comunicación escasísimos. Es muy complicado", apunta el periodista de TVE, Ricardo Olmedo, que estuvo en el país la víspera de las primeras elecciones democráticas, en 2006, a las que se presentó Joseph Kabila.

La alargada sombra de Kabila

"Ganó Kabila, pero no arrasó, ganó en la segunda vuelta", recuerda el religioso Óscar González, Misionero del Verbo Divino que ha trabajado durante una década con los niños de la calle en Kinsasa. "Era un método parecido al de otros muchos países, marcando papeletas", apunta González al tiempo que resume la reciente democracia del país africano y el papel de Joseph Kabila en las urnas: "En las primeras ganó democráticamente, en las segundas con trampa. Y en estas terceras todo el mundo sabe que estas máquinas son un timo. Es llevar ordenadores, tablets grandes, a gente que ni siquiera conoce la electricidad".

El CENI se ha puesto como fecha límite para comunicar los resultados finales el 6 de enero. Los observadores internacionales apenas si han tenido presencia. "Kabila sólo ha aceptado observadores nacionales, de los internacionales sólo ha admitido a los de África Central y África Austral. Son unas elecciones a su medida para que gane su delfín [Emmanuel Ramazani] Shadary", apunta Néstor Nongo.

"La UE y la ONU ofrecieron su asistencia y Kabila dijo que no. Un país con un ridículo presupuesto de 7.000 millones de euros para 2019 y que no acepta ayuda es porque quería el caos en estos días", certifica este sociólogo, politólogo y filósofo congoleño afincado en España. "Todo apunta a que vamos a ir a una crisis postelectoral, porque los resultados, si gana el candidato de Kabila le acusarán de fraude y si gana la oposición, Kabila no va a aceptarlos", concluye Nongo.

"La contestación y el rechazo a Kabila es generalizado por todas partes. Ha atrasado el proceso todo lo que ha podido y tiene a su marioneta [Emmanuel Ramazani Shadary] que, seguro, que ganará. Ahora veremos cómo será la fabricación para que Kabila siga manejando los hilos", vaticina el misionero Óscar González.

Si llega o no a producirse el cambio, el mayor deseo de esta castigada nación -lastrada por la colonización belga, golpes de estado y guerras civiles- es que, por primera vez en su historia, suceda en paz.