Bolsonaro transfiere al Ministerio de Agricultura la demarcación de tierras indígenas
- La ministra de Agricultura, Tereza Cristina Correa, es la líder del partido ruralista que defiende el agronegocio
- El Servicio Forestal Brasileño deja de depender del Ministerio de Medio Ambiente y también pasa a Agricultura
Jair Bolsonaro, en una de sus primeras decisiones como presidente de Brasil, ha dejado sin competencias a la Fundación Nacional del Indio (Funai) al asignar al Ministerio de Agricultura una de las principales actividades ejecutadas por el órgano indigenista a lo largo de los últimos 30 años: la identificación, delimitación y demarcación de tierras indígenas.
El cambio está recogido en las medidas provisionales firmadas por Bolsonaro donde establece la nueva estructura del gobierno federal que han sido publicadas en el Boletín Oficial de la Unión apenas unas horas después de su toma de posesión. Medidas entre las que también se incluye el aumento del salario mínimo para 2019 en un 4,6%, un crecimiento inferior al aprobado en el presupuesto del gobierno saliente.
Las demarcaciones pasan ahora a manos de los ruralistas, contrarios a los intereses de los indígenas. El Ministerio de Agricultura está dirigido por la ministra Tereza Cristina Correa, líder de la bancada que defiende el agronegocio y diputada federal por Mato Grosso del Sur.
La retirada de las demarcaciones de territorios indígenas del ámbito de la Funai profundiza en el desmantelamiento de este organismo, creado en 1967, para sustituir al Servicio de Protección al Indio, SPI, que se fundara en 1910.
Indígenas, quilombos y Servicio Forestal
El equipo de Bolsonaro ya había anunciado que la Funai sería transferida desde el Ministerio de Justicia, del que dependía hasta ahora, al Ministerio de Derechos Humanos, dirigido por la otra ministra del gabinete [sólo dos de los 22 ministros son mujeres], la pastora evangélica Damares Alves. Tras la publicación de la nueva organización gubernamental, la Funai queda aún más vacía de contenido y sometida a otro ministerio, el de Agricultura.
Sonia Guajajara, una de las principales líderes indígenas del país y ex candidata a vicepresidenta en la coalición del socialista Guilherme Boulos, ha afirmado el martes en una red social que "la Funai ya no es responsable de la identificación, delimitación, demarcación y registro de tierras Indígenas, salió hoy en el Diario Oficial de la Unión. ¿Alguien todavía duda de las promesas de exclusión hechas durante la campaña?", inquirió Guajajara.
La misma medida provisional de Bolsonaro también altera la política de identificación y demarcación de los quilombos, para los descendientes de esclavos. Con esta medida provisional Bolsonaro le ha retirado esa competencia al Incra (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria) para traspasársela también al de Agricultura.
Un tercer frente alcanzado por la medida provisional es el traspaso del Servicio Forestal Brasileño, hasta ahora bajo la responsabilidad del Ministerio de Medio Ambiente, al de Agricultura.
El fin de la Funai
La Funai promueve y protege los derechos de más de 300 pueblos indígenas en Brasil. Durante tres décadas ha estado vinculada al Ministerio de Justicia hasta la llegada de Bolsonaro que la ha transferido al de Agricultura.
Entre sus atribuciones estaban todas aquellas acciones relacionadas con la identificación y protección a los pueblos indígenas aislados y recién contactados; las políticas de desarrollo sostenible para las poblaciones indígenas y el control de los impactos ambientales en estos territorios.
La Funai es la responsable de que el concepto de tierra indígena no se confunda con el de propiedad privada. Para ello se basa en criterios relativos a costumbres y tradiciones. "El derecho de los pueblos indígenas a sus tierras de ocupación tradicional se configura como un derecho originario y, consecuentemente, el procedimiento administrativo de demarcación de tierras indígenas se reviste de naturaleza meramente declaratoria, por lo que la tierra indígena no es creada por acto constitutivo, y sí reconocida a partir de requisitos técnicos y legales, en los términos de la Constitución Federal de 1988 ", aclara la Funai.
En la actualidad son 462 los territorios indígenas en Brasil - lo que representa el 12,2% de su territorio nacional - pero sólo el 8% está regularizado.
Promesas cumplidas
Bolsonaro, un ultraderechista polémico por su histórico de declaraciones machistas, racistas y homófobas, había prometido durante su campaña que no delimitaría nuevas reservas para los indios y que autorizaría las explotaciones mineras en las tierras indígenas.
El nuevo presidente también había prometido defender a los propietarios rurales cuyas propiedades consideraba que habían sido invadidas por campesinos sin tierra e indígenas, y anunció que presentará a consideración del Congreso un proyecto de ley que criminaliza como terrorista a quien ocupa tierras de otras personas.
Los conflictos en el campo fueron los responsables de, al menos, 24 asesinatos ocurridos en 2018 - 5 de ellos de indígenas, según el informe elaborado anualmente por la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) vinculada a la Iglesia Católica.
El número de casos es inferior a los computados en 2017, año en el que hubo 71 asesinatos, sin embargo no representa una caída de la violencia debido a que en el último año más de la mitad de los asesinados fueron líderes de movimientos sociales mientras que en 2017 sólo lo fueron el 22%.