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Junker admite en el 20 aniversario del euro que la UE fue insolidaria con Grecia durante la crisis

  • El presidente de la Comisión Europea ha reconocido que el bloque comunitario "insultó" al país durante la negociación del rescate
  • Igualmente ha lamentado la excesiva importancia que se dio al FMI en el rescate griego

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El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha reconocido este martes la "falta de solidaridad" durante la crisis con Grecia, un país al que se "insultó", al tiempo que ha lamentado que se diera en aquellos años "demasiada importancia a la influencia del Fondo Monetario Internacional (FMI)".

Juncker se ha expreasdo así en un discurso en el pleno de la Eurocámara para conmemorar el vigésimo aniversario de la introducción del euro en 1999, en la que repasó la historia de la moneda única y la crisis financiera que amenazó con hacerla estallar.

"Lamento que se haya dado demasiada importancia a la influencia del FMI. Fuimos varios los que pensábamos que Europa tenía suficiente músculo para poder resistir incluso sin la influencia del FMI a esa crisis que se estaba fraguando", ha señalado quien fuera presidente del Eurogrupo entre 2005 y 2013, cuando se pactaron dos de los tres rescates a Grecia.

Juncker ha ejemplificado su idea señalando que si California "entra en dificultades", Estados Unidos no acudiría al organismo internacional dirigido por Christine Lagarde para pedir ayuda. "Nosotros tendríamos que haber hecho lo mismo", ha apuntado.

También con respecto al periodo de crisis económica, el jefe del Ejecutivo comunitario ha lamentado la falta de solidaridad del bloque comunitario con el pueblo griego. "Siempre he lamentado esa falta de solidaridad durante la crisis griega, no fuimos suficientemente solidarios, insultamos a Grecia", ha subrayado.

Austeridad necesaria

En cualquier caso, ha defendido que durante la crisis económica se impulsaron ciertas políticas de austeridad en forma de reformas estructurales que "eran necesarias", pero no con el objetivo de castigar a los afectados.

Más allá de la crisis financiera, Juncker ha considerado que una de las principales debilidades de la Unión Económica y Monetaria es que no se haya profundizado más en la coordinación de la política económica, lo que ha considerado una "gran decepción".

Con respecto a la moneda única, Juncker ha aprovechado para recordar que, cuando se lanzó el proceso "muchos nos tomaban por locos" y aseguraban que "de ninguna manera, la unión monetaria podría funcionar". "Todo el mundo nos decía que nos lanzábamos a una aventura que llevaría a la UE al borde del abismo. Hoy estamos lejos de ese abismo y podemos constatar que la obra que comenzamos hace 20 años se ha coronado de éxito", ha celebrado.

Representación de la integración europea

Antes que Juncker, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha reivindicado que el euro es "la representación más tangible de la integración europea" para los ciudadanos del bloque comunitario y ha destacado que "ha garantizado la integridad del mercado único".

El banquero italiano ha advertido de que en la actualidad "la mayoría de los retos son globales y sólo pueden abordarse juntos". En su opinión, actuar de esta manera "magnifica la capacidad de los países de retener soberanía sobre cuestiones relevantes, una soberanía que de otra forma se perdería en este mundo global".

En cuanto a los aspectos menos positivos del euro, Draghi ha señalado que sus beneficios no han llegado completamente a todos los socios", en parte porque son necesarias más reformas a nivel nacional, pero también porque la Unión Económica y Monetaria (UEM) "sigue incompleta".

"Se han logrado grandes avances desde la crisis, pero es necesario hacer más y no hay otra alternativa que un futuro en el que continuemos trabajando juntos para que la UEM sea un motor más fuerte de prosperidad", ha recomendado.