La histórica derrota en el acuerdo del 'Brexit' subraya la debilidad del Gobierno de Theresa May
- El líder de la oposición, Jeremy Corbyn, ha presentado una moción de censura contra el Ejecutivo
- Aunque es improbable que prospere, la presión sobre May crece sin una solución a la vista para el Brexit
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La histórica derrota de Theresa May en el Parlamento británico, que este martes ha rechazado el acuerdo sobre el Brexit que ella logró cerrar tras arduas negociaciones con la Unión Europea, no solo abre un período de enorme incertidumbre para Reino Unido, abocado a día de hoy a una salida abrupta del bloque comunitario, sino que pone de manifiesto la extrema debilidad de su Gobierno, que tendrá que superar este miércoles una moción de censura planteada por los laboristas.
No parece probable, en cualquier caso, que esa moción, anunciada por el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, sea capaz de desalojarla del 10 de Downing Street: los 317 diputados conservadores, incluidos los 118 que han votado en contra del acuerdo propuesto por la líder de su partido, ya han anunciado que si respaldarán a May en la moción de censura.
También los diez diputados de la formación norirlandesa Partido Unionista Democrático (DUP, por sus siglas en ingles), que sostienen a la mayoría conservadora, han indicado que no se pronunciarán en contra de la primera ministra, pese a que este martes también han votado en contra del acuerdo alcanzado con Bruselas.
Una derrota abultadísima
Sin embargo, el apoyo de sus correligionarios tories y de sus socios unionistas no oculta la magnitud de la derrota de May, la más abultada sufrida por un gobierno británico desde 1924: el acuerdo ha sido rechazado por 432 diputados, por solo 202 que han votado a favor, muy lejos de los 320 que se necesitaban para aprobar el texto. Apenas dos tercios de sus diputados lo han apoyado, mientras que toda la oposición en bloque se ha opuesto al pacto -solo tres laboristas han roto la disciplina de voto-.
Esa diferencia entre votos en contra y a favor, 230 diputados, es la que marca la gran debilidad de May, atrapada entre las exigencias del Parlamento de Westminster y la imposibilidad de arrancar cualquier modificación en el acuerdo por parte de los Veintisiete, que han reiterado que el texto está cerrado y que tan solo pueden ofrecer aclaraciones complementarias, pero nunca cambios legales de fondo.
Todo el mundo, incluida la propia May, daba por hecho que el acuerdo no superaría la primera votación -que estaba prevista para primeros de diciembre, aunque se aplazó por la falta de apoyos-; no está tan claro, sin embargo, que se esperase una derrota tan contundente, que pone en cuestión las distintas alternativas que se habían planteado para superar el trámite parlamentario en segunda instancia.
Mostrar fortaleza
En cualquier caso, la primera ministra, acostumbrada a múltiples reveses, ha querido mostrar fortaleza inmediatamente después de la votación, cuando a vuelto a tomar la palabra ante los Comunes: "Está claro que la Cámara no apoya este acuerdo. Pero la votación de esta noche no nos dice nada de lo que apoya. Nada sobre cómo, e incluso si, pretende honrar la decisión que los británicos adoptaron en un referéndum que el Parlamento decidió respaldar", ha espetado a los diputados.
“Necesitamos confirmar si este Gobierno todavía goza de la confianza de la Cámara“
Inmediatamente después, ha planteado su órdago, exigiendo el apoyo parlamentario para seguir al frente del Gobierno: "Lo primero, necesitamos confirmar si este Gobierno todavía goza de la confianza de la Cámara. Creo que lo tiene, pero dada la escala y la importancia de la votación de esta noche es justo que otros tengan la oportunidad de comprobarlo", ha señalado.
May ha indicado que estaba dispuesta a presentar una moción de confianza al Parlamento si la oposición no presentaba una moción de censura, con la que Corbyn lleva semanas amenazando, sin decidirse nunca a presentarla, como le ha recordado la primera ministra al líder laborista. Este ha recogido el guante y, tras echarle en cara su "catastrófica derrota", ha anunciado la presentación de la moción, recalcando que "el Gobierno ha perdido la confianza de esta Cámara y del país".
Volver a negociar con Bruselas
Sobre los siguientes pasos respecto al Brexit, May ha señalado que, si la Cámara de los Comunes le renueva su confianza, se reunirá con todos los partidos para identificar qué cambios requieren en el acuerdo para respaldarlo. "El Gobierno afrontará estas reuniones con espíritu constructivo", ha asegurado, entre los abucheos de numerosos diputados, "pero debemos centrarnos en ideas que sean verdaderamente negociables".
Después, ha dicho, trasladará esas propuestas a la Unión Europea, que, sin aclarar si aceptará modificaciones del acuerdo, ha asegurado que sigue adelante con el proceso: "Por parte de la Unión Europea, el proceso de ratificación del acuerdo de retirada continúa", ha señalado este martes, tras conocer el resultado de la votación en Westminster, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker.
El tiempo apremia, en cualquier caso, puesto que Reino Unido abandonará la Unión Europea el próximo 29 de marzo: si May supera, como se prevé, la moción de censura de este miércoles, tendrá que presentar una solución alternativa en los Comunes en tres días laborables, es decir, el lunes 21 como tarde. Y si entonces tampoco convence a los diputados del Parlamento británico, lo que parece difícil a la luz de su derrota este martes, el futuro será más incierto que nunca desde que se desencadenó el Brexit.