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Elecciones Andalucía 2018

Fin de una era en Andalucía

  • La investidura de Juanma Moreno (PP) pone fin a cuatro décadas de gobierno socialista en Andalucía
  • Por primera vez desde la Transición la extrema derecha cuenta con representación parlamentaria con los 12 diputados de Vox

Por
Susana Díaz y Felipe Gonzalez
El expresidente del Gobierno Felipe González. posa junto a José Rodríguez de la Borbolla, Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz en una imagen de 2014.

El socialismo hegemónico durante cuatro décadas en Andalucía ha tocado a su fin con la investidura de Juanma Moreno (PP). La saliente Susana Díaz es la última de los cinco presidentes del PSOE que ha tenido la Junta desde que se conformara la comunidad autónoma en 1982. Hasta ahora no había existido alternancia de color en el Palacio de San Telmo, algo excepcional en democracia.

Se abre una nueva etapa marcada no sólo por un gobierno de PP y Ciudadanos, sino por la irrupción de la extrema derecha por primera vez en un Parlamento español desde el diputado de Unión Nacional en el Congreso Blas Piñar en 1982.

"Este momento huele a historia", decía el futuro presidente durante la sesión de investidura del miércoles. Moreno ha roto la barrera con el peor resultado del PP en Andalucía: 26 diputados en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018. Pero para lograr el ansiado cambio hizo falta un pacto de gobierno con Ciudadanos (con 21 diputados) y buscar el apoyo de Vox, que irrumpió en el Parlamento andaluz con 12 escaños.

Toda la Ejecutiva nacional del PP se volcó en las pasadas elecciones y en las posteriores negociaciones para formar gobierno "de cambio". Unas negociaciones que no han sido fáciles debido a las discrepancias entre PP y Ciudadanos sobre quién sería el sostén de un Gobierno en minoría con tan sólo 47 diputados. Los populares llegaron finalmente a un acuerdo de investidura con Vox del que se desliga la formación naranja, pero ésta no descarta apoyar algunas de esas medidas en el Parlamento si están de acuerdo con ellas.

El PSOE, a la oposición

Al frente de la oposición, por primera vez en la historia de las autonomías, estará el PSOE liderado por Susana Díaz, quien ha seguido como cabeza de su partido pese a haber logrado el peor resultado del PSOE en Andalucía: 33 escaños.

Esta vez el andalucismo del que ha hecho gala durante décadas el PSOE ni ganar las elecciones han servido a la presidenta saliente para conformar una mayoría suficiente para formar gobierno, ni siquiera con los 17 diputados de Adelante Andalucía. Toda la oposición se presentó a los comicios de diciembre, marcados especialmente por el conflicto independentista catalán, como una alternativa de cambio al PSOE y a Susana Díaz.

Díaz no ha agotado una legislatura desde que heredó el gobierno de Griñán

Díaz no ha podido agotar una legislatura desde que heredó el gobierno de José Antonio Griñán, el único socialista andaluz que ha perdido unos comicios en la comunidad autónoma, los del 2012 frente al popular Javier Arenas. Aquellas elecciones supusieron el inicio de la decadencia de un dominio de mayorías absolutas que encadenaba el PSOE desde 1982.

Griñán fue investido presidente con los apoyos de IU, pero dimitió unos meses después por el escándalo del caso de los ERE y propuso a Susana Díaz como candidata, que fue investida presidenta.

La legislatura duró dos años y en 2015 hubo elecciones anticipadas por sus discrepancias con IU. Tras ganar estos comicios hicieron falta hasta cuatro investiduras para ser investida presidenta con el apoyo de Ciudadanos, pero tampoco llegó a agotar los cuatro años de legislatura debido a la ruptura de la formación naranja de su pacto de Gobierno.

Los graves casos de corrupción marcados por casos como los ERE, Mercasevilla o las tarjetas FAFE, y las acusaciones de clientelismo en la gestión de Andalucía han debilitado al socialismo andaluz. Un socialismo que nada tiene ya que ver con el que llegó a la Junta en la Andalucía preautonómica de 1978, marcado por el espíritu de la Transición y responsable del Estatuto de Autonomía de 1981.

Una legislatura que se prevé difícil

El nuevo Gobierno se enfrenta a cuatro años de legislatura que se prevén difíciles, como ha reconocido Juanma Moreno en la sesión de investidura que le ha hecho presidente. El de Andalucía es el Parlamento más fragmentado de la historia de España y el primero en aparecer una fuerza potente de extrema derecha, por lo que Moreno ha apelado a la "concordia" y al "diálogo sin cordones sanitarios", pidiendo a Vox y a Ciudadanos "estabilidad parlamentaria" y "altura de miras" respectivamente para que el Gobierno pueda tener "margen de maniobra".

Un margen con el que pretende sacar adelante las 90 medidas de su acuerdo de Gobierno con Cs. Ambas formaciones se han propuesto entre otras metas acabar con la "administración paralela" y el "clientelismo" que atribuyen al PSOE durante sus décadas de Gobierno, lo que supone una previsible reducción de instituciones, de cargos e incluso de subvenciones.

El PP gestionará entre otras las Consejerías de Hacienda -la más ambicionada por ambos partidos- y la de Sanidad, mientras que Ciudadanos tendrá Economía y será quien encabece la prometida regeneración democrática y lucha contra el fraude.

Más diálogo que nunca

Pero para avanzar en estas cuestiones el nuevo Gobierno necesitará más apoyos en el Parlamento. Juan Marín, quien ha dicho "respetar" la búsqueda de apoyo del PP en Vox pero sin sentirse "vinculado" a su acuerdo, ha apelado a que PSOE y Adelante Andalucía puedan apoyar algunas de sus propuestas para evitar negociar con la extrema derecha. Para ello se justifica recordando que la formación morada votó con Cs por la eliminación de los aforamientos pese a sus discrepancias en otras cuestiones.

Pero Vox ya ha advertido que su apoyo a la investidura de Moreno "no es un cheque en blanco" y ha recordado que los naranjas necesitan también su apoyo para "cualquier decisión". Su secretario general, Javier García Smith, advertía hace poco en RNE que si "torpedea" su acuerdo con el PP habrá una ruptura de Gobierno en Andalucía.

Mientras, todo lo que pase en Andalucía será visto con ojo avizor por todas las formaciones nacionales, que ven en el escenario andaluz un reflejo de lo que pueda suceder en las próximas elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo. Pero también por Europa, donde algunos líderes están advirtiendo contra las alianzas de partidos españoles con la extrema derecha.