Juanjo Oliva: "En España somos muy catetos"
- El modisto hace una crítica sincera sobre los complejos de la moda
- Presenta la colección en su casa y dice que quizá no haga más desfiles
La industria de la moda tiene que adaptarse a los cambios y tomar el pulso a la calle. Es la única forma de conectar con la sociedad, la única forma de vender. Juanjo Oliva es una esponja y absorbe todo lo que oye, ve y toca. Se ha rodeado de gente joven y toma nota de sus gustos e intereses. “Es fundamental para mí", dice. "Además, necesito saber qué les gusta de lo que yo hago pero también quiero que me digan lo que nos les gusta".
Lleva varias temporadas sorprendiendo con giros y cambios de estrategia comercial. Ha diversificado su trabajo, su producto y su nombre y ahora se sale del calendario de Ifema para abrir el salón de su casa a la moda. Primero a la prensa, luego a sus amigos. "Me apetecía mucho que la gente viniera a mi casa y que viera la colección de forma relajada, quería hacer algo distinto. ¡No creo que vuelva a hacer desfiles!, confiesa. “Quizá haga presentaciones o pequeños eventos como este para romper barreras e interconectar distintas disciplinas artísticas. Está claro que no podemos competir con los gigantes internaciones que tienen enormes presupuestos para hacer granes espectáculos. Son otras marcas y juegan en otra liga. El desfile no es la opción más interesante para un diseñador medio como yo”.
Es consciente de que hay que renovar los conceptos y códigos de la moda pero también la estructura empresarial. En este desfile, el número 30 de su carrera, lanza una colección de mujer con prendas que no se ciñen a una temporada. Si en la anterior, una propuesta sostenible realizada en colaboración con Ecoembes, el negro lo teñía todo ahora vemos que Oliva regresa a su paleta de colores y rescata naranja, fucsia y verde para vestidos que juegan con las asimetrías y el largo de la falda.
Pero el grueso de la colección lo forman prendas versátiles realizadas en tejidos cálidos y mimosos que tienen vocación de fondo de armario. Vemos pantalones de talle alto y estilo masculino, similar al de las camisas que presenta sobre un elegante jersey de cuello cisne. Las prendas de abrigo combinan con todo y tienen la virtud de combinar con todo. Los tonos lisos ganan la partida y el diseñador propone tímidos cuadros y rayas que apenas destacan, lo que hace más rentables las prendas.
“Cada prenda tiene su propia historia y esta es forma de alejarnos de la temporalidad. Puede que no te guste la colección pero con que te guste una de las prendas me siento satisfecho. Lo mejor es que todas combinan entre sí pero también con otras de temporadas anteriores porque mi intención es que la clienta se haga un buen armario".
Hay que enseñar a la gente a comprar para que el gasto sea rentable. No es necesario comprar mucho y barato, es más inteligente comprar calidad. Con tanta ropa barata la gente viste cada vez peor porque lo que compra es malo. No es cuestión de dinero, es una cuestión de concepto”.
Su concepto, de empresa, pasa por atender a la clienta que quiere ropa a medida en el taller y además lanzar colecciones cápsula.
“Lo mejor es ofrecer productos distintos: una pequeña colección de novias, una línea de punto con materia prima de Perú Y las gafas son las protagonistas ahora.
Oliva presume del trabajo hecho con Multiópticas, casa española que cumple 40 años siendo líder en el sector. “Es fundamental para nosotros que nos llamen las empresas, lo malo es que no son tantas las que lo hacen. Mi idea era hacer una colección sin género pero me ha salido muy femenina, la siguiente que haga tendrá modelos unisex, aunque es una palabra que no me gusta”.
Las gafas son uno de los complementos más fascinantes. Tienen poder para cambiar el estilo de una prenda e incluso para transformar el rostro y la expresión. “La colección tiene un estilo retrocontemporáneo, con guiños a los años 40 y 50. Y están estrechamente relacionadas con la colección textil, ya que me trabajado los hombros como en la década de los cuarenta, jugando con las formas, agrandándolas pero sin llegar al extremo de los ochenta. Todos los looks que he presentado giran en torno a las gafas. No quiero que pasen desapercibidas, lo ideal sería que te apetezca llevarlas también con un vestido de noche. Maquillada, arreglada y con tus gafas”.
Oliva es además el director artístico de la campaña que cuenta con la top española Maika Merino. “Me encanta su juventud y su tipo de belleza tan especial, rompe con la imagen dulce que suelen tener las modelos”, añade. Es cierto. Él huye de lo convencional y su ideal de mujer se mueve entre estilos tan distintos como Marina Pérez, Rossy de Palma, Nieves Álvarez o Bibiana Fernández.
Estrellas de la pasarela y la alfombra roja que adoran sus diseños. Una legión que le sigue y apoya. Pero él insiste, quiere llegar al público. “Hay que analizar la distancia que nos separa”. Y su investigación lanza distintos datos. “En España somos muy catetos, los diseñadores, los actores, el público, la prensa... Publican cosas de marcas que no conoce nadie y tienen miedo de hacer algo no se parezca a lo que hacen el Vogue inglés o el Vogue París. ¡¿Por qué no se puede hacer lo mismo que ellos pero con la moda de España?! Aunque es cierto que ahora hay un acercamiento, es una relación más activa”.
Otro de sus ‘disgustos’ es la salida de Josep Font de la casa Delpozo. “Es terrible, él ha sido fiel a la casa y no se le contrató para que fuera comercial. Ahora quieren ser comerciales y contratan a Lutz Huelle, que no lo conoce nadie, cuando en ACME ( Asociación de Creadores de Moda de España) hay una estupenda cantera. Ves, eso es otra catetada.
La conversación deriva hacia otros derroteros. Habla de Palomo Spain, noticia tras sus declaraciones en Vogue en la que, con sinceridad, decía que no vendía nada. “Le he dicho que tiene mucho talento y que tiene que conseguir es ser director artístico de una firma importante porque él no tiene producto”. El cordobés este año presenta su colección en Nueva York y sale del calendario de Cibeles. “Ifema no se ha dado cuenta de que el cambio del mundo de la moda es más profundo. Hay un enorme cambio generacional y un cambio en el mercado. Además siguen pensando de manera antigua, manteniendo el pabellón ferial. ¡La moda no puede tener un carácter ferial, la gente quiere moda con identidad! ”
Su desfile se ha adelantado casi una semana al calendario de Madrid Fashion Week que celebra su 69ª edición con bajas sonadas y nuevas incorporaciones. Para Oliva no es suficiente. “Es lo mismo con diferentes caras, y no creo que funcione el hecho de repescar a viejas glorias. Han querido regenerarlo pero no han sabido hacerlo”. Todo indica que el madrileño no estará en la próxima edición, que será en julio, y quizá no sea el único que decida salir. Lo único claro es que la Cibeles está en constante movimiento. Algo es algo, eso indica que sigue viva.