May promete negociar cambios sobre la frontera de Irlanda para desbloquear el 'Brexit'
- La primera ministra presenta su plan alternativo del Brexit sin grandes novedades, pero sigue negociando en Londres y Bruselas
- El Parlamento sigue dividido May, que mantiene el 29 de marzo como fecha de salida y no descarta un no acuerdo
La primera ministra británica, Theresa May, ha ofrecido al Parlamento buscar cambios en Bruselas sobre la salvaguarda de Irlanda con el objetivo de recabar el apoyo de la mayoría de la Cámara de los Comunes a su acuerdo del Brexit. "Seguiré manteniendo conversaciones [sobre la salvaguarda] con nuestros colegas para logar el apoyo de esta Cámara y lo llevaré a la Unión Europea", ha dicho en su discurso en Westminster.
La conservadora ha vuelto este lunes al Parlamento para presentar un plan alternativo de su acuerdo del Brexit y tratar de resolver el proceso, que se encuentra estancado tras la histórica derrota asestada por la Cámara de los Comunes al Gobierno la pasada semana, aunque su única novedad ha sido seguir negociando una cuestión que, a priori, no parece contar con el beneplácito de Bruselas. La Unión Europea ya se resistió a conceder garantías legales sobre la solución para evitar una frontera física entre la República de Irlanda y la provincia de Irlanda del Norte durante la cumbre de diciembre y por el momento permanece a la espera de los movimientos en Reino Unido.
May busca así recuperar el apoyo de los 118 diputados conservadores y los diez diputados del norirlandés DUP -con ellos conseguiría los 320 votos necesarios para salvar su acuerdo y euroescépticos como Boris Johnson o Jacob Rees-Mogg han aplaudido la oferta-, que votaron en contra, fundamentalmente porque consideran que la solución para Irlanda dejaría atrapado al Reino Unido en las normas comunitarias de forma permanente. De hecho, May se ha mostrado abierta a "estudiar" la oferta del ministro de Exteriores polaco, Jacek Czaputowicz, que ha propuesto que la salvaguarda se aplique solo durante cinco años.
Descarta un segundo referéndum
Después de días de intensos contactos con todo el arco parlamentario -a excepción de la oposición laborista, que ha rechazado negociar si May no descarta un divorcio sin acuerdo-, la primera ministra ha insistido en que la única forma de evitar este escenario pasa por "extender el artículo 50 [del Tratado de Lisboa] o aprobar un acuerdo con la Unión Europea", y en ningún caso por consultar otra vez con los ciudadanos, ya sea con elecciones o un nuevo referéndum. Pero la UE no está dispuesta a prolongar el proceso de negociaciones si no hay un plan, según ha señalado en su comparecencia.
May no ha ofrecido grandes novedades sobre los pasos a seguir para tratar de desbloquear el Brexit más allá de seguir negociando su acuerdo, pero sí ha insistido en que "no hay mayoría en el Parlamento para celebrar un segundo referéndum", una opción que, en todo caso, "provocaría mayor división en el país".
No obstante, la conservadora ha anunciado que el Gobierno ha abordado los contactos políticos con un "espíritu constructivo", lo que ha provocado la carcajada de la Cámara. Pero para el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, que sigue dispuesto a forzar elecciones, Theresa May está en negación y debe cambiar las líneas rojas en el proceso de negociación.
Los diputados buscan el control del Brexit
Así las cosas, lo cierto es que las sesiones parlamentarias de los últimos días han puesto de manifiesto la profunda división de la Cámara en torno al Brexit, con un creciente número de diputados partidarios de prolongar el artículo 50 del Tratado de Lisboa y, por tanto, aplazar el Brexit para evitar a toda costa un divorcio sin acuerdo. "No se puede seguir así una semana más", "está usted convirtiendo nuestro país en un hazmerreír", "¿dónde está su lealtad, en su propio partido o en el país", o "está usted jugando a la ruleta rusa con vidas", son algunas de las críticas vertidas contra la propuesta de May.
“Aquellos que intentan revertir el voto de los británicos con los procedimientos parlamentarios deben pensárselo“
La intención de muchos parlamentarios es hacerse con el control del proceso a través de una serie de enmiendas al plan B expuesto por la primera ministra este lunes. Estas enmiendas -que podrían pasar por bloquear un escenario sin acuerdo, aplazar el artículo 50 o tomar el control de las negociaciones-, serán presentadas en los próximos días y se votarán el próximo martes 29 de enero en la sesión en la que se debatirá el plan de May.
Y precisamente, May, que mantiene el 29 de marzo como fecha oficial para la salida de la UE, ha emplazado a los que estén dispuestos a sortear al Gobierno a "pensar con mucho cuidado sobre lo que están intentando hacer, porque este Parlamento votó a favor de celebrar el referéndum, activar el artículo 50 y debe por tanto entregar lo que dijeron los votos".